FASE M

El Presidente hace albertismo y frena cambios

No habrá fusión de Obras Públicas y Transporte. En Energía continuaría La Cámpora y también el secretario Martínez. Todo queda stand by.

"Hasta dónde sé, todo sigue igual". La frase es repetida en distintos despachos ante la consulta por diferentes cambios que sobrevolaban el ambiente oficialista pero, a la espera del desembarco formal de Sergio Massa como superministro, por ahora quedarán en el aire. No habrá, en el corto plazo, una reconfiguración del gabinete albertista, a excepción de los anuncios de la semana pasada para ajustar el organigrama al plan del extitular de Diputados con la unión de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura. Está descartada por el momento, entonces, la síntesis entre Obras Públicas y Transporte, que iba a quedar bajo el control de Gabriel Katopodis

 

Mientras tanto, a pesar de las hipótesis barajadas en otros multiversos, el área energética quedará en manos camporistas, con el secretario Darío Martínez continuando en la silla en la que el massismo buscaba sentarse. Hubo idas y vueltas con respecto al neuquino, más funcional al Instituto Patria que de ADN kirchnerista. Como oferta del Frente Renovador, envalentonado por la cantidad de despachos que están ocupando en la megaestructura económica, llegó a circular el nombre de Guillermo Nielsen, actual embajador en el Reino de Arabia Saudita que el coro de Máximo Kirchner logró eyectar de YPF, su primer destino en la gestión frentetodista. 

 

Con el correr de los días, bajada la espuma del anuncio inicial del desembarco massista, se fue diluyendo la idea de una renovación energética, el Talón de Aquiles de Martín Guzmán. Como se conoce al dúo cristinista, "Los Fedes" (Federico Basualdo, subsecretario en Energía Eléctrica, y Federico Bernal, del Enargas) parecían firmes. "La lógica indica que el secretario debería irse, pero este gobierno no es regido por la lógica", reflexionaron en el área sobre el futuro de Martínez con la llegada de Massa. El camporismo, por ahora, insiste con que no habrá cambios. 

 

Una paradoja frenó un cambio que estaba sobre la marcha: con la intensión de agilizar la gestión, se generarán demoras. Después de charlarlo con Katopodis, Alberto Fernández frenó la fusión de su cartera con Transporte, un ministerio que, en el loteo inicial del FdT, había quedado para el massismo. De esta forma, el superministro, que el martes logró mantener bajo su influencia la presidencia de la Cámara de Diputados con una sucesión delegada en Cecilia Moreau, continuará ostentando el rango ministerial de Alexis Guerrera. El exalcalde de San Martín, igual, es un viejo conocido del tigrense nacido en ese distrito, con nexos electorales en común. En el último tiempo, debilitado, el jefe de Estado se apoyó en su ministro para el armado de recorridas de gestión para un portfolio que lo mostrará hiperactivo en plena crisis. Si ir más lejos, este lunes estuvieron en José C. Paz. 

 

Nunca fue oficializada la fusión, pero en la Casa Rosada no ocultaban que era la idea albertista, como parte del "reordenamiento político" del Gobierno en esta etapa... distinta. Katododis, según fuentes oficiales, temía que la absorción "frenara la administración financiera" del área de Transporte, lo que generaría demoras en lugar del pretendido dinamismo. El mismo razonamiento está siendo aplicado a otros sectores gubernamentales. 

 

"Al menos hasta que empiecen a caminar las primeras medidas de Sergio", auguran en un ministerio, evitando fechas. El nuevo mantra albertista parece ser que primero hay que ordenar la economía para después, la política. El huevo y la gallina del frentetodismo, que debate la misma disyuntiva desde que llegó al poder, hace ya dos años y ocho meses. 

 

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