El intento de golpe de Estado en Brasil dejó en un lugar incómodo a Juntos por el Cambio. La reunión de este martes de su mesa nacional quizás los saque del entredicho, pero los principales socios de la coalición opositora no pudieron consensuar un pronunciamiento común para respaldar el proceso democrático en el país vecino. Tampoco en la cámara de Diputados, donde se multiplicaron las expresiones individuales por las redes sociales y hubo comunicados distintos de dos grupos del interbloque de JxC.
En el conglomerado opositor minimizaron la ausencia de un texto único. Lo mismo en la Cámara baja: cerca de los principales jefes parlamentarios explicaron que cada uno se expresó a su manera. Sin embargo, esa respuesta contrasta con la velocidad que tuvieron el 2 de enero, cuando emitieron un repudio unánime contra el pedido de juicio político al presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti. Hace una semana, para afrontar ese planteo demoraron menos de 24 horas en hacerlo, pero en esta oportunidad, sólo hubo expresiones disímiles.
La primera piedra discursiva fue lanzada por el expresidente Mauricio Macri desde su cuenta de Twitter y eso, cuentan en el espacio, originó que "algunos se cortaran solos". Tras el planteo del exmandatario surgió un grupo de 29 legisladores, liderados por el diputado radical y exministro Ricardo Buryaille, quien redactó un proyecto de declaración que les permitió evitar el mutismo o depender de las redes sociales.
"Manifestamos nuestro más enérgico repudio a este intento de interrupción democrática que empaña los logros en ese sentido en la región, sobre todo, recordando que éste es el año decretado como los ‘40 años de Democracia’ en nuestro país", sostiene el texto impulsado por el diputado formoseño y titular de la Comisión de Agricultura. "Nunca se debe atentar contra las instituciones democráticas, la Constitución y la división de poderes. Ni en Brasil, ni en Perú, ni en Argentina”, afirma el escrito que lleva la firma de 20 integrantes de la Cámara baja de los bloques de la UCR y Evolución Radical. Por la Coalición Cívica (CC) sólo firmaron Marcela Campagnoli y Rubén Manzi, mientras que por el PRO lo hicieron los macristas Germana Figueroa Casas, Gustavo Hein, Pablo Torello y Sabrina Ajmechet. A quienes se sumó el puntano Claudio Poggi, del bloque Avanzar San Luis.
El primer pronunciamiento duplicó los interrogantes sobre las posiciones de los otros casi 90 diputadas y diputados de JxC que se aferraron a tu cuenta de Twitter, pero no reclamaron un comunicado. Mientras que algunos sospechan que el tema es parte de un debate irresuelto dentro de la coalición opositora; otros hablan de otra cosa: pura conveniencia y cautela para no tomar distancia del electorado más ultra de la coalición. "Se que hay simpatía en JxC por estos líderes, que para mi son antidemocráticos como (Donald) Trump o Bolsonaro, pero quiero creer que todos los socios de JxC respetan el sistema democrático", dijo el titular del bloque de la CC, Juan Manuel López, en una entrevista con Radio Con Vos.
En el medio surgió otro grupo de legisladores que sorprendió. Estuvo liderado por el ultraliberal Fernando Iglesias, integrante del PRO y titular de la Comisión de Mercosur de la Cámara Baja. "Como integrantes de JxC y miembros de la comisión de Mercosur, repudiamos enérgicamente el vandálico ataque al Congreso y el Tribunal Supremo de Justicia brasileños. La vigencia de las instituciones democrático-republicanas no puede ser puesta en discusión. Expresamos todo nuestro apoyo a sus miembros en la hermana República de Brasil", escribió en la red social. Este pronunciamiento sumó a 12 integrantes de JxC, entre ellos los exfuncionarios Hernán Lombardi y Gustavo Santos. Lo más claro de los dos textos, pero en especial del segundo, es que no había interés de comparar la situación de Brasil con Argentina. Todo pasó a un segundo plano cuando la mayoría se unió para cuestionar al canciller Santiago Cafiero, quien comparó a Macri con el exmandatario brasileño Jair Bolsonaro.
Este domingo, Macri repudió "los hechos violentos" y expresó su "solidaridad con el presidente Lula en este momento"; pero en una línea siguiente buscó equiparar el ataque de la ultraderecha bolsonarista en Brasil con el juicio político que impulsan Alberto Fernández y 11 gobernadores contra la Corte Suprema. La diferencia inicial la marcó el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta, que usó la misma red social: "Profunda preocupación por el asalto a las instituciones de la democracia en Brasil. Mi condena absoluta a la acción violenta y mi total solidaridad y apoyo a Lula y a todo el pueblo de Brasil", escribió.
El planteo del expresidente le sirvió como línea discursiva a la jefa del PRO, Patricia Bullrich, quien escribió en igual sentido. Luego distintos dirigentes parlamentarios lo retuitearon. Otras referencias apelaron a expresiones propias, entre ellas la diputada María Eugenia Vidal, usó su cuenta para diferenciarse. "La democracia se respeta. Las instituciones se defienden. En Argentina, en Brasil, en Chile, en Perú y en toda República", escribió la exgobernadora bonaerense. También hubo quienes tomaron la posición de Macri y salieron a cruzarse con Cafiero, como es el caso del titular del bloque del PRO Cristian Ritondo. "Hablan de democracia, pero apoyan las dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Hablan de institucionalidad, pero le quieren hacer juicio a la Corte Suprema. Hablan de respeto y amor, pero tiran 14 toneladas de piedras. Son unos caraduras", lanzó.
"No es la 'derecha' la que está protagonizando un intento de desestabilizar la democracia en Brasil sino marginales populistas. Tan marginales como sectores K aquí. La democracia se defiende sin peros. Condeno con firmeza cualquier intento de desconocer la legitimidad de Lula", sostuvo el exministro Alejandro Finocchiaro. "Pertinente medida en Brasil: impedir ataques contra instituciones de la democracia. Los poderes de la república, defensores de la constitución nacional, deben rechazar actos terroristas, vandálicos y criminales. Brasil precisa normalidad. Argentina también", retrucó el legislador en otra demostración de los dilemas que afronta la coalición opositora sobre la situación en Brasil.