LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) Para la primera aparición en territorio luego del refresh que le imprimió la llegada de Sergio Massa al gabinete, el Frente de Todos eligió un distrito amigo ubicado en el corazón del conurbano bonaerense y poner en el centro de la escena el tema inflación, talón de Aquiles y principal desafío de la coalición oficialista. En la inauguración de un Mercado de precios accesibles en Lomas de Zamora, la dirigencia buscó mostrar unidad y devolverle la centralidad perdida al presidente Alberto Fernández. La foto fue incompleta por el faltazo del líder del Frente Renovador, quien envió a su delegado en la materia, el secretario de Comercio, Matías Tombolini. Pero el mensaje fue unívoco de todos modos: con todas las tribus representadas en el escenario, el peronismo relanzado busca volver a la carrera de 2023. Si hay diferencias, que no se note, porque si se logra domar la economía, hay esperanza.
El evento de este martes viene a ocupar algo -poquito- del hueco que hasta el momento dejan las medidas anunciadas por Massa, casi todas vinculadas a la macroeconomía. La falta de decisiones ligadas a la mejora de la situación de los que menos tienen, con una inflación de Julio estimada en cerca del 8% y con fuerte impacto en los alimentos, ya hizo reaccionar a sectores del FdT que amenazan con pegar un portazo. No hay margen, es hora de hablar de los precios.
El primero en dejarlo de manifiesto fue el jefe de Gabinete de Buenos Aires y jefe territorial anfitrión, Martín Insaurralde: “Bajar los precios es un contrato electoral, una deuda que tenemos con cada argentino y cada argentina, por eso estamos acá”, dijo y destacó que garantizar la alimentación “es una obligación de los peronistas que integramos esta coalición”.
Todos los discursos continuaron en esa línea. En consonancia con lo reiterado permanentemente por Cristina Kirchner, el Presidente dijo que trabajan para “poner en orden los precios y adecuarlos a los salarios de la gente” y maradoneó con la tercera persona del singular al hablar de sí mismo: la inflación es el problema “que más le preocupa al Presidente”, indicó.
Tombolini hizo lo suyo, siempre mencionando a su jefe político ausente: “Massa y Alberto me dieron una sola misión: cuidar el bolsillo de los argentinos y de las argentinas”, dijo y lanzó un fuerte mensaje: “A los que especulan no los vamos a perseguir, se van a venir a sentar solos porque les vamos a tocar el bolsillo para que los precios sean precios justos”. El gobernador Axel Kicillof abonó al mismo discurso y afirmó que van a “terminar con la especulación como fuente artificial de creación de precios”.
Iba a ir, pero no fue
El acto tuvo por objetivo, además, mostrar la unidad varias veces perdida de Todos, zurcida de apuro y por necesidad y urgencia ante el recalentamiento de la economía que amenaza con llevársela puesta. No fue una novedad la ausencia de CFK, pero sí la de Massa, cuya presencia había sido anunciada oficialmente. Sin embargo, esta mañana avisó que no concurriría al evento y la foto completa quedó trunca.
Voceros del ministro explicaron a Letra P que no asistió al acto por cuestiones de agenda: debía permanecer en el Ministerio de Economía para reuniones de ordenamiento fiscal junto al secretario de Hacienda, Raúl Rigo, y el jefe de Asesores, Leonardo Madcur, con los responsables de la administración de los ministerios para trabajar en los “techos de gastos” y programar la gestión hasta fin de año.
Su ausencia fue solo física. El Presidente lo nombró en reiteradas ocasiones e incluso anunció que junto a él decidieron convocar a empresarios y sindicalistas a una mesa de trabajo para alinear precios y salarios por 60 días. Tombolini no paró de mencionar a su jefe y hasta dijo que el hincha de Tigre “se moría por estar”, con todo lo que “lo quiere a Martín”, y porque sabe que los intendentes “son el primer mostrador” y “los que ponen el cuerpo”. Lustre a la alianza territorial siempre necesaria.
Alberto, presente
Del mismo modo, todos contribuyeron al apuntalamiento de la figura presidencial, desdibujada con la entrega a sus socios -el kirchnerismo, el massismo- de los espacios largamente resistida. Los oradores lo mencionaron una y otra vez en sus discursos. “Desde la provincia de Buenos Aires, contá con nosotros, Alberto, con nuestro compromiso y trabajo para acompañar las políticas nacionales”, le dijo Kicillof mirándolo a los ojos. El Presidente se llevó también los gritos de apoyo de parte del público.
La muestra de unidad se vio además en la presencia de todas las tribus que integran el FdT en el predio de Puente La Noria. Hasta allí llegaron funcionarios y funcionarias nacionales y bonaerenses, como la vocera presidencial Gabriela Cerruti; la titular del INADI, Victoria Donda; los ministros Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Jorge Ferraresi (Desarrollo Territorial y Hábitat); los ministros bonaerenses Augusto Costa (Producción) y Nicolás Kreplak (Salud), la ministra Daniela Vilar y referentes de La Cámpora, como la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, y la titular del PAMI, Luana Volnovich. También estuvieron otros jefes comunales, legisladores y legisladoras de todos los sectores.
Pese a la paz armada, envalentonada por el diálogo descongelado entre el Presidente y la vice y la dinámica que le imprime Massa a la gestión, cada uno de los principales referentes llegó al lugar escoltado por su propia persona de confianza: Insaurralde lo hizo con el presidente de la Cámara de Diputados Federico Otermín; Kicillof llegó con su jefe de Asesores y hombre de máxima confianza, Carlos Bianco; el Presidente llegó escoltado por el último eslabón de resistencia albertista, el dirigente del Movimiento Evita Fernando Navarro.