El contrapunto político y de gestión que enfrenta hace más de un año a Martín Guzmán con el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, pasea por todos los rincones de la interna oficialista, entre los seguidores del presidente Alberto Fernández y de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Envalentonado y en espejo con el ministro de Economía, el funcionario camporista elevó su perfil público, dejó la comodidad de su silla del escritorio que tiene en el cuarto piso del Palacio de Hacienda y sacó a relucir su agenda de visitas a sectores productivos. No lo hace solo, sino en tándem con el secretario de Energía, Darío Martínez, que oficia de puente de diálogo entre el sector más duro del kirchnerismo y el albertismo del gabinete económico.
El miércoles, Martínez y Basualdo viajaron juntos a Chubut para participar de la apertura de sobres de la licitación de una obra que abastecerá de energía eléctrica a seis localidades de la Comarca Andina. Fue la tercera actividad conjunta en menos de un mes. “Hoy estamos cumpliendo con el mandato de Alberto y Cristina de reconstruir un país más federal, que crece y necesita más energía de calidad para todos y todas, vivan donde vivan”, resaltó el secretario de Energía en el acto en Rawson. No fue casual que el jefe del área energética pusiera en el mismo renglón de su discurso al jefe de Estado y a la jefa del Senado.
Martínez es la garantía de que las órdenes del ministro Guzmán se apliquen, a pesar de la resistencia de los funcionarios que responden al análisis que surge del Instituto Patria, el think thank de las filas kirchneristas, que se hacen voz en las espadas de la agrupación La Cámpora, bajo la jefatura del diputado Máximo Kirchner. Fue el secretario quien le confirmó al ministro que las áreas camporistas, como el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), comandado Soledad Manin, y el Ente Nacional Regulador del Gas (Enragas), en manos del kirchnerista Federico Bernal, iban a formalizar el pedido de aumento de tarifas que el Gobierno nacional dispuso. Todo, a pesar de las recomendaciones K en dirección contraria ante la crisis inflacionaria.
Según pudo saber Letra P, la próxima semana, Basualdo visitará a pymes industriales preocupadas por el impacto en los costos del 76% que dispuso el Ministerio de Economía. A través de un informe que le envió a Martínez, su jefe directo en la Secretaría de Energía, el funcionario había alertado sobre el golpe en el precio de los bienes si la remarcación en la matriz energética llegaba en un único shock, lo que le valió quedarse afuera de las audiencias públicas por orden de Guzmán. Esa suba tiene un pico estacional, que luego decae cuando es menos demandada; pero, una vez trasladado el aumento, el retroceso en los precios de góndola se torna imposible. Según el análisis de las empresas afectadas, esa suba significará un traslado a los valores de los productos del 10% como mínimo y puede alcanzar hasta el 20%.
Esa reunión, en un parque industrial del sur del conurbano bonaerense, contrastará con las fotos en el hotel Llao Llao que se sacó Guzmán con el Círculo Rojo hace un par de semanas o con las del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) que se realizó en el Alvear Palace Hotel, con otra parte del establishment local; por citar algunos ejemplos. Allí, el ministro de Economía, bombardeado por las críticas surgidas desde la propia vicepresidenta y su tropa, consiguió el respaldo del sector privado. En voz baja, el empresariado aclara sobre el apoyo al ministro: "Es lo único que tiene este Gobierno que vaya en línea con nuestras necesidades".
La contracara a la cúpula del Círculo Rojo será el asado que le prometieron a Basualdo para cerrar la recorrida que hará por las pymes del parque industrial. No está definida la fecha ni el lugar exactos, pero en el pedido de audiencia, realizado por las empresas, quedó claro que buscarán que el Gobierno tenga en cuenta el pedido de las fábricas: segmentar las tarifas de acuerdo a envergadura de las compañías y prorratear el aumento del 79% de modo de evitar la inflación directa y que el consumo se retraiga. El objetivo de máxima del lobby pyme es conseguir una tarifa diferenciada para empresas electrointensivas, según pudo saber Letra P.
Basualdo tuvo su cumbre empresaria en el Alvear Palace. La semana pasada, participó del evento “Mesa Redonda sobre Energía”, que organizaron el Institute of the Americas junto al Centro de Estudios para la Actividad Regulatoria Energética (CEARE). Allí, se mostró con la secretaria de Provincias del Ministerio del Interior, Silvina Batakis, mano derecha del ministro camporista Eduardo de Pedro. Luego de destacar el "crecimiento exponencial en energías renovables", marcó escenarios futuros para conquistar inversiones. "Estamos impulsando los mercados eléctricos regionales", dijo.
“Estamos reactivando y finalizando obras para ampliar la capacidad de transporte en 500 kV, limitada por la falta de inversiones de la gestión anterior. Además, vamos a licitar el Plan Federal 3, con una inversión de 1.200 millones de dólares, y el Plan AMBA I, para reforzar el anillo energético del Área Metropolitana de Buenos Aires con una inversión de 1.000 millones de dólares”, afirmó, como una muestra de vinculación con el sector privado, para intentar retocar la imagen camporista que las empresas perciben. Un reflejo en el espejo de Guzmán.