Neuquén: Luis Maduelo, el intendente de Junín de los Andes, la ciudad en la que la planta política se aumentó 80% el sueldo y enfureció al oficialismo.
El aval para un aumento salarial del 80% a la planta política de Junín de los Andes generó un revuelo político y rechazo de la administración del gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, que se opone a la decisión del intendente Luis Madueño, uno de sus aliados en La Neuquinidad.
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Ante el pedido público del gobernador, Madueño terminó vetando la ordenanza en torno a la cual había girado la agendo política del día. Cuando el Concejo Deliberantede Junín avaló el incremento para el jefe comunal, su planta política y el cuerpo de ediles en su conjunto, la noticia se expandió por fuera de los límites locales. La movida propició el rechazo de los gremios, que este lunes se preparaban para reclamar en las puertas del municipio, en una movilización sobre el final del día.
Fuentes del gobierno neuquino ratificaron el fastidio que generó en Figueroa y anticiparon que, sea cual sea la decisión del cuerpo legislativo cordillerano, la provincia no enviaría los fondos para sustentar el incremento. La decisión se hizo pública tras las declaraciones del gobernador.
La decisión de Madueño de avanzar con un incremento en su dieta, la de los concejales y la planta política no sólo encendió la polémica en su ciudad. La medida impactó de lleno en el tablero neuquino y generó malestar en el corazón del oficialismo provincial que conduce Figueroa, donde la palabra que más se repite es “desencaje”.
La ordenanza, aprobada por unanimidad en una sesión extraordinaria del Concejo Deliberante, creó un adicional remunerativo denominado “Función Política”, que elevó de manera notable los ingresos del intendente, el viceintendente, los ediles y los principales cargos del Ejecutivo local. Desde el municipio salieron a aclarar que no se trata de un aumento discrecional sino de una recomposición salarial postergada, con el argumento de jerarquizar la función pública y adecuar los sueldos a la responsabilidad institucional.
#Neuquén Tras el pedido de Figueroa, el intendente de Junín de los Andes, Luis Madueño, vetó la ordenanza que otorgaba aumentaba un 80% el sueldo de concejales y funcionarios municipales
Era "una medida que alejaba a la política de las prioridades de la gente", dijo el… pic.twitter.com/rni7E0vZIa
Pero la velocidad del trámite fue, justamente, uno de los puntos que más ruido generó. Desde el gremio ATE, la delegada en Junín de los Andes, Azucena Quintriqueo, cuestionó con dureza el procedimiento y el timing político de la decisión.
“Estamos haciendo acciones por toda esta movida que surgió en el Concejo Deliberante, pero es algo que sucedió el fin de semana y tomó relevancia política ahora. Hicieron una sesión extraordinaria, pero nunca se dio una sesión tan veloz para dar respuesta al pueblo”, sostuvo la dirigente sindical, ante el llamado de Letra P.
La explicación del Ejecutivo andino no logró amortiguar el impacto político. En la Casa de Gobierno de Roca y Rioja, la lectura fue inmediata y mucho más cruda. El propio Figueroa puso en palabras el enojo que recorre al Ejecutivo neuquino y rompió la cautela habitual con una definición contundente.
“Estoy muy molesto con los que no sintonizan claro qué está pasando hoy. Se da un aumento en un contexto que no tiene nada que ver con lo que estamos propiciando. Junín es un municipio que requiere todos los meses recursos para pagar sueldos”, lanzó el gobernador.
Además, el contexto financiero agrava la lectura política: Junín de los Andes es uno de los municipios que recibe asistencia mensual de la provincia para cumplir con obligaciones básicas, entre ellas el pago de salarios. En ese marco, el aumento del gasto político fue leído como una señal contradictoria y difícil de explicar hacia adentro y hacia afuera del oficialismo.
Figueroa expuso al intendente al ponerle número a esa asistencia. "El gobienro de la provincia del Neuquén le manda todos los meses 500 millones a la municipalidad para que puedan terminar de pagar sueldos", dijo y pidió públicamente a Madueño que "revea" la ordenanza. Alineado, el jefe comunal aceptó.
Temor por el efecto derrame
El malestar tampoco quedó circunscripto a la capital provincial. La noticia del aumento corrió rápido por la región sur y generó fastidio en otros intendentes. Carlos Saloniti, en San Martín de los Andes, y Javier Murer, en Villa La Angostura, asimilaron la información con incomodidad.
En ambos municipios, aseguran cerca de sus gestiones a Letra P, se mantuvo una política de contención salarial en la dirigencia, en sintonía con los aportes que realiza la provincia para sostener el equilibrio financiero. Y, apenas trascendió el dietazo, se comunicaron con el gabinete para manifestar preocupación.
En ese esquema, la regla implícita es clara y la provincia acompaña, pero en respuesta de “coherencia política”. El paso dado por Madueño fue leído como una ruptura de ese pacto y como un antecedente incómodo para el resto de los jefes comunales.
Los gremios, a las calles
Mientras tanto, el frente sindical suma presión. ATE y otros sectores reclaman que, si hubo margen para una recomposición del 80% en la cúpula política, esa mejora debe alcanzar también a la planta municipal, que arrastra salarios bajos y negociaciones paritarias empantanadas.
Sin embargo, la queja del gobernador y los municipios vecinos terminó por imponerse ante la necesidad de una señal de que no habrá respaldo desde la capital de Neuquén para decisiones que incrementen el gasto.
En un contexto de malestar social y reclamos salariales apenas contenidos, el aumento es incómodo. Y en Junín de los Andes, ese símbolo ya empezó a tener consecuencias que exceden largamente la discusión salarial.