Luego de su paso por el Sanatorio Otamendi, adonde este martes llegó por un fuerte dolor de espalda, el presidente Alberto Fernández aseguró sentirse bien, pero informó que llevará adelante sus funciones en la residencia de Olivos por disposición médica.
"Me siento bien. Una hernia de disco que se desplaza genera un dolor muy intenso. Ese dolor ha mermado a base de analgésicos pero me exige acotar la actividad. Por eso mi agenda seguirá en Olivos y lamentablemente debí suspender los viajes que tenia previstos a Chaco y a Entre Ríos que trataré de hacerlos la semana entrante", relató en declaraciones a Infobae.
El mandatario remarcó que continuará con su labor, aunque "tratando de acotar" sus movimientos, y adelantó que antes del viernes se someterá a "un bloqueo, que es como una infiltración en el disco herniado".
"En ese mismo disco tuve el mismo problema hace 16 años y me sometí al mismo tratamiento, con resultados muy buenos. No es nada grave, aunque sin tratamiento adecuado genera dolores muy intensos", detalló.
El jefe de Estado debió ser trasladado al centro de salud porteño durante la noche. Según se difundió luego a través de un comunicado oficial, presentaba "un cuadro de dolor lumbar agudo" por el cual "le realizaron los estudios correspondientes, evidenciándose una hernia de disco lumbar, por tal motivo se realizará un bloqueo radicular programado en 48/72 horas".
En noviembre, en la Cumbre del G20, sufrió una gastritis con sangrado. En la campaña presidencial se le diagnosticó una "inflamación pleural".
El corto plazo tensa al partido amarillo. Bullrich pone a la provincia de Buenos Aires al borde de la guerra. El poder halcón y la interna porteña.