En la extensa partida de póker que durará hasta el 2023, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, como presidenciable a voces, evita tirar sobre la mesa todavía su plan económico, pero deja entrever algunas de sus cartas: su as es Hernán Lacunza, el último ministro de Hacienda de la era Cambiemos, que el lunes disertó en la clase de su escuela que organizó el dirigente PRO junto al intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, y el diputado Diego Santilli, para cerca de 40 postulantes sin tierra del conurbano.
Coordinador de los equipos económicos que confluyen dentro de la Fundación Pensar, el think tank amarillo que está bajo el mando de otro larretista, el extitular de Desarrollo Urbano y Transporte, Franco Moccia, Lacunza expresó la necesidad de avanzar con un plan de estabilización, llevar adelante una reforma tributaria con una baja de impuestos y avanzar en cambios en la relación entre las provincias y la Nación, un punto de quiebre en la guerra actual entre los distritos y la Ciudad de Buenos Aires.
Este último punto es al que más tiempo le dedicó Lacunza durante su monólogo. Mediante una serie de gráficos en donde se veían series históricas, el también exministro vidalista manifestó su preocupación por el cambio de postura que tuvieron casi todas las provincias el año pasado con el Pacto Fiscal. “Son los mismos gobernadores que lo firmaron en 2017. Esto demuestra lo complicado que es avanzar en ese tipo de reformas”, sostuvo frente a la audiencia de aspirantes PRO.
Lacunza dejó en claro que uno de los objetivos que tendrá Larreta, en caso de resultar electo Presidente, es modificar la relación económica entre las jurisdicciones y la Casa Rosada. Es, también, un punto sobre el cual el propio exmandatario Mauricio Macri recibió varias críticas durante su gestión por el superávit que evidenciaban las cuentas fiscales de las gobernaciones, en detrimento del déficit de la Nación.
La baja de impuestos que se anunció con ese Pacto Fiscal, especialmente para Ingresos Brutos, fue otro de los puntos sobre los que avanzó el exministro. Fiel a la bandera de no subir impuestos que Juntos por el Cambio (JxC) estableció como mantra de campaña en 2021, el exministro adelantó su postura de avanzar en una reforma tributaria que incluya la baja de gravámenes.
Esa promesa a hizo extensiva a sus oyentes en el auditorio de postulantes, para que copien la idea a nivel comunal en el caso de resultar electos. “Hay que bajar o eliminar tasas municipales”, sostuvo el extitular de la cartera económica bonaerense, mientras criticó la forma en la que se bajan los fondos desde la gobernación a cada distrito. Por último, en línea con lo que Larreta ya dejó entrever al colarse en el debate nacional por el rumbo económico, Lacunza sostuvo la necesidad de un plan de estabilización económica como medida para frenar la espiral inflacionaria. Aunque no reveló las recetas para hacerlo.
Larreta, en cambio, recientemente volvió a halagar el modelo israelí bajar la inflación. El viernes, en su discurso en la Bolsa de Comercio de Córdoba, el alcalde insistió con la receta que aplicó Shimon Peres en la década de 1980. “El caso de Israel que bajó la inflación de casi el 500% a menos del 20% en dos años, con consensos políticos y un plan, es un ejemplo que me inspira y me da esa certeza de que se puede”, dijo ante el círculo rojo cordobés. Ese mismo ejemplo pone su amigo Sergio Massa: el ministro de Economía nacional tenía en su celular un fragmento de un documental del primer ministro de Israel.
En encuentro anteriores, como contó Letra P, Larreta apeló a casos nacional, al considerar al plan Austral y a la convertibilidad de Domingo Cavallo como dos modelos que funcionaron para frenar procesos del alta inflación, pero que se mantuvieron demasiado en el tiempo. En esas mismas charlas, el presidenciable remarcó la gestión del exministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, con quien ya tuvo algunos encuentros para conocer de primera mano su experiencia frente al Palacio de Hacienda después de la crisis de 2001.