TODOS CONTRA TODOS

Berni se cuadra

En silencio, se abraza a Kicillof y se distancia de la interna. Foto con Maslatón y pausa al agite en la Segunda. Represión y muerte en GELP, punto de quiebre.

LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) Sergio Berni tuvo esta semana dos apariciones públicas en menos de 24 horas. Primero, una foto con el gobernador Axel Kicillof en Guernica, donde inauguraron comisarías, y después un encuentro en su búnker de Puente 12 con el liberal todoterreno Carlos Maslatón, un cruce inesperado y sorpresivo en el verano político en Argentina.

 

Fue un movimiento extraño en la agenda de temporada estival del ministro de Seguridad bonaerense. Desde fines del año pasado, bajó notoriamente su perfil, interrumpió sus habituales apariciones en el prime time de la televisión, archivó su característica artillería verbal y se abrazó a Kicillof. Esta temporada no hubo, para Berni, ni la atractiva vidriera del Operativo Sol, esa que alguna vez usó para mostrarse patrullando en helicóptero por las playas de la costa.

 

“Se cuadró”, resumen en los pasillos de la Gobernación sobre el ministro que en 2022 quedó en la mira como nunca antes en su gestión bonaerense por las derivaciones de la represión policial en el estadio del club Gimnasia y Esgrima de La Plata, que terminó con un hincha muerto y decenas de heridos. Desde entonces, Berni entró en modo avión.

 

En el inicio de este año electoral -y en medio de un escenario convulsionado por las internas en el Frente de Todos (FdT)- los contrastes de este presente de Berni con sus movimientos en 2021, la última elección, no podían ser más marcados.

 

Aquel año, tensó hasta último momento la organización del FdT empujando para que se abra la competencia interna en su pago, la Segunda sección electoral, conurbano norte, donde también hace política su esposa, la diputada Agustina Propato. Finalmente, en el oficialismo no hubo internas en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y la movida quedó abortada, pero el ministro se ocupó de resaltar que esa falta de participación interna había sido la causa de la derrota. Sus dardos apuntaban, sobre todo, contra Máximo Kirchner.

 

No fue el único movimiento disruptivo en aquel último turno electoral de 2021. En medio de críticas cada vez más fuertes a Alberto Fernández -y con la pelea con Sabina Frederic de fondo- presentó una lista interna para competir por la presidencia del PJ nacional, enfrentando a la candidatura de consenso del propio AF.  A último momento, con todo, decidió bajarla, con el argumento de la presencia de Kicillof en la lista “oficialista”.

 

Berni junto a Maslatón, en Puente 12.

La defensa de ese perfil incómodo para el gobierno de Kicillof fue siempre la misma. Berni y su entorno explican que ese despliegue mediático de confrontación política, discurso confrontativo y mucho énfasis en el rol del ministro en la “primera línea” de los hechos sirve para atraer votantes que, sin esa figura en el FdT, se inclinarían por opciones de derecha de línea dura, como Patricia Bullrich.

 

Con todo ese ruido de fondo, el año pasado, la continuidad de Berni en el gabinete bonaerense -a donde llegó por decisión de Cristina Fernández y no del gobernador- fue puesta en duda una y otra vez. El episodio en el Bosque platense fue un punto bisagra.

 

Desde entonces, Berni moderó el perfil y hoy en su entorno señalan una y otra vez que está alineado políticamente 100 por ciento detrás de Kicillof y su reelección, lo que implicaría, por ejemplo, supeditar su proyecto de construcción política en la Segunda, donde la diputada Propato aspira a competir por la intendencia de Zárate, a lo que se resuelva en la mesa provincial del Frente de Todos.

 

“Axel ordena, es su jefe político. Y si va Axel, Berni lo acompaña”, resaltan en el entorno del ministro, donde subrayan la salud de ese vínculo después de que el año pasado anunciara públicamente con bombos y platillos su “alejamiento” del kirchnerismo.

 

“No bajó ninguna bandera. Sigue diciendo sus críticas y no las esconde”, aclaran cerca del ministro, que hoy sigue defendiendo aquella frase polémica sobre el Presidente “el que trajo al borracho, que se lo lleve”. “Lo criticaron mucho y hoy está más claro que nunca que el que lo trajo se lo quiere llevar”, dicen en el entorno del titular de Seguridad.

 

Los tiempos cambiaron. Alineado a la “Pax bonaerense” firmada en Merlo en la mesa del FdT provincial, Berni, por ahora, no da ninguna señal de intentar patear el tablero como hizo en 2021.

 

Carolina Piparo y Karina Milei.
Federico Achaval, intendente de Pilar.

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