OPINIÓN

El avance de la educación no formal en Argentina

Un 60% de las capacitaciones ya no requieren presencialidad exclusiva. El acceso más flexible a través de internet. Formación ágil y especializada.

La reciente encuesta de educación permanente (no formal) realizada por el Observatorio de la Cámara Argentina para la Formación Profesional y la Capacitación Laboral revela un panorama dinámico y en constante evolución. A medida que el mundo avanza hacia una mayor adopción de tecnologías, la educación no formal en Argentina no se queda atrás. Un notable 60% de las capacitaciones ya no requieren presencialidad exclusiva, permitiendo a los estudiantes acceder a formaciones desde cualquier lugar, siempre que cuenten con una conexión a internet.

La encuesta destaca que aproximadamente 300.000 estudiantes al año eligen capacitaciones cortas, de las cuales más del 82% no superan los nueve meses de duración. Esto subraya una tendencia hacia la formación ágil y especializada, adaptada a las necesidades inmediatas del mercado laboral.

Vivimos en una era donde la tecnología ha permeado casi todos los aspectos de nuestras vidas. Desde el consumo hasta la interacción social, estamos cada vez más "conectados". Esta realidad no exime a la educación. El incremento de las formaciones a distancia refleja no solo una adaptación a las circunstancias actuales, sino una evolución necesaria para seguir siendo relevantes y accesibles.

Sin embargo, esta digitalización también trae consigo desafíos significativos. La dependencia de la tecnología puede exacerbar problemas como la adicción, la depresión y la fragmentación social. Se calcula que pasamos alrededor de 10 horas diarias conectados, con un 30% de ese tiempo dedicado a las redes sociales. La algoritmización de la sociedad, como así la exacerbación del individualismo, entre otras consecuencias debe funcionarnos de alerta de hacia dónde queremos dirigir nuestras innovaciones tecnológicas y ponerlas al servicio del bienestar social y no de los pocos que lucran con esas consecuencias.

En un mundo donde la tecnología avanza rápidamente, tenemos la oportunidad de utilizar esta conectividad para fomentar la igualdad y la autonomía humana. La tecnología al servicio de la educación puede ser un motor para una sociedad más equitativa y democrática, si se implementa estratégicamente.

Argentina tiene una gran oportunidad en el contexto global actual, producto de años de educación pública en todos los niveles y de ranking internacional en educación superior. La demanda por capacidades específicas y formación profesional es cada vez mayor. Sin embargo, la falta de una estrategia nacional que promueva la equidad educativa puede ahondar las desigualdades existentes. , dejando a nuestros jóvenes a merced de un sistema donde su futuro depende más de su lugar de residencia que de su potencial y esfuerzo. Es crucial un Ministerio de Educación que se enfoque en impulsar políticas públicas que favorezcan la educación inclusiva y legislar sobre el uso de la tecnología para garantizar su impacto positivo en la sociedad. Es esencial pensar en la innovación tecnológica, garantizar la conectividad y computadoras en cada rincón del país, y avanzar en la alfabetización digital, que incluye temas como la ética y cuestiones políticas sobre hacia dónde queremos enfocar nuestra innovación.

Hoy nos encontramos en un punto crítico donde el valor de la enseñanza está siendo devaluado económicamente. Esto desalienta a futuros educadores y envía un mensaje negativo a nuestros estudiantes. Debemos cambiar esta narrativa, valorando y respetando a nuestros docentes, y reconociendo (simbólica y salarialmente) su rol esencial en la formación de las futuras generaciones.

Invertir en educación debe ser una prioridad en la agenda pública. No solo por sus beneficios económicos, sino también por su impacto en la calidad de vida de los individuos y la sociedad en su conjunto. La educación mejora las oportunidades laborales, fomenta el pensamiento crítico y la curiosidad, y fortalece las relaciones sociales en un mundo cada vez más mediado por algoritmos. En términos individuales, es un aumento en las oportunidades laborales y profesionales, pero también una mejora en la calidad de vida. Provee herramientas para cuestionar lo que sucede a nuestro alrededor, para hacerse preguntas nuevas y para tener otras curiosidades. Es una oportunidad de estar mejor y de transitar mejor el tiempo que tenemos en la vida. En términos colectivos, también es difícil de cuantificar el éxito. La inversión en educación cambia la morfología de las relaciones sociales, dotando a los individuos con mejores herramientas para relacionarse. En un momento donde la sociedad está mediada por algoritmos, necesitamos nuestras mejores habilidades críticas para poder decidir por nosotros mismos.

Cuando hablamos de educación, hablamos de soluciones. Pensar la política educativa con una mirada estratégica significa resolver muchas otras cuestiones, que van desde lo social hasta lo económico y productivo. Pensar en qué tipo de sociedad queremos construir es también reflexionar sobre el modelo productivo de la Argentina a largo plazo. La educación es una de las mejores oportunidades que tienen los argentinos y las argentinas para mejorar la productividad y la calidad democrática del país. La democracia es el mejor terreno para la creación de nuevo conocimiento. Ignorar este camino es hipotecar aún más nuestro futuro.

educacion: es con todos
Javier Milei y la ministra Sandra Pettovello.

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