ESTEBAN ECHEVERRÍA (Corresponsalía Buenos Aires) "Yo sé qué intereses represento" porque "fui peronista de toda la vida", gritó este viernes el presidente Alberto Fernández y pareció responderle a la oposición interna del Frente de Todos, encarnada por el kirchnerismo, que le cuestiona gobernar con Clarín y el FMI, como le dijo Máximo Kirchner al ministro de Economía, Martín Guzmán. Sin embargo, el mandatario también intentó bajarle el precio a la interna feroz que sacude al Frente de Todos y confrontó con la oposición formal, corporizada en Juntos por el Cambio.
"Nos hacen discutir a entre nosotros, están pendiente de qué decimos uno del otro. Lo que estamos discutiendo es preservar los derechos que desde 1945 ganaron los que trabajan y los que quieren quitar esos derechos. Esa es la verdadera la discusión. Que nadie los confunda. La verdadera discusión es con los que quieren que cuando un trabajador sea despedido nadie pague indemnización, que las vacaciones dejen de ser pagas, los que cuestionan a las obras sociales, los que dicen que no hacen falta universidades...", bramó Fernández, notablemente exaltado, ante una multitud que aportó Gerardo Martínez, el histórico cacique de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), en un predio de este distrito bonaerense. En el VIP lo aplaudía una delegación 98% albertista integrada por un gobernador, sus ministros más cercanos a excepción del de Justicia, Martín Soria, y el equilibrista Sergio Massa.
"Compañeros, esos no somos nosotros. Nosotros somos los herederos de Perón y Evita y venimos a preservar los derechos de los que trabajan. Eso es lo que está en discusión, que nadie nos confunda", abundó el mandatario a voz en cuello, en busca de darle épica a esta aparición con la que buscó mostrar apoyo popular cuando el kirchnerismo le factura no defender, a su jucio, los intereses del electorado que lo llevó al poder, como hizo Cristina Kirchner en Chaco.
A esas recriminaciones les había respondido antes, cuando hizo hincapié en la reactivación de la economía y su impacto en la generación de empleo -el kirchnerismo le dice, como hizo recientemente Axel Kicillof, que "crecer no alcanza" si al mismo tiempo no hay distribución de riqueza- y se reivindicó "peronista de toda la vida".
"Este año, (la economía) va a crecer más de seis puntos y eso significa garantizar el segundo pilar de nuestro gobierno, que es el trabajo", dijo el Presidente y juró, para atender también los cuestionamientos internos: "Todo el gabinete, cada ministro mío tiene una misión y es que el salario crezca, que le gane a la inflación".
"No voy a resignar los principios de los que estoy convencido porque fui peronista de toda la vida", subió el tono Fernández y advirtió: "Yo sé que intereses represento".