ELECCIONES 2022

Sebastiani: "Los problemas de la comunidad italiana requieren trabajo y presencia"

La colectividad participará de los comicios del 25 de septiembre. En Letra P, el candidato del Partido Democrático analizó las demandas y el contexto político.

Al igual que varios países de Europa, Italia tiene un sistema parlamentario en el que gobierna un primer ministro que, cuando pierde el apoyo del Poder Legislativo, debe abandonar el cargo. Ante la ruptura legislativa que sostenía al premier Mario Draghi, la octava economía más grande del mundo realizará sus comicios generales el 25 de septiembre. La diferencia de Roma radica en que la ciudadanía que vive en el exterior, además de votar, elige a sus propios representantes. De esta manera, la comunidad argentina -pertenece a la circunscripción de América Meridional- elegirá dos asientos para la Cámara de Diputados y uno para el Senado. 

 

Uno de los candidatos que buscará llegar a la Cámara alta es Mario Sebastiani, doctor en Medicina por la Universidad de Buenos Aires (UBA) que se especializa en obstetricia y lidera la lista del Partido Democrático, una de las principales fuerzas de la centroizquierda italiana. En diálogo con Letra P, sostiene que Roma vive un presente "sencillo y preocupante" y anticipa una batalla electoral entre "la izquierda y la derecha populista" que busca cerrar a Italia. En este escenario, busca agilizar los trámites consulares de la ciudadanía, ampliar la representación diplomática en América del Sur y avanzar en acuerdos laborales y universitarios de manera bilateral. 

 

-¿Cómo llega Italia a estas elecciones?

 

-La derecha le quitó el apoyo a Draghi, un tecnócrata independiente de enorme prestigio que tuvo que llamar a elecciones. En Argentina se va a votar hasta el 22 de septiembre, así pueden llegar los sobres a Italia el 25 y el 26. Fue una campaña muy corta porque las elecciones fueron convocadas hace dos meses.

 

-¿Por qué la comunidad extranjera elige diputados y senadores?

 

-Desde 2013, existe la ley Tremaglia, por el canciller Mirko Tremaglia,  que permitió el voto de los italianos en el exterior. Si podían pedir la ciudadanía, lo lógico era que pudieran votar. Hoy en Argentina hay cerca de 800 mil ciudadanos en condiciones de votar. Hay cuatro jurisdicciones en Italia que son las que más votan: Milán, Roma, Nápoles y la Argentina. También es cierto que acá vota solamente el 20% o el 30% porque no hay conocimiento de lo que pasa con la política.

 

-¿Qué contexto tiene Italia para estas elecciones?

 

-Es sencillo y muy preocupante: gana la alianza de izquierda, a la que pertenecemos, o gana la derecha alineada con (el presidente ruso Vladímir) Putin, (el presidente turco Recep) Erdogan y (el primer ministro húngaro Viktor) Orbán, es decir, proyectos absolutamente populistas. Eso significaría no darle más armas a Ucrania porque Italia está en un momento económico restrictivo, como lo está casi todo el mundo porque aún vivimos las consecuencias de la pandemia, y un cierre de Italia para vivir de lo nuestro. Sería un cierre definitivo para las inmigraciones, principalmente de África. Yo no dejo de reconocer estos problemas, pero es un proyecto absolutamente carente de humanismo. La centroizquierda plantea más democracia, pero de la buena, no el populismo que termina convirtiendo a los pobres en más pobres. El progresismo no es un concepto técnico o físico, es un concepto filosófico que trata de igualar a las sociedades y pensar cómo, a través de la modificación de aspectos sociales, podemos tener un pueblo mejor, más instruido y con más derechos. 

 

-¿Cuáles son las principales propuestas del PD?

 

-El gran problema son los servicios consulares. Como hay tanta demanda, trabajan con muletas porque van con mucha lentitud y dificultades. Hay que declarar la emergencia para que no tratemos el problema solos, sino con el resto de los partidos. Queremos que el 30% de lo que se paga para sacar un pasaporte o ciudadanía se quede en el consulado para poder contratar más personal y trabajar mejor. El otro aspecto es que los empleados que vienen de Italia ganen un 20% más que los de los otros países porque hoy ganan lo mismo que los que están en Francia o Suiza, que trabajan al lado de sus casas. Acá hay otros problemas, como la inflación, las restricciones para girar euros y la lejanía. El otro aspecto es tratar de formar un consulado en Neuquén para que los patagónicos italianos no tengan que ir hasta Bahía Blanca para resolver sus problemas. También buscamos la generalidad del reconocimiento del título universitario. Ya hay médicos de Rosario trabajando, sin tener que dar reválidas, en Italia por la falta de personal de salud. Además, no vamos a mentir: no se puede decir ciudadanía o pasaporte para todos porque los problemas de la comunidad requieren de mucho trabajo y mucha presencia en Italia.

 

-¿Cómo califica la relación bilateral entre Italia y la Argentina?

 

-Depende de los gobiernos, de la importancia que le dé un gobierno argentino a Italia, Francia o Rusia. Es la Argentina la que debe saber cuánto quiere relacionarse, qué necesidades tiene, qué ayuda puede recibir y qué puede aportarle a Roma. Uno siempre debe tratar de trabajar con todos los políticos argentinos de manera tal de que sea una relación fluida, constructiva y beneficiosa. 

 

-¿Cómo se desarrollaría su posible trabajo como senador?

 

-Uno es un representante de los ciudadanos, por lo que tiene que trabajar con las entidades italianas y las federaciones para saber qué necesitan y luego debe tener una presencia muy tupida en Italia de manera tal de conocer al resto de los parlamentarios, de ir a tocar las puertas que correspondan y estar en las sesiones. Uno es un senador italiano. No tengo que mudarme a Roma, pero sí tengo que tener una presencia significativa en la vida política de Italia mirando siempre al cono Sur. Cada vez que haya que votar hay que estar ahí en la silla levantando la mano. 

 

-Será un cambio importante para su vida.

 

-Completamente. Un cambio de 360 grados, pero lo vamos a hacer. Me presenté, lo pensé, lo hablé con mi familia y lo puedo hacer. 

 

Javier Milei con Cristina Fernández de Kirchner. 
Martín Menem discute con Cecilia Moreau. 

También te puede interesar