KARINA ANGELETTI

El puño de hierro para la misión Batakis

Estricta y exigente, la viceministra trabaja para ordenar el frente interno en el quinto piso de Economía. Es la única acompañante de La Griega en Washington.

LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) Karina Angeletti tenía planeado llegar al quinto piso del Ministerio de Economía en otro contexto. Corría 2015 y el entonces gobernador Daniel Scioli  había anunciado que, si ganaba las presidenciales, Silvina Batakis sería su ministra. Angeletti venía acompañando a “La Griega” desde finales de los ‘90, cuando se cruzaron en una cátedra de Economía para estudiantes de Ingeniería de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y casi quince años después seguían trabajando juntas. El sillón de viceministra estaba reservado para ella. Pero llegó la derrota electoral y el desembarco del macrismo en el gobierno y a las dos les tocó volver al llano. Cada una por su lado, vivieron los años de Cambiemos como un exilio de la gestión en las grandes ligas. Ahora, siete años más tarde, a Angeletti le toca comandar la Secretaría de Política Económica en medio de una crisis con pronóstico reservado. Es la única acompañante de Batakis en el viaje a Washington, Estados Unidos, donde tienen una nutrida agenda que incluye un encuentro con la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.

 

La semana que acaba de terminar, en medio de la maratón de reuniones con las que la nueva gestión buscó respaldo político, la nueva viceministra desplegó el rol que mejor conoce, el que cumple desde hace una década, cuando Batakis comandaba la tormenta de las finanzas bonaerenses en la crisis de los aguinaldos, aquel invierno en que la Casa Rosada decidió pisar la caja y dejar a Scioli sin los fondos para pagar sueldos.

 

Angeletti funciona perfectamente como complemento de la ministra. Es el brazo ejecutor de Batakis, que le tiene una confianza laboral y personal como a nadie. Es su principal activo, quizás junto a un perfil profesional muy marcado: dedicación total a la gestión, mucha exigencia y hasta una dureza en términos políticos que la llevó a ganarse enemigos.

 

A la viceministra no le tiembla el pulso, dicen quienes la conocen bien. “Está ahí para ordenar el frente interno. Va a terminar de correr a los que tenga que correr del medio”, cuentan excompañeros de los largos años de gestión en Buenos Aires y en la Nación.

 

Como Batakis, Angeletti se recibió de Licenciada en Economía en la Universidad Nacional de La Palta (UNLP) en 1996, años después de que La Griega recibiera su título. Ya por entonces, “Cuchi”, como la conocen sus amistades, mostraba la personalidad que la caracteriza. En una facultad conocida por su exigencia, Angeletti se destacaba por su dedicación al estudio.

 

“Es muy reservada. Muy autoexigente. Vivía para el estudio y ahora vive para el trabajo”, dicen. En el Ministerio de Economía hoy matizan esa impresión. “Dura no es, para nada. Sí bastante fanática de que las cosas salgan bien y traslada eso a sí misma y a los demás”, explican cerca de Batakis.

 

Angeletti tiene 50 años, nació en La Plata y es hincha de Gimnasia y Esgrima con un nivel de fanatismo similar al que Batakis tiene por Boca Juniors. Sus cuentas en redes sociales están llenas de fotos de Diego Maradona con la campera de DT del Lobo y hasta se sumó a una campaña tripera para que Lionel Messi llegue al Bosque.

 

Codo a codo

Se conoció con Batakis trabajando en una práctica rentada en la UTN, a mediados de los ‘90. Tienen un perfil similar, habían salido de las mismas aulas de Económicas de la UNLP y hasta habían hecho especializaciones en el mismo campo, el de economía ambiental.

 

A lo largo de los años, fueron convocándose mutuamente para trabajos académicos y de gestión y se hicieron amigas. Las dos viven en las afueras de La Plata, al norte del casco urbano; Angeletti, en un barrio que parece privado, pero no lo es. Su primera parada importante juntas fue la Secretaría de Industria de la Nación, a fines de los ‘90.

 

Cuando Batakis llegó al Ministerio de Economía bonaerense durante la gestión de Alejandro Arlía, la llamó para ocupar diversos cargos; fue directora provincial de Estadística. Cuando La Griega quedó al frente de Hacienda, la designó jefa de Asesores y luego la puso al frente de un organismo que manejaba las relaciones con los organismos internacionales de crédito. Finalmente, la ubicó en la Subsecretaría de Coordinación Económica, un rol de número dos similar al que cumple hoy, en medio de las esquirlas de la crisis.

 

Cuando la derrota del Frente para la Victoria (FpV) truncó su sueño ministerial, las dos volvieron al llano de la gestión. Batakis trabajó como asesora del Directorio del Banco de la Ciudad y después, como asesora en intendencias peronistas del conurbano.

 

Angeletti hizo algo que todavía es recordado en la administración pública bonaerense: volvió a su planta permanente en la Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA), donde desembarcó como “empleada rasa” del área de Fiscalización. “Pedía que le dieran tareas y funciones”, recuerdan hoy empleados de ARBA.

 

Allí pasó los primeros años de gobierno de María Eugenia Vidal, en los que no ocultaba su malestar con excompañeros de la gestión anterior que asumían cargos jerárquicos en esa etapa. “Para ella, eso era algo impensado, una deslealtad”, dicen quienes compartieron esos años.

 

Ese momento la marcó, dicen quienes la conocen. Igual que Batakis, fueron años en donde el perfil sciolista fue quedando atrás y hubo un acercamiento con el kirchnerismo. Dejó ARBA y se fue a trabajar a la Casa de Río Negro. Después, el triunfo del Frente de Todos (FdT) puso a Batakis en el Ministerio del Interior, junto a Eduardo de Pedro, para manejar la relación económica con las provincias, y Angeletti volvió a estar a su lado.

 

En Interior, acentuó su perfil de brazo ejecutor de Batakis, estricta y exigente. Cuentan que, incluso, les bajó el pulgar a algunos de aquellos excompañeros que se habían puesto la camiseta de Juntos por el Cambio (JxC) durante la gestión de Vidal.

 

Por eso, la llegada junto a Batakis al quinto piso del Ministerio de Economía fue leída enseguida como un movimiento de la nueva ministra para ordenar el frente interno, aquel que Martín Guzmán nunca pudo alinear detrás de sí. “Tener la botonera es tener el control de todas las áreas. Que te respondan, que jueguen para vos. Ella va ahí a correr al que tenga que correr”, aseguran quienes conocen el funcionamiento del equipo que armó Batakis, que completan Martín Di Bella, el hermético Dr. No, y Martín Pollera.

 

Después de sentarse al lado de Batakis en la maratón de reuniones con las que la ministra intentó conseguir algo de músculo político, Angeletti tiene este lunes en Estados Unidos la misión más difícil que le toca enfrentar: abrir conversaciones para la continuidad del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), al lado de su jefa, como hace más de 20 años.

 

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Karina Milei, jefa de La Libertad Avanza, junto a Romina Diez, los Menem y referentes locales.

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