Nombres fuertes de la UCR de Córdoba se juegan su suerte en octubre. Rodrigo de Loredo, Soledad Carrizo y Gabriela Brower de Koning. Son tres de las 24 bancas en la Cámara de Diputados que el partido centenario arriesga en todo el país este año. La situación es vivida como “desesperante” por el contexto, pero particularmente en la provincia.
Todo parece indicar que sólo habrá lugar expectable para alguna figura de ese tridente en el distrito. El jefe de la bancada boinablanca en la Cámara de Diputados ata su proyección provincial a este turno electoral, mientras que Brower, alfil del presidente del partido, Marcos Ferrer, ya sabe que el apoyo a su amigo es total. La exintendenta de Quilino, que se referencia con el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, analiza escenarios.
Las posibilidades de la diputada del norte de Córdoba
Carrizo, con tres mandatos consecutivos en el lomo, se toma el desafío electoral que sigue con calma. “Si De Loredo es candidato, ella no insistirá con su reelección”, soplan en el entorno de la aliada estratégica del deloredismo.
Ahora bien, esto no significa que acepte un repliegue. El anecdotario de los armados de listas registra cómo peleó con uñas y dientes contra el exintendente capitalino, Ramón Mestre, por el espacio que consiguió en la nómina de 2019.
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Como una parte del radicalismo, Carrizo es una de las que piensa que debería darse un acuerdo con La Libertad Avanza de Javier Milei en Córdoba. Si por esas causalidades De Loredo se abstiene, la dirigente reactivaría sus pretensiones.
Este escenario parece improbable porque se cocina a fuego lento un armado local entre el PRO de Mauricio Macri y ese radicalismo que, a decir verdad, esperará que la tropa libertaria acepte una coalición amplia. Hasta ahora, el expresidente es la salida más viable para pelear uno de los tres escaños locales.
El juego en dupla con Alfredo Cornejo
Carrizo terminará su mandato con algunos proyectos bajo en brazo, un ojo puesto en la provincia donde aspira a jugar en 2027 y el otro en la elección. Este año, después de la compulsa legislativa nacional, la UCR deberá decidir la sucesión de Martín Lousteau al frente del Comité Nacional del partido.
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Soledad Carrizo es una aliada estratégica de Rodrigo de Loredo en Córdoba.
Cornejo es uno de los interesados en dar esa pelea, ya sea encabezando la propuesta o avalando otros nombres. Mendoza no tiene reelección, así que su dedicación podría ser plena. Carrizo sabe que acompañará un proceso que debería terminar con la llegada del gobernador a la estructura orgánica del partido a nivel nacional.
La diputada se siente cómoda con el juego grande. Sin embargo, buena parte del radicalismo de Córdoba sabe que la pelea por la conducción partidaria será clave para la posta que sigue: la dirección que se tomará para las elecciones ejecutivas en las provincias.
La bajada a Córdoba
Las fuerzas del cielo asoman como un atajo seguro para un radicalismo que encarará el ’27 casi cumpliendo tres décadas en el rol de oposición en Córdoba. Luis Juez intenta ganar esa mano buscando el favor presidencial, mientras el radicalismo empieza a pensar cómo mover ese elefante que muchas veces resigna el poder real por trenzarse en peleas intestinas entre tribus correligionarias.
Carrizo mirará ese juego que, por cierto, no asoma como excluyente de una candidatura para la cámara baja. Una pata de la UCR entiende que hay que empezar a poner la casa en orden para sostener los gobiernos provinciales y ganar otros, como Córdoba.
Este fin de semana, en la Fiesta de la Vendimia, Cornejo y Carrizo exhibirán su sintonía en un año de pruebas fuertes.