A un día de cumplirse ocho meses desde que asumió en la Jefatura de Gabinete, traumática como todo recambio ministerial pero en su caso adornada por los albores del distanciamiento entre Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner tras la derrota electoral, Juan Manzur mostró este jueves una nueva faceta durante la segunda reunión que mantuvo con el equipo de gobierno. El ministro coordinador arengó al albertismo y conminó a los presentes a que "acompañe al Presidente" en el acto de respaldo que organiza la UOCRA en Esteban Echeverría, distrito del alcalde Fernando Gray que enfrentó a Máximo Kirchner por el PJ bonaerense. El intendente no está en la lista de invitados, que juran que incluye hasta a gobernadores: este jueves fue recibido por el Papa Francisco en el Vaticano. La cita será al mediodía, contaron en la Casa Rosada.
Fue lo poco, al menos hasta ahora, que salió de la cumbre con un ápice político: la defensa conjunta a un mandatario que lanzó desde Europa un operativo clamor por su reelección y que casi nadie de su gabinete respaldó. La excepción a la regla, Aníbal Fernández. Precisamente, el exfuncionario duhaldista, nestorista y cristinista, y actual titular de la cartera de Seguridad volvió a apuntar contra la vicepresidenta antes de la reunión con sus pares. "Se corrió de la gestión", disparó el quilmeño.
"Gestión y reportes técnicos", dijeron las fuentes sobre las dos horas que duró el cónclave. Los funcionarios llevaron sus balances, tal como el tucumano había pedido hace dos semanas. Aquel primer reencuentro del gabinete fue distinto: hubo quienes llegaron a describirlo como una "terapia de grupo". Encima, la llegada tarde de Eduardo de Pedro, por un problema familiar, despertó el fantasma del amague de renuncias masivas de camporistas, porque la punta de lanza de aquel operativo fue el propio ministro del Interior. El cristinista, por conflicto de agenda, no estaría el viernes en el acto de la Uocra, pero cerca suyo dejaron abierta una posibilidad de participación, si es posible: "En forma virtual".
Entre una reunión y la otra hubo 15 días de silencio que generó, incluso, comidilla interna entre los apesadumbrados con la gestión en general, a través de un malicioso apodo: "ministro descoordinador". El vendaval tucumano que arrancó la gestión con la promesa de darle "volumen político" quedó, al menos hasta hoy, recudido a un puesto institucional. Con la reciente crisis, Fernández buscó apuntalarlo.
Hace dos semanas, Manzur lanzó un ultimátum: "Al que no le gusta, que se vaya", cuentan algunos que dijo. Sin embargo, desde la Jefatura de Gabinete matizaron la advertencia y un ministro, ante LetraP, coincidió que fue más lo que dejó entrever en su monólogo que un textual, palabra por palabra. Tal vez por eso, a nivel comunicacional, la reunión de este jueves fue reportada desde su propia oficina y no por la vocería presidencial. Otro dato que dejó la jornada fue el desembarco de la Jefatura en las redes sociales, con cuentas en Twitter, Instagram, Facebook y Youtube.
"No sabe lo que estamos haciendo en el día a día, nadie nos consulta nada", reprocharon, con palabras casi calcadas, desde dos carteras distintas a principios de la semana. Como defensa, en las oficinas del tucumano exhiben la "botonera" que vigila el vicejefe de Gabinete, Jorge Neme. Tampoco es que sólo cargan las tintas contra él: "Hay un desorden generalizado, empezando por Alberto", lo defendieron en otra cartera. Lo cierto es que gana terreno la idea de comenzar a sintetizar acciones coordinadas para intentar dejar atrás la novela de la interna, bajo un mantra: "No hay 2023 para nadie si no hay 2022".
De todas formas, no sería extraño que las reuniones quincenales prometidas de Gabinete, en el mediano plazo, queden en la nada o se diluyan en algo meramente protocolar. Por lo pronto, en el calendario ya está anotada la próxima para el 2 de junio. Y para la semana siguiente, el 9 como fecha tentativa, Manzur tiene previsto asistir al Senado para brindar 132° informe de gestión, con respuestas a más de 900 preguntas. Será su primera visita al Congreso en este cargo dado que el anterior reporte quedó en medio del recambio de la jefatura y fue contestado sólo por escrito.