El cuarto y último discurso de la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, en la apertura de sesiones ordinarias del próximo 1 de marzo, dará pie para el fortalecimiento de un plan a todo o nada que genera tensión dentro de Juntos Somos Río Negro (JSRN), el partido que conduce desde su creación el senador nacional y flamante candidato del oficialismo, Alberto Weretilneck. Pasadas las elecciones provinciales del 16 de abril, la mandataria se dedicará a consolidar una candidatura a la intendencia de San Carlos de Bariloche, su ciudad y principal distrito electoral rionegrino.
En lo que se espera sea un repaso pormenorizado de la gestión, una de las dos gobernadoras mujeres del país (la otra es Alicia Kirchner, de Santa Cruz), perfecciona la estrategia para competir por la jefatura del Centro Cívico. Con la salida de Gustavo Gennuso de la intendencia, sin margen para una reelección, Carreras se apuntala para conducir los destinos de la urbe emblema del sur argentino, que se destaca por el atractivo turístico y una desigualdad de enormes proporciones.
Por carta orgánica, Bariloche renueva autoridades el primer domingo de septiembre. La fecha, lejana a la contienda rionegrina y en medio de las primarias y generales presidenciales, deja amplio margen de trabajo a Carreras. Primero, claro, deberá garantizar de forma contundente el triunfo a JSRN en abril, en lo que será el principio del final a su único mandato como gobernadora. “Como prioridad, la provincia. Después, todo al pago chico”, respondió a Letra P un dirigente con llegada al entorno de la jefa patagónica.
Consultado por Letra P sobre el futuro de la sucesora, Weretilneck destacó que “ella deberá decidir en qué lugar quiere estar” y, en las últimas horas, completó el concepto en declaraciones a Canal 6. “Lo definiremos con diálogo, buscaremos lo mejor para Bariloche y JSRN. Debemos esperar la decisión de Arabela”, sumó en el medio barilochense, previo a una aclaración importante: el partido, con cinco sectores inconfundibles, debe consensuar una lista competitiva.
La gobernadora está obligada a negociar con el saliente Gennuso, que arenga la candidatura de Marcela González Abdala, actual jefa de gabinete e inscripta segunda en la boleta del circuito andino por JSRN. Lo mismo sucederá con el ministro de Obras Públicas, Carlos Valeri, al que le responden tres concejales del deliberante. El diputado nacional Agustín Domingo, de la mesa chica de Weretilneck, es otro de los nombres en danza del sello verde. Al grupo se le suma Juan Pablo Muena y la legisladora Julia Fernández.
Carreras Bariloche
Carreras, en un acto en Bariloche.
En cuanto a los aliados, circula con cada vez más fuerza el nombre de Ramón Chiocconi. El legislador de Unidad Ciudadana fue anunciado como cabeza de lista en el tramo del circuito por Nos Une Río Negro, la boleta que armó el kirchnerismo para aislar a la familia Soria. Este médico rescatista, de reconocida trayectoria, supo presidir el legislativo municipal cuando María Eugenia Martini se hizo cargo del ejecutivo, entre 2013 y 2015, luego de la destitución de Omar Goye (PJ).
Desde atrás, emerge la concejala Julieta Wallace. Del peronismo opositor al acuerdo con Weretilneck, agrupa a la pata rebelde del justicialismo.
Carreras Gennuso
Carreras y Gennuso, dos figuras claves para Bariloche.
La versión de Juntos, bautizada Cambia Río Negro, tiene como uno de los máximos referentes del espacio al candidato a vicegobernador Juan Pablo Álvarez Guerrero. Hijo del primer gobernador en el retorno a la democracia, es un actor más en la negociación de ese sector como barilochense. El jefe del PRO, Aníbal Tortoriello, dejó trascender algunos nombres como el de Carlos Aruistegui, titular de la Cooperativa de Electricidad Bariloche (CEB). En su momento, Aristegui participó de reuniones cuando el macrismo se referenciaba en Sergio Wisky, un hombre que estrechó una sólida relación con Marcos Peña y que en estos días observa desde afuera el proceso electoral cambiemita.
Así las cosas, Carreras construye con determinación su destino. En Viedma, la capital, en los mentideros de la política se habla del riesgo del pleno. Su capacidad definirá si es posible quedarse con todo.