CRUZADA PASTORAL

El hostiazo de los Kuras al "modelo antipobre" de Macri y Milei

Las sotanas K militan en los barrios un “nunca más” al derrame neoliberal libertario. Zaranda a la gestión albertista. Una idea fija: CFK y el papa no se tocan.

El grupo de Curas en Opción Preferencial por los Pobres (OPP) reparte hostiazos contra la diestra vernácula que intenta volver a gobernar en 2023 por la senda neoliberal marcada por Mauricio Macri y la feligresía de Juntos por el Cambio, aunque lejos de ser la congregación de voluntades que le permitió llegar a la Casa Rosada en 2015; y también golpea contra las aspiraciones de lo que define como política antipobre encarnada por Javier Milei y la leonera libertaria anticasta.

 

La agrupación sacerdotal, de raíz tercermundista, hace militancia contraofensiva al grito de “nunca más” a un modelo económico excluyente y que pondere la teoría del efecto derrame que, alertan, vociferan tanto Macri como el jefe de La Libertad Avanza, y al que llamativamente –reconocen- hay jóvenes que adhieren en los barrios populares. “Todos los OPP coincidimos en que ninguno quiere que vuelva el macrismo, el neoliberalismo; que venga Milei, o algún otro de esos fachos”, se sinceró un vocero del grupo ante una consulta de Letra P sobre la temprana escena preelectoral. 

 

No obstante, la fuente de la agrupación de curas admitió que no tienen claro cómo hacer pastoralmente para ponerle un freno a este embate neoliberal libertario que avanza, sobre todo, en las barriadas porteñas y del conurbano bonaerense. Ante esta carencia, la opción es una prédica artesanal del evangelio a fin de hacerle entender a la gente –fundamentan– que esas teorías van a contrapelo de las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia. Apelan a todo recurso, desde sumarse a la campaña de La Cámpora con la consigna “Que la deuda la paguen los que la fugaron”, pasando por sermones dominicales encendidos en las capillas de las periferias, hasta usar megáfonos para recordarle a los vecinos que la salida a la crisis es colectiva, desde las bases, como pregona el papa Francisco: “Nadie se salva solo”.

 

Aunque siempre salen a aclarar que su opción no es por una agrupación partidaria o por una candidatura, sino que son los pobres, llevan el kirchnerismo bajo sotana y le pegan a todo lo que signifique oposición partidaria o ponga en riesgo mantenerse en el camino proselitista religioso que les marcó el obispo mártir de la dictadura militar Enrique Angelelli: “Con un oído en el pueblo y el otro en el evangelio". Al último que le descargaron munición gruesa fue al alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta, con traje de presidenciable en el clóset, por sincerar sus intenciones de reformar leyes laborales y previsionales si gana la interna de JxC y llega a los despachos de Balcarce 50.

 

La gestión de Alberto Fernández, en sintonía con gremios y movimientos sociales afines, tampoco se salva de la zaranda interpeladora de esta vertiente de los curas villeros, dado que la mayoría entiende y considera que el albertismo se olvidó de los pobres que le dieron los votos, y cargan las tintas en la necesidad de “un urgente cambio de rumbo” con la consiguiente salida de figuras del gabinete.

 

La voz más crítica es el sacerdote Eduardo de la Serna, uno de los líderes del grupo junto a Paco Olveira, quien denuncia que el plan del gobierno “mata a los pobres” y quedó atado a las exigencias externas desde que la Argentina fue "metida" en el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la administración macrista. También califica de “cretinos mentales” a quienes proponen la dolarización y cuestiona que los medios les den cabida a “delirantes” –sin identificarlos- que les llenan la cabeza a la juventud con esas ideas. 

 

El cura quilmeño lamenta, sin embargo, la renuncia de Matías Kulfas como ministro de Desarrollo Productivo y es lapidario al exigir que Martín Guzmán sea eyectado del ministro de Economía: “Uno que tendría que estar dando clases con (Joseph) Stiglitz y ser feliz“, chicaneó el sacerdote desde su columna habitual por AM530 - Somos Radio mientras intentaba que sus perros Néstor y Octubre no ladraran. De la Serna hacía referencia de este modo al economista premio Nobel y mentor del funcionario más sostenido por el Presidente ante la embestida del cristinismo y del camporismo, y ahora nuevamente con la espada de Damocles al cuello por su obligación de bajar la inflación, que en el último mes fue del 5,1%.

 

Los clérigos OPP, cuyo nexo político con la Rosada es el diputado nacional Eduardo Valdés (Frente de Todos), tienen como sus inspiradores a dos figuras políticas con peso específico propio a las que aseguran no se las puede tocar. Una es Cristina Fernández de Kirchner, con quien coinciden en la lectura de la realidad socio-económica del país y de las rutas que se deberían tomar para salir de la crisis. Para el grupo, ella y su fallecido esposo Néstor Kirchner son “palabra santa”. El otro es Jorge Bergoglio, el hoy pontífice, al que supieron mirar de reojo en sus tiempos de Buenos Aires y ahora tienen como suporte de su prédica a favor de los sectores humildes y de un modelo social inclusivo que se edifique sobre la base de las 3T bergoglianas: Tierra, Techo, Trabajo.

 

Victoria Villarruel, vicepresidenta de la Nación.
El gobierno de Gustavo Petro echó a diplomáticos argentinos de Colombia.

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