LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) Un grupo de 12 intendentes -todos hombres- del poderoso conurbano bonaerense que se sientan sobre cientos de miles de votos se reunieron este lunes por la noche en Pilar, donde discutieron la coyuntura política y su rol en la nueva etapa del Frente de Todos. Persiguen el objetivo de “acelerar la construcción de un polo de poder” territorial para discutir la gestión y ganar volumen político. Definieron continuar apoyando la gestión de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía como única vía de escape a la crisis política y económica y plantearon, como preocupaciones principales en sus distritos, el aumento descontrolado de los precios y la inseguridad.
“Estamos tratando de acelerar la construcción de un polo de poder de los intendentes, no para confrontar, sino todo lo contrario, para ganar volumen en la toma de decisiones en la gestión y en la política”, dice a Letra P un jefe comunal presente en la reunión que se realizó el lunes, pasadas las ocho de la noche, en el distrito conducido por Federico Achaval.
Además del anfitrión, hasta el norte del conurbano bonaerense se dirigieron los tres jefes comunales de licencia que hoy ocupan ministerios nacionales, Gabriel Katopodis (San Martín), Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Juan Zabaleta (Hurlingham); el jefe de Gabinete de la provincia de Buenos Aires, Martín Insaurralde (Lomas de Zamora); el ministro de infraestructura provincial, Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas); el presidente del Bapro, Gustavo Menéndez (Merlo); el diputado provincial Mariano Cascallares (Almirante Brown) y los intendentes en funciones Fernando Espinoza (La Matanza); Andrés Watson (Florencio Varela); Juan José Mussi (Berazategui) y Alberto Descalzo (Ituzaingó).
Según relataron a este medio fuentes presentes en el cónclave intendentista, el superministro de Economía se llevó gran parte de la charla. Los intendentes del conurbano, con Insaurralde como punta de lanza, iniciaron el operativo clamor para el desembarco del hincha de Tigre en el gabinete nacional. Si bien reconocen que algunos tienen más afinidad que otros con el expresidente de la Cámara de Diputados, entienden que no hay más opción que apoyarlo. “Coincidieron en que van a respaldar a Massa y a ayudarlo en todo lo que se pueda, porque el destino político del Frente de Todos se juega en cómo le vaya en su gestión”, resume una fuente a este medio.
Los intendentes ven un panorama por demás complejo en materia electoral en el plano nacional, una disputa “peleada” en la provincia pero que "se puede ganar" y que, en ese marco, es necesario defender fuertemente los distritos. Por eso, los presentes coincidieron en la necesidad de que cada uno de ellos, más allá de ocupar cargos nacionales o provinciales, esté presente y abocado al pago chico, a donde muchos de los que se fueron pretenden, como dio cuenta Letra P, volver de manera anticipada.
Los puentes entre el intendentismo bonaerense, más allá de la tribu a la que pertenezca cada uno, se vienen construyendo hace tiempo, pero es hora, dicen, de acelerar ese armado. Por eso, las reuniones se irán incrementado. “Hay que darse este espacio para la reunión, el debate y la construcción desde los municipios”, sostiene a este medio un intendente con asiento en la Primera sección electoral.
Hubo coincidencia unánime en que los temas que más preocupación y generan reclamos en los territorios son los precios y la inseguridad. La necesidad de llevar respuestas ante la inflación descontrolada quedó evidenciada días atrás, cuando, con la presencia del presidente Alberto Fernández y del gobernador Axel Kicillof, el tema fue puesto sobre la mesa con la inauguración del Mercado de Lomas de Zamora y la firma, con intendentes e intendentas, de convenios para replicarlo a lo largo y ancho del conurbano.
Por la inseguridad llovieron las críticas sobre Sergio Berni, ya un deporte para los intendentes, que ven con malos ojos la gestión del ministro. En esta ocasión, apuntaron centralmente a la superestructura con la que cuenta la cartera provincial sostenida con recursos que, cuestionan, deberían estar “puestos en la calle” y no generando “más burocracia”.