Karina Milei volvió a marcar la cancha en el Congreso este lunes, cuando ordenó acelerar el debate del proyecto de Martín Menem para cambiar la composición de la AGN. La urgencia no fue casual: el miércoles, el Senado citó a un plenario para tratar la iniciativa de José Mayans (Unión por la Patria) y el aliado Juan Carlos Romero.
Conocida esa convocatoria, el diputado libertario Nicolás Mayoraz citó para el mismo miércoles a la comisión de Asuntos Constitucionales para tratar el proyecto de Menem, que tiene el visto bueno de la secretaria general.
Como explicó Letra P, en la Casa Rosada quieren una negociación integral, que permita ampliar la Corte Suprema y completar las seis vacantes en el directorio de la AGN. Hubo temor a que la oposición lograra el miércoles pasado definir el trío de auditores de esa Cámara.
La propuesta incluía al diputado Emilio Monzó y al kirchnerista Juan Ignacio Forlón, con una vacante a cubrir por el oficialismo. La sesión no tuvo cuórum y se abrió la negociación para cambiar las reglas de juego.
La AGN está sin funcionar, porque sólo está nombrado el presidente, Juan Manuel Olmos. Ese cargo tiene que ser propuesto por el partido político opositor de mayor presencia legislativa. Las seis vacantes asignadas al Congreso no están cubiertas.
Los límites de Karina Milei
Una coincidencia de los tres proyectos es limitar los mandatos de los auditores a cuatro años. En la actualidad es de ocho, una extensión que se justifica en la necesidad de que los auditores traspasen los gobiernos. Con ese objetivo, el proyecto de Mayans permite que sean reelegidos.
En el Congreso también hay coincidencia en que los sueldos de la AGN sean similares a las dietas del Senado, que es de nueve millones en bruto. Al parecer, cobran bastante más. La gran diferencia es sobre la composición de la auditoría porque Menem, a instancias de Karina Milei, innovó con una propuesta que no satisface al resto de los bloques.
Consiste en que la AGN siga con seis directores, pero cuatro sean de Diputados, con la obligación de que el oficialismo de turno tenga uno de esos lugares. Así puede asegurarse que sea auditor Santiago Viola, mano derecha de la secretaria general.
En la propuesta de Menem, los dos restantes directores los pondría el Senado, que además debería firmar acuerdo para definir el presidente del organismo, a partir de una terna enviada por la oposición de mayor presencia legislativa, que según la Constitución Nacional tiene reservado ese cargo. Además, el proyecto oficialista es muy restrictivo en cuanto a las facultades de la AGN, un detalle que no agradó a la oposición.
En el Senado jamás votarían esa propuesta. Mayans pide que haya ocho auditores, cuatro por Cámara. Romero propone seguir con los seis actuales y que duren cuatro años. Una negociación entre ellos podría ser mantener el sexteto actual, con cinco años de mandato.
Rosca inicial
La pretensión de Karina Milei enturbió la negociación. El miércoles habrá doble jornada para discutir de la AGN: en diputados, la Comisión de Asuntos Constitucionales se reúne a la mañana; en el Senado, a la tarde, en plenario con la de Justicia y Asuntos Penales, que preside el oficialista Juan Carlos Pagotto.
Como explicó Letra P, Romero sí tuvo contactos con el oficialismo para acordar los seis miembros de la AGN como parte de la negociación. Serían dos para UP (uno por cámara) y el resto a repartir entre PRO, UCR, La Libertad Avanza y los partidos provinciales.
La legislación vigente permite elegir a los auditores según la proporción de cada fuerza. Desde 2016, se dejaron de tomar en cuenta los bloques y se define por acuerdos momentáneos. Es ese juego que no se logra cerrar en ninguna cámara desde el año pasado.
En cuanto a la Corte, Romero pide llevarla a siete, la rionegrina Mónica Silva a nueve; y UP tiene proyectos para que sea de 15, aunque está dispuesto a negociar otro número. Por ahora, en la Rosada no mencionan cuál prefieren. El miércoles mostrarán sus cartas.