Hace unos días vi la película Una Flor en el Barro, un film de 2023 dirigido por Nicolas Tuozzo y protagonizada por Nicolás Francella. La obra abarca temas como la relación entre docentes y alumnos, el sistema educativo y el contexto socio económico. Sin embargo, lo que más me llamó la atención es una escena que posee un profundo valor en el contexto actual.
En esta escena, los alumnos son invitados por su profesor a participar en una versión diferente del juego de la silla.
Todos recordamos este juego de nuestra infancia: se colocan sillas en círculo, los participantes deben caminar alrededor de ellas y, al sonar una orden, deben sentarse. El juego premia al que lo hace más rápido, ya que siempre hay una silla menos que la cantidad de participantes. Es así como en cada turno los jugadores deben asegurarse un asiento, incluso si eso implica empujar a otros. El juego continúa hasta que queda un único participante, el ganador.
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Lo interesante de la película es que el docente de la historia modifica la dinámica y la consigna del juego. En lugar de competir, al sonar la orden todos deben estar sobre las sillas, ayudándose, compartiendo, sosteniéndose y acompañándose mutuamente. Aunque en cada ronda haya una silla menos, solo se gana si están todos juntos y no queda nadie excluido. Si alguien no está arriba de las sillas, se pierde el juego y, si todos lo están, quien gana no es el individuo sino el grupo.
Solidaridad vs. exclusión
Esta escena nos invita a reflexionar sobre la importancia del apoyo y la solidaridad en momentos de tanta exclusión, donde se proclama la virtud del individualismo extremo.
Personalmente, destaco como enseñanza que en la vida -en la Argentina de hoy- no se trata de excluir, sino de incluir y sostenernos mutuamente. La solidaridad y el apoyo entre todos son fundamentales, incluso o más aun cuando enfrentamos carencias o desafíos sumados a políticas y mensajes de “sálvase quien pueda”.
Extremar el comportamiento darwiniano no es el mejor camino para construir una sociedad próspera y con altos niveles sociales. Desde el ámbito educativo, resulta imperativo que el docente busque incluir en lugar de excluir, trasmitiendo que la victoria es del grupo y no del individuo, y que el éxito se consigue mediante la colaboración y la solidaridad.
Por eso, les propongo como sociedad y me propongo como individuo recuperar el desafío de este maestro, que el juego ahora tiene una nueva consigna: se gana si es con todos, mediante la solidaridad, la educación, la inclusión y el sostén de la comunidad.