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Diplomado en la rosca universitaria, Yacobitti prepara el examen para 2023

Llegó al vicerrectorado de la UBA al frente de una coalición que forjó durante dos décadas. Los desafíos que vienen, Lousteau en la Ciudad y el armado nacional.

De camisa blanca y pulóver azul oscuro. Así llegó Emiliano Yacobitti a la reunión más importante de las miles que lleva acumuladas en dos décadas de rosca universitaria. Fue el pasado 2 de agosto, cuando fue ungido como vicerrector de la Universidad de Buenos Aires (UBA) por el Consejo Superior en el primer encuentro conducido por el flamante rector, Ricardo Gelpi. El diputado nacional de Evolución UCR selló de esta manera el armado amasado junto a quienes integran el reformismo, una suerte de transversalidad que Franja Morada pergeñó para conformar una coalición catch all que impone su mayoría en la casa de altos estudios más importante del país.

 

La reunión, que para muchas personas pudo ser una más, se constituyó en otra posta en la carrera de este contador público de 46 años y armador de la corriente del radicalismo que puja en la interna boina blanca con el senador Martín Lousteau como estandarte. A veces a los pechazos, como en diciembre pasado, cuando fundaron el bloque Evolución en la Cámara baja y la representación parlamentaria de la UCR se partió en dos. De cara a 2023, la próxima prueba para Yacobitti será la consolidación de una estructura nacional e impulsar la candidatura del exministro de Cristina Fernández para suceder en la Ciudad a Horacio Rodríguez Larreta.

 

Egresado del Colegio Carlos Pellegrini, Yacobitti ostentó cargos y funciones durante 20 años en la UBA. Fue presidente del centro de estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas a fines de la década del 90, cuando Franja Morada estaba dividida por una interna. Una de las vertientes estaba respaldaba por el entonces rector Oscar Shuberoff y tenía en sus filas a José Luis Giusti, actual ministro de Desarrollo Económico y Producción porteño, y a Cristian Caram, hoy dueño del restorán temático Madero Tango pero antes vicepresidente de la Legislatura porteña. Yacobitti se quedó con el centro en 1998 y más tarde se asoció a Giusti, en lo que fue su primera jugada al interior de la organización estudiantil.

 

La conducción del centro tuvo un capítulo resonante en 2001 cuando Franja Morada perdió una hegemonía de 17 años en manos de TNT, una agrupación que mezclaba peronistas e independientes, y con cuadros como Iván Heyn, en el claustro de Estudiantes, y Axel Kicillof, en Profesores. Pese a que la Junta Electoral certificó ese resultado, Franja denunció irregularidades, lo desconoció y mantuvo un centro de estudiantes paralelo. Aquel episodio profundizó una grieta que aún alimenta la legión que cuestiona la trayectoria del flamante vicerrector.

 

En la unidad académica de avenida Córdoba al 2100, donde antes se leía el cartel de Franja Morada, se empezó a leer Nuevo Espacio; y Yacobitti siguió ganando espacios e influencias. Con 26 años, en 2002 fue presidente de la Federación Universitaria Argentina (FUA). Franja Morada supo ser su base de construcción de poder y Económicas su sede central, donde tejió alianza con Giusti, quien fue decano en 2014 pero debió renunciar al año siguiente acusado por "corrupción y violencia doméstica", según denunció la FUBA. Lo sucedió el vicedecano César Albornoz, a quien Alberto Barbieri, rector saliente de la UBA y exdecano de Económicas, ponderaba para un nuevo mandato. Yacobitti tenía otros planes y le marcó la cancha al peronista: fue como vicedecano acompañando a Ricardo Pahlen Acuña.

 

Yacobitti, considerado en algunos pasillos de la universidad como “el más peronista de los radicales”, ocupó ese cargo después de manejar la caja de la UBA en calidad de secretario de Hacienda de Barbieri. La fórmula con Pahlen parece un antecedente de la asunción de Gelpi: en las dos oportunidades se postuló como número dos, pero con más poder que quienes lo precedían en la lista.

 

El gabinete que Yacobitti fraguó para la UBA tiene apellidos ilustres de la UCR: Juan Alfonsín, Ricardo Alfonsín y Catalina Nosiglia. El primero es referente estudiantil en Derecho, justamente la facultad que quedó relegada en el armado de la mesa ejecutiva y donde el vicerrector hizo alianza con Roy Cortina. En el equipo de leales que lo acompaña en esta nueva etapa de la UBA también tiene a Felipe Vega Terra a cargo del CBC y a Matías Ruiz en Hacienda.

 

Gelpi, rector de la UBA, flanqueado por Larreta y Yacobitti

A la par de su armado en la UBA, el radicalismo porteño está bajo el mando de Yacobitti desde 2020, cuando entronizó en la presidencia a Mariela Coletta, hoy auditora general. Con Enrique “Coti” Nosiglia, quien opera en las sombras, empujan desde el minuto cero a Lousteau para gobernar la Ciudad, en el marco del acuerdo con Larreta dentro de Juntos por el Cambio. A menos de una semana de asumir, el legislador llevó a Gelpi a sentarse con el alcalde, demostrando que una tarea no le hace descuidar la otra.

 

Algunas voces de la oposición dicen que los últimos cargos que ocupó demuestran que, a diferencia de Nosiglia, Yacobitti levantará el perfil. Este cargo en la UBA y la banca en Diputados lo tienen como jefe político del radicalismo porteño y sentado en la mesa de discusión y gestión de Rodríguez Larreta. En este sentido, se especula que si el alcalde porteño llega a la Presidencia, el legislador no rechazaría un cargo como funcionario nacional. También se sabe que si el candidato es Mauricio Macri, el despliegue de Yacobitti puede ser distinto. Mientras tanto, articula un armado nacional con nuevas figuras que tiene como principales nombres a Rodrigo De Loredo, en Córdoba;  Maximiliano Pullaro, en Santa Fe; y  Pablo Cervi, en Neuquén; todos con chances de disputar cargos ejecutivos en sus distritos. La renovación del radicalismo, como le gusta decir a su grupo. Citan como ejemplo el viaje a Santiago del Estero para apoyar en los comicios provinciales del domingo pasado a Luciana Rached, candidata a intendenta de Pinto, un municipio con un padrón de poco más de 5 mil votantes.   

 

Santiago. Yacobitti y Lousteau junto a Rached, la candidata de Evolución en Pinto

La estructura federal del lustosismo probará su real potencialidad en el cierre de listas para las elecciones del año que viene. También será un factor determinante a la hora de las negociaciones dentro de la coalición opositora. En ese andar, sigue construyendo detrás de la candidatura porteña de Lousteau a la espera de una interna con el PRO en la cuna del macrismo. Diplomado en la rosca universitaria, Yacobitti sabe que volverá a dar examen en 2023.

 

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