Mauricio Macri llegará este lunes a la Argentina después de su viaje por Europa con la promesa de respaldar públicamente a Patricia Bullrich y terminar con las especulaciones que lo ligan a Javier Milei. La mesa chica de la candidata del PRO presiona para que el expresidente dé “señales claras” de apoyo bajo la amenaza de que, de no hacerlo, lo relegará a un segundo plano. En paralelo, una delegación macrista se codea con el libertario.
Los rumores arrancaron la misma noche de las elecciones primarias, cuando Macri aprovechó su centralidad en el escenario de Parque Norte para elogiar al economista de ultraderecha. Días después, el 19 de agosto, el libertario afirmó que, de ganar las elecciones, imaginaba al exmandatario con “un rol destacado como representante de la Argentina, alguien que puede abrir mercados”. Macri volaba a Marruecos para disputar el Mundial de bridge, así que evitó opinar sobre el tema. Respondió por él su asesor Fernando de Andreis, al sentenciar que no había “ninguna posibilidad” de que aceptara el ofrecimiento.
En la intimidad, el macrismo celebró ese puente que le tendió Milei. Especula con que, de resultar electa, Bullrich inevitablemente se dedicaría a “jubilar” a Macri; por lo que no ve con malos ojos la posibilidad de que un gobierno de Milei mantenga vigente al fundador del PRO y lo ayude a restablecer su liderazgo en el partido amarillo.
En el entorno del expresidente aseguraron a Letra P que volverá decidido a “involucrarse más” en la campaña de Bullrich. Sin embargo, admitieron que no hay “ninguna actividad programada”. Tampoco creen que vaya a confrontar públicamente con el candidato libertario. “Mauricio está para sumar votos; su rol no es salir a pelearse con Milei”, avisaron.
Macrismo libertario-friendly
Además de las versiones sobre empresarios cercanos a Macri que hoy financian a Milei, hay otros puentes entre ambos. Algunos exfuncionarios macristas son cuidadosos de no criticar al libertario y, aunque todos desmienten trabajar para él, hay casos sugestivos.
Uno es el del diputado Waldo Wolff, amigo personal de Milei y relegado de la campaña de Bullrich por haber dado un salto al larretismo que le dolió a la exministra en el plano personal. Otro es el exministro Guillermo Dietrich, que, a pesar de no tener un vínculo personal con El León, quedó marginado de los equipos de campaña de Bullrich y hoy no milita activamente para ella. "Si algún macrista se quiere acercar a nosotros, que salga a decirlo desde ahora", responden y desafían fuentes del club del clan Milei, consultadas por los nombres que suenan.
Entre los puntos de contacto del mundo macrista con el libertario está también Santiago Caputo, sobrino de Nicky, el hermano del alma del expresidente, que, como contó este medio, conoció a Milei a través de Ramiro Marra y hoy es uno de sus amigos más cercanos.
Los nexos son más concretos entre las segundas líneas. Milei ya le prometió la Secretaría de Trabajo a Miguel Ángel Ponte, un hombre que ocupó la oficina de Empleo en la gestión de Jorge Triaca y siguió en Producción bajo la órbita de Dante Sica. Tendría el máximo cargo en el área, ya que el libertario anticipó que le bajaría el rango al ministerio.
Las advertencias de Bullrich
Cerca de la exministra hay quienes sospechan del “doble juego” de Macri y quienes, directamente, lo acusan de jugar para que gane Milei. Hasta ahora, los reproches se multiplicaban por lo bajo, pero hace unos días blanqueó las quejas Nicolás Massot, que, en una entrevista con La Nación+, habló de la “ambigüedad” del expresidente y sugirió que debería tener una postura más “nítida”.
Bullrich mandó a sus dirigentes más cercanos a bajarle el tono a esas declaraciones y argumentar que Massot “habló por su cuenta”. Sin embargo, uno de sus colaboradores más leales confió a Letra P que hay presión del equipo bullrichista para que Macri salga a apuntalar a la candidata del PRO y que creció el hartazgo ante la indefinición del fundador del partido.
Por eso, las palabras de la propia Bullrich fueron leídas como una “última advertencia”: la exministra afirmó que la dirigencia de Juntos por el Cambio estuvo siempre “presa” de las decisiones de Macri y remató: “Que Mauricio se acomode como él crea que debe acomodarse”. Lo dijo unos días después de visitar a Macri en casa de Acassuso, antes de que el expresidente volviera a partir rumbo a Europa. En el PRO se cuidaron de que no trascendieran detalles sobre ese encuentro, al que describieron como una “reunión de trabajo”.
El enojo del bullrichismo es inocultable. “Hay una sola candidata y líder indiscutida, que es Patricia, y todo lo demás se debe ordenar en torno a eso; Macri es uno más dentro del espacio”, dijo a Letra P uno de sus colaboradores.
La verdadera apuesta de Bullrich es crear un nuevo Juntos por el Cambio con Macri en un rol acotado a la misión de “recuperar” votos en el interior del país. Que vaya a “ayudar” a fortalecer el voto duro del PRO en distintas provincias, le encarga la candidata, pero quiere mantenerlo ajeno a la campaña en Buenos Aires.
Bullrich también buscará mostrar que hay una nueva “camada” que trae “aire fresco” a la coalición y, por eso, esta semana buscará una foto con las figuras emergentes más representativas de las provincias, como Ignacio Torres (Chubut), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Marcelo Orrego (San Juan) y Leandro Zdero (Chaco), además de algunos dirigentes que ganan peso en su armado, como Sebastián García De Luca y Damián Arabia.