En el llano, Mauricio Macri amasó algunos conceptos económicos y de gestión que buscará nutrir en un eventual regreso al poder, tanto del PRO como propio, si avanza con su idea de tener un Segundo Tiempo. A muestras cotidianas, este jueves se sumó un botón: vía Zoom ante el G25, el grupo que creó su partido para sumar profesionales del sector privado, expuso un borrador de una serie de medidas que, a su entender, hay que tomar en 2023. Además, tendió un puente 2002-2022 para pronosticar un futuro inmediato dramático que, dijo, obligará al Frente de Todos a hacer el ajuste que, entonces, no deberá ejecutar Juntos por el Cambio en su regreso a la Casa Rosada. Un Macri en modo halcón hambriento.
A una semana del almuerzo del PRO en el que se acordó avanzar cuanto antes en la presentación de un plan económico para llevar a la mesa nacional de Juntos por el Cambio, Macri sostuvo que la crisis económica que afecta a la administración de Alberto Fernández servirá como puntapié inicial para una serie de reformas. En su mente, reconstruyó Letra P, el exmandatario está convencido de que el torniquete que aplicará el Gobierno bajo la batuta de Sergio Massa en Hacienda, junto con una serie de correcciones macroeconómicas que sucederán por la presión de los mercados, terminará por culminar el necesario "trabajo sucio" previo. Ni shock ni gradualismo.
De acuerdo a lo que expuso en la charla virtual, el desenlace de la actual crisis dejará un terreno similar al posterior a la hiperinflación del gobierno de Raúl Alfonsín en 1989 o al escenario que se vivió luego de las medidas que tomó el exministro de Economía Jorge Remes Lenivoc en 2002, antes del desembarco de Roberto Lavagna durante el interinato duhaldista. En resumen, Macri augura una economía con un fuerte ajuste en el espejo retrovisor, pero en el parabrisas vislumbra posibilidades de crecimiento.
Esto último, razona, fue lo que sucedió en los albores de la década del 90' como en el periodo posterior al estallido social de diciembre de 2001. No por nada, en varios momentos de la charla. Macri ponderó la figura de Domingo Cavallo. “Está muy lúcido”, por lo que "deben escucharlo con mayor detalle", instó sobre el titular del Palacio de Hacienda durante la presidencia de Carlos Menem. “Si hay una crisis más profunda, más posibilidades de cambio vamos a tener”, pronosticó el exmandatario, a la espera de su segundo tiempo.
La mención al padre de la convertibilidad también vino aparejada con una pequeña crítica a los economistas del PRO que se encuentran abocados a la elaboración de un plan para que la presidenta partidaria, Patricia Bullrich, comparta con sus pares de JxC. “Hay que presionar a todos: a (Eduardo) Levi Yeyati, a (Hernán) Lacunza, a Guido (Sandleris) y hasta a (Carlos) Melconian, a quien veo en una posición muy conservadora”, pidió el expresidente en la charla.
La faceta económica vino atada a una cuestión que a Macri lo tiene obsesionado desde su salida del poder: la relación con los gremios. Aun cuando existen sindicalistas con los que tiene buena sintonía, como el titular del gremio de Comercio, Armando Cavallieri, que está buscando su novena reelección, en privado despotrica contra los convenios laborales que rigen en el país.
De ahí que la charla rápidamente giró hacia la situación de Aerolíneas Argentinas. Entre 2015 y 2019, su gestión fue resistida por el titular del gremio de los Pilotos, Pablo Biró, por la decisión de permitir el ingreso de las aerolíneas low cost al sistema aeronáutico. Las quejas, junto a los paros de aquella época, quedaron en la retina del expresidente, al punto de tener una definición terminal sobre la línea área de bandera. “Hay que voltear la columna de Aerolíneas Argentinas, que se caigan las mentiras, cerrarla y que no haya vuelos 90 días”, afirmó, para luego patalear por los 699 millones de dólares de fondos públicos que recibió la empresa y la caída sostenida de la cantidad de pasajeros transportados desde 2019, con pandemia en el medio.
En su afán por instalar una postura más combativa contra gremios, además de la suya, Macri volvió a ponderar a la diputada María Eugenia Vidal como un modelo a seguir. Frente al G25 remarcó que la exgobernadora fue la única figura de JxC que buscaba dar "las peleas que había que dar”, sin pensar en el costo político. Incluso destacó al exministro bonaerense Gabriel Sánchez Ziny, a quien denominó como “un peleador para transformar la educación”.
Al finalizar el Zoom, Macri partió rumbo a Tres de Febrero, donde encabezó una nueva recorrida por el conurbano, esta vez con el intendente Diego Valenzuela de anfitrión.