LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) En los quince intendentes y tres intendentas que tiene en la Primera sección electoral el Frente de Todos (FdT) deposita gran parte de sus expectativas electorales para juntar los votos necesarios y evitar que esta región del conurbano norte se transforme en un agujero negro para el oficialismo que produzca una sangría de diputados. Pelea contra el 51% de los votos que cosechó en 2019, lo que le permitió quedarse con nueve de las 15 bancas que se ponen en juego. Además de las intendencias y la gobernación, para la que está lanzado Axel Kicillof, el todismo se juega el reparto de bancas en la Legislatura.
El FdT gobierna dieciocho de veinticuatro distritos y será tarea de esos intendentes e intendentas, en especial los de los distritos más populosos, hacer una buena elección que evite que la sección pierda buena parte de sus representantes legislativos; el 39 a 39 por ciento de 2021 le pronostica tiempos difíciles
El fracaso de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal en los gobiernos nacional y provincial, sumado a la nueva impronta de un peronismo unido con la incorporación de Sergio Massa, y la novedad de un moderado Alberto Fernández como candidato presidencial, la coalición engendrada por Cristina Fernández logró hacer una muy buena elección en la sección donde el año pasado hubo 4,7 millones de personas habilitadas para votar.
Sin embargo, ese es un número que difícilmente pueda repetir este año con una gestión desgastada, altos niveles de inflación y una coalición en crisis constante, ya que debería sumar diez puntos a lo alcanzado en las primarias. Sacó lo mismo que Juntos, que gobierna solo seis intendencias.
El peso de la sección es, además, clave para retener el control del gobierno provincial: con 4.786.617 electores, según datos de la Junta Electoral, prácticamente emparda a la poderosa Tercera sección, donde el peronismo tiene su mayor caudal de votos.
Los distritos del FdT con más volumen de electores son Merlo, gobernado de forma interina por Karina Menéndez, hermana del intendente en uso de licencia Gustavo Menéndez; Moreno, conducido por la dirigente del Movimiento Evita, Mariel Fernández; San Martín, capitaneado por Fernando Moreira, quien, como se encargan de repetir en el entorno del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, será número puesto para disputar el sillón municipal; Tigre, en manos de Julio Zamora; Morón, donde gobierna Nuevo Encuentro de la mano de Lucas Ghi; Malvinas Argentinas, con la intendenta interina Noelia Correa, pero bajo la conducción política del ministro de Infraestructura, Leonardo Nardini; Pilar, gobernado por Federico Achaval, y José C. Paz, en manos del histórico barón Mario Ishii. Esos ocho distritos acumulan el 54,6% de los electores de la sección.
Pero, además, hay otros intendentes de peso a la hora de salir a juntar votos, no tanto por el volumen de electores de esos distritos sino por el espesor de la figura política que los comandan. Es el caso del exministro de Desarrollo Social Juan Zabaleta, en Hurlingham, o de Alberto Descalzo, en Ituzaingó desde 1995.
Tendrán que lidiar con la conducción y liderazgo en la región de los intendentes de Juntos que ganan holgadamente sus distritos y son referentes para la sección: Jorge Macri, junto a la intendenta interina, Soledad Martínez (Vicente López); Gustavo Posse (San Isidro); Diego Valenzuela (Tres de Febrero); Jaime Méndez (San Miguel) y su jefe político, anotado en la fila de candidatos a gobernadores de la oposición, Joaquín de la Torre; y, en menor medida, Sebastián Abella (Campana) y Alejandro Federico (Suipacha). Juntos no sólo pretende ganar la sección y retener los distritos que gobierna, como contó Letra P, también apunta a arrebatarle algunos de las intendencias, como San Martín, Morón, Ituzaingó y Hurlingham.