JUNTOS EN EL BARRO

Lenguaje inclusivo: el desvelo de Larreta por el voto ultra y la apuesta de Acuña

La ministra se inmola por su jefe y por su propia causa. El tiempismo electoral que niega. El derechismo selectivo del alcalde en la lucha con los halcones.

Con la prohibición del lenguaje inclusivo en las escuelas públicas y privadas de la Ciudad de Buenos Aires, que rige de este viernes, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, buscó matar dos pájaros de un tiro: subir el perfil para mostrarse como una de las opciones del halconismo amarillo para suceder al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y tributar a la necesidad de su jefe político de contener al electorado duro del PRO, sobre todo ante la posibilidad de que la titular del partido, la exministra de Seguridad Patricia Bullrich, apuntale su candidatura presidencial con esos votos. El riesgo de perder esa audiencia preocupa al equipo de campaña del alcalde, temor explica el abandono, en algunos temas puntuales, de la moderación que había caracterizado al intendente capitalino.

 

En la sede municiopal de la calle Uspalla, remarcan que en el campo educativo, con la apertura de las escuelas para clases presencialeses después del cierre por la pandemia, Larreta marcó uno de sus primeros goles en el enfrentamiento abierto que decidió sostener con el presidente Alberto Fernández. Ahora, el resultado de las pruebas estandarizadas FEPBA, para estudiantes primarios, y TESBA, para quienes cursan el secundario, arrojaron una caída en los puntajes de la práctica del lenguaje que no se hizo extensivo a las evaluaciones sobre matemáticas, que se mantuvieron en los mismos márgenes. 

 

“Retrocedimos cuatro años”, asgumentan cerca de Acuña ante la consulta de Letra P. La explicación que la ministra de Educación dio puertas adentro, como también hacia afuera, apunta a la necesidad de remover elementos que “dificultan que los chicos puedan progresar”. Sin mostrarse ajenos a la estrategia de subir el perfil de la funcionaria, en su entorno juran que la prohibición del lenguaje incluso es una consecuencia del resultado de las pruebas. 

 

“La semana pasada, cuando se conocieron los resultados, convocamos a una mesa de especialistas (Ana María Borzone, Claudia Romero, Paola Delbosco, José María La Greca y Gustavo Avichara) para pensar medidas para revertir la situación”, agregaron. La medida tuvo, con todo, buen timing:  coincide con la centralidad que en la última semana tomó Bullrich, en tándem con el expresidente Mauricio Macri, con el lanzamiento de los equipos técnicos de la exministra de Seguridad. 

 

Fiel a su perfil más combativo dentro del gabinete larretista, Acuña se encargó de remarcarles a sus pares que no tenía problemas en pagar el costo político de una medida que, sabía de antemano, iba a quedar inmersa en la discusión de la grieta.

 

Con la reforma en el estatuto docente en el espejo retrovisor después de contar con la aprobación en la Legislatura, la reacción de los sindicatos, en especial de Ctera, el más combativo de los gremios, tampoco fue una cuestión de preocupación para la funcionaria. “Con ellos debatimos cuestiones laborales o de infraestructura. No definimos asuntos curriculares ni políticas educativas”, remarcaron. 

 

La prohibición del lenguaje inclusivo también trajo aparejadas críticas en la oposición. “En una nueva expresión de autoritarismo contra la comunidad educativa por parte de una ministra que piensa más en cómo llamar la atención para proyectarse electoralmente, para competir con la derecha más rancia y reaccionaria que cuestiona la ESI y la perspectiva de género”, manifestó la legisladora del Frente de Todos Laura Velasco.

 

En el PRO predomina la certeza de que el jefe de Gobierno buscó, con esta medida, avanzar con la fidelización del voto propio. “El lenguaje inclusivo es algo que rechaza la gran mayoría de nuestro electorado. También algunos dirigentes del FdT lo consideran una tontería”, sostuvo un miembro de la mesa nacional del partido fundado por Macri.

 

Acuña está dentro del pack de figuras que Larreta anota para su sucesión. Las otras dos son el ministro de Salud, Fernán Quirós, y el de Gobierno, Jorge Macri. Este último saca alguna ventaja. Con un acuerdo ya plasmado con el intendente de Vicente López en uso de licencia, el alcalde busca aplicar su estrategia de varias opciones. Para eso, alienta la competencia interna.

 

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