El cordobés ata su continuidad en el Congreso a la pelea en la Ciudad de Buenos Aires. Alejado de Macri y de Bullrich, apuesta al pleno de Larreta.
Héctor Baldassi apoyó a Horacio Rodríguez Larreta en 2023. Ahora espera que pase la elección porteña para pensar octubre.
Héctor Baldassi no habla con Mauricio Macri, el hombre que lo trajo a la política para airear la oferta de Córdoba. Está en las antípodas de Patricia Bullrich y es cercano a Horacio Rodríguez Larreta, a quien apoyó en 2023. El exárbitro cordobés este año deberá dejar la banca que ocupa desde 2013, momento en el que inauguró el sueño dorado del PRO.
Su continuidad depende de una fecha: el 18 de mayo. La ciudadanía de la Ciudad de Buenos Aires deberá elegir concejales en una elección que tomó un vuelo político inédito y que tendrá a ese tridente amarillo dispuesto a comerse los ojos. Baldassi sabe que el resultado de esa contienda por la Legislatura porteña ordenará el mapa interno, pero también sus posibilidades.
El expresidente intentó un acercamiento, a través de Darío Nieto, en octubre del año pasado, cuando visitó la Bolsa de Comercio. Baldassi no le perdona el sentido utilitario de su trayectoria y la popularidad que logró fuera de la rosca.
Quiso más, pero no fue el ungido por su promotor para peleas ejecutivas como la gobernación o la intendencia capitalina. El quiebre llegó cuando Macri encontró en la figura de Gustavo Santos, expresidente de la Agencia Córdoba Turismo del gobierno provincial, su nueva fascinación en 2021.
El desgaste entre Macri y Baldassi tomó cuerpo y forma dos años más tarde, con su pase al esquema de Larreta, cuando el entonces jefe de Gobierno porteño no tenía dudas que sería el próximo presidente.
Baldassi se mantiene allí, expectante. El entorno del árbitro anticipa que la pelea porteña será tremenda y hay quienes no dudan de que habrá hasta carpetazos. Si se confirma el poder de daño que pronostican las encuestas que colocan a Larreta con una intención de voto entre el 7 y el 10%, octubre sería la posta que seguirá.
Antes habrá que sobrevivir al recambio. El clima en el bloque PRO en la Cámara de Diputados es hostil y son varias las voces que ya vaticinan, incluida la de Baldassi, que la elección porteña terminará con la atomización de la bancada amarilla.
El nivel de estrés que vive la tropa legislativa en el Congreso quedó reflejado en la última reunión que Macri mantuvo con su bloque en el Senado, antes del debate sobre el futuro de los candidatos para la Corte Suprema.
“Macri estaba hablando con la cordobesa Carmen Álvarez Rivero muy acaloradamente. Intervino su primo y asesor, Sebastián García Díaz. El jefe lo terminó echando. Está todo muy picado”, contó un testigo directo.
Baldassi estudiará el campo de juego. En su equipo dan por descontado que el PRO de Córdoba terminará unido a la UCR de Rodrigo de Loredo. Sí así fuera, la fórmula cantada sería con la armadora de Macri, la defensora del Público de la Nación, Soher El Sukaria. ¿El árbitro podría colarse?
Si bien la versión corre fuerte, suena la réplica que recuerda que esa fue la dupla perdedora en los comicios municipales que terminaron con el cordobesista. Cada quién hace correr la versión que más le conviene.
Lo cierto es que Baldassi se lleva bien con el radical, al punto que fue al único que le cedió algo de protagonismo en la campaña capitalina, incluso un poco más que a su propia compañera de fórmula.
Cómo se ordene el mapa del PRO porteño incidirá en la suerte de Baldassi. Si Macri salva la ropa, hay chances de que priorice a quienes designó como sus armadores en Córdoba: al intendentismo y a El Sukaria, que siempre permaneció en su cancha.
Ahora, si Larreta vuelve podría activarse una fase transversal que pone a jugar a Hacemos, la criatura partidaria del exgobernador Juan Schiaretti. Como contó Letra P, el porteño y el cordobés esperan que pase la zaranda electoral porteña para comprobar qué queda en pie y qué puede armarse rumbo a octubre.
Si esa estructuración prospera, podría abrirse una ventana open mind para la estrella del arbitraje internacional. Al fin y al cabo, el cordobesismo siempre lo cuenta adentro, hecho que Baldassi niega cada vez que puede. Aunque es cierto que el año pasado hizo algunos guiños como cuando pidió a su concejal, Gabriel Huespe, que rompiera la bancada PRO para jugar en una posición amable con el intendente Daniel Passerini.
¿Quiere ser candidato? Baldassi dice a su tropa que quiere seguir haciendo política. Como su ingreso en aquel lejano 2011, su futuro se cocina en la ciudad de la furia.