ELECCIONES 2022

Nardelli: "Hay que discutir la problemática de los italianos en el exterior"

El candidato de la USEI buscará un puesto en la Cámara baja en los comicios del 25 de septiembre. Problemas de la comunidad, relación bilateral y contexto.

La política italiana no es un tema ajeno para Francisco Nardelli, el presidente del Hospital Italiano de Bahía Blanca, quien a lo largo de su vida ocupó distintos cargos de liderazgo en su comunidad, entre los que se destaca la vicesecretaría general para América Latina, que ocupó entre 2006 y 2015 desde Roma. Los comicios del 25 de septiembre, que conformarán el nuevo Parlamento para suceder al primer ministro Mario Draghi, no serán la excepción porque buscará llegar a la Cámara de Diputados por la Unión Sudamericana Emigrantes Italianos (USEI). En diálogo con Letra P, convocó a “poner en la discusión italiana la problemática de los italianos en el exterior”, ya que durante los últimos años, consideró, Roma perdió “de vista las oportunidades y potencialidades” que representan.

 

En un escenario en el que no se descarta que la derecha más extrema forme gobierno, Nardelli promueve acercar posiciones entre Roma y la comunidad que vive en América del Sur, agilizar los trámites consulares para que el “pasaporte no se convierta en una válvula de escape” y promover acuerdos académicos y universitarios entre la juventud. “Está faltando una relación institucional en lo político y económico para generar las condiciones para que Italia vuelva a ver a la Argentina como un socio”, agregó.

 

-¿Cómo llega Italia a estas elecciones?

 

-Es una realidad bastante compleja para la concepción argentina. En Italia, cuando se pierde la mayoría parlamentaria, se convoca a elecciones para ver si surge una nueva mayoría. Estamos en el final de un proceso muy complicado y ante el desafío para ver qué mayoría resulta.  

 

¿Cómo incide la comunidad italiana en estas elecciones y cómo influyen los cambios políticos en la propia ciudadanía?

 

-Toda esta complejidad hizo que los italianos en el exterior no estemos en la agenda de la política italiana. Por eso hay que elegir representantes del territorio que puedan generar consensos y volver a poner en la discusión italiana la problemática de los italianos en el exterior, que son seis millones de personas, de los cuales un millón y medio residimos en América del Sur.

 

-¿Por qué se perdió esa incidencia?

 

Es un problema de miopía, de la crisis económica de 2008, el problema de bloques que se van cerrando en sí mismos, el fracaso de la negociación entre la Unión Europea y el Mercosur. Hubo un montón de factores que llevaron a Italia a encerrarse en sí misma y que los problemas internos hicieran perder de vista las oportunidades y potencialidades de Italia en el mundo gracias a esta presencia masiva. 

 

-¿Cuáles son los principales problemas de la comunidad?

 

-El reclamo por el pasaporte, de las filas eternas por la ciudadanía y las dificultades para obtener respuestas del consulado. Son el resultado de años de desinversión. Se puede revertir esa percepción de que los italianos en el exterior son un gasto y que podemos ser una inversión. Hay decisiones que se pueden tomar para que les vaya mejor a los ciudadanos en el extranjero y que el pasaporte no sea una válvula de escape, sino un instrumento para acceder a estudios, trabajo y facilidades para emprender. Estamos convencidos que la política italiana para el exterior tiene que estar al servicio de la comunidad y para favorecer una relación de sinergia positiva entre Italia y el país de residencia para mejorar las condiciones de vida de toda la comunidad. Que no sea una política de ghetto, sino integrativa para construir la Argentina que todos queremos.

 

-¿Cuáles son las propuestas para resolverlos? 

 

-Tienden a sanar las discriminaciones en la ciudadanía. Hay personas descendientes de madre italiana que no pueden acceder a la ciudadana y algunas que solo pueden acceder si inician un juicio en Roma. Cambiar eso, favorecer cupos en las universidades italianas para acceder a formación académica y tener oportunidades en el mundo universitario. Cuando Italia revea el escenario y se dé cuenta de que América del Sur es un lugar que, gracias a la presencia de la comunidad, puede ser un provecho económico recíproco, esta tendencia de desinversiones se va a revertir y los problemas que hoy tenemos se van a ir solucionando por un tema de disponibilidad de recursos. Hoy la limitante es la falta de recursos y eso no se puede arreglar desde el parlamento, se debe solucionar desde el ejecutivo, por lo cual se deben aprobar leyes para generar las condiciones.

 

-La ultraderecha puede llegar a formar gobierno. ¿Cómo analiza esta posibilidad?

 

-Giorgia Meloni lidera un movimiento que ha recogido el voto de la vieja derecha nacionalista. No tiene las mayorías necesarias para formar gobierno. En Italia hay que lograr los consensos una vez que se realiza la elección, porque no es presidencialista, donde todos se encolumnan detrás de un caudillo.

 

-¿Cómo observa la relación bilateral?

 

-A nivel de colaboración institucional es buena. Tenemos lazos históricos. En la Guerra de Malvinas, Italia fue el único país europeo que no adhirió al bloqueo como sanción económica contra la Argentina. Tenemos muchísimos niveles de colaboración. Las relaciones bilaterales de segundo grado son más que aceptables, pero está faltando una relación institucional en lo político y económico para generar las condiciones para que Italia vuelva a ver a la Argentina como un socio geopolítico comercial y lograr que vuelvan las inversiones. 

 

¿Cómo se prepara para los posibles cambios que podría tener su vida si es electo?

 

-Con mucha serenidad. Para mi es un recorrido que lleva 35 años. De 2006 a 2015 fui vicesecretario general para América Latina en Roma, lo que me llevó a viajar una semana por mes a Italia durante nueve años. Eso me da la serenidad de saber lo que me espera. Es una oportunidad importante. 

 

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