PROYECCIÓN '23

Palomas & halcones: Monzó aporta tropa a la campaña de Bullrich

Dos coroneles del bonaerense participan de reuniones de los equipos técnicos de la presidenta del PRO. Otra canasta: el juego con aliados de Larreta.

Cuando el calendario electoral de 2023 se acerque a las primarias de agosto, la titular del PRO, Patricia Bullrich, habrá cumplido 67 años. Falta menos de un año y medio para que llegue ese momento, pero la exministra de Seguridad de Mauricio Macri ya construye un equipo de gestión para pelear la sucesión de Alberto Fernández. Según pudo reconstruir este portal, lo hace con una oferta rabiosa para competir con el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y acumular todos los recaudos posibles ante la decisión que tomará el expresidente respecto a su futuro electoral. En ese camino, apunta a sumar a todos los sectores de la coalición opositora que pueda, incluso a figuras que responden al diputado y extitular de la Cámara Baja Emilio Monzó.

 

En el macrismo aseguran que la jefa del partido tiene una ventaja de arranque frente a la disputa interna. “En el universo de votantes de JxC, Patricia duplica a Horacio en intención de voto”, aseguran quienes consumen los sondeos que no traspasan la intimidad de la dirigencia opositora. La cifra incomoda en el larretismo, que siempre busca posicionar a su jefe empardando o ganándole en algo a su contrincante. Mientras se profundiza la polarización con el kirchnerismo, crece la influencia de Bullrich y se acotan las gestualidades dialoguistas que el alcalde porteño instrumentó hasta fin de año.

 

Ya en 2022, Larreta pegó un volantazo y buscó endurecerse ante la disputa interna del voto ultra. Aun así, el jefe porteño sigue sin consolidar un tono discursivo diferente al que construyó en la última década. Se lo nota incómodo en la exploración de un registro que seduzca a su electorado más duro. Es una porción de votos históricos del macrismo porteño que, según las encuestas, no frenó su migración hacia las opciones de ultraderecha lideradas por el diputado Javier Milei.

 

Mientras la fuga ultra evoluciona sin freno, Bullrich y Macri asoman como dos alternativas eficientes para evitarla, pero a un costo muy alto. Una reconfiguración total del espacio opositor, con Milei adentro, podría derivar en su fractura. El riesgo surge del rechazo cerrado de la UCR y de la Coalición Cívica a aceptarlo en la alianza. Los dos socios de JxC se niegan a convalidar cualquier acercamiento con los referentes de esa ultraderecha que les quita votos.

 

Desde que arreciaron las discrepancias, Bullrich redujo sus gestos públicos hacia Milei, pero no pierde las esperanzas de sumarlo. Ahora trabaja por acumular aliados del otro lado de la polarización interna que surca al macrismo y, en especial, a quienes compartieron coincidencias con Rodríguez Larreta, como Monzó y su espacio. 

 

“Seamos socios, no te necesito de empleado”, le habría dicho Bullrich a cada uno de sus objetivos electorales dentro del PRO. La frase está dirigida a diferenciarse de Rodríguez Larreta, a quien le adjudican la construcción de su equipo proselitista para 2023 con otro método. Dicen que lo hace a fuerza de contrataciones en el Gobierno porteño y con un esquema radial que le reporta en forma directa, “donde se diluyen las individualidades”. La oferta de empleo por razones partidarias habría quedado en segundo plano para algunos dirigentes del monzoísmo. Prefirieron cambiar el entorno verde del Parque de los Patricios, que rodea a la sede porteña, por las reuniones que encabeza Bullrich en el Yacht Club de Olivos. Según supo Letra P, por esos encuentros ya pasaron dos de los miembros más importantes de la mesa política que lidera Monzó: el diputado nacional y exviceministro del Interior Sebastián García De Luca y el extitular del bloque macrista en la Cámara baja Nicolás Massot, que ahora construye sus aspiraciones para pelear por la intendencia de Tigre.

 

Las ambiciones de ambos serían distintas a las que tiene su principal dirigente. Monzó nunca tuvo una mala relación con Bullrich, pero trabaja para pelear la gobernación de la provincia Buenos Aires. Los une el respeto mutuo en los momentos más ásperos de la gestión de Cambiemos. Ambos buscaron sobrevivir a la omnipresencia del entonces jefe de Gabinete, Marcos Peña, y compartieron coincidencias políticas ante los posicionamientos del “gobierno de ceos”, es decir, de aquellos empresarios y exgerentes que se sumaron a la gestión de Macri y nunca ocultaron su desprecio por el “ala política”. En esas fricciones se forjaron los lazos entre la exministra y el diputado, dos fundadores de Cambiemos.

 

Monzó no tiene en mente volver a comandar una campaña electoral. Menos para Bullrich, pero abre sus contactos más allá de los confines que ella domina. El exministro bonaerense de Daniel Scioli, nacido en Carlos Tejedor, acepta que sus segundas líneas hagan su juego propio con Bullrich, pero al mismo tiempo promueve contactos con el peronismo antikirchnerista, un archipiélago donde Rodríguez Larreta se siente cómodo.

 

La última rosca en esa línea fue el asado que organizó la semana pasada en la residencia que Juan Manuel Urtubey posee en San Isidro. El exgobernador salteño fue el anfitrión de un encuentro donde también participaron el gobernador cordobés Juan Schiaretti, el intendente de Rosario, Pablo Javkin, y otros dos radicales de peso, como el gobernador jujeño y titular de la UCR, Gerardo Morales, y Ángel Rozas. A ellos se sumaron dos referentes del bloque lavagnista: Graciela Camaño y el exministro Florencio Randazzo se mostraron prestos a plasmar en Diputados las coincidencias que compartieron en ese asado. En la cita también estuvo el exministro del Interior, Rogelio Frigerio. El desarrollista mantiene el tándem con Monzó, pero mantiene su banca de diputado dentro del bloque macrista y fue el primero de ese armado en negarse a descartar un acercamiento con Milei.

 

Frigerio es el único de ese espacio que sigue dentro del PRO. Monzó y los suyos forman parte del bloque Encuentro Federal, que dejó el partido macrista pero sigue dentro de JxC. Dos de sus integrantes más destacados ya participaron de las reuniones que lidera Bullrich. Por separado, De Luca y Massot se mostraron con lo más granado del entorno de la exministra. Ante las consultas de este medio, cerca de Bullrich valoraron la presencia de ambos y aseguraron que están para profundizar el armado territorial. Otras fuentes del mismo espacio aseguran que de esa dupla puede salir el próximo jefe de campaña de Bullrich, pero están obligados a convivir con los colaboradores más cercanos a la exministra, como el exdiputado Eduardo Amadeo, que dirige la escuela de formación del PRO; el diputado Gerardo Millman, el excanciller Jorge Faurie y el exembajador Diego Guelar, entre otros.

 

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