A lo largo de exactamente dos horas y media, el gobernador Axel Kicillof dio un mensaje ante la Asamblea Legislativa bonaerense en el que evitó permanentemente agitar las internas que sacuden al Frente de Todos (FdT): lanzó gestos hacia el presidente Alberto Fernández, a quien recibió en La Plata días atrás, hizo guiños a quienes se incorporaron a su gabinete y mandó señales a los intendentes.
Su discurso se centró, fundamentalmente, en un repaso de las acciones de su gestión y un adelanto de lo que queda de su mandato con la mira puesta en su proyecto reeleccionista, sintetizado en el Plan 6x6.
En varios pasajes de sus 150 minutos de alocución, Kicillof envió señales políticas que apuntaron fundamentalmente a surfear la compleja interna oficialista, aludiendo a temas espinosos, como el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el debate sobre la coparticipación y el reparto de fondos federales a las provincias.
Para con Fernández, con quien estuvo reunido la semana pasada en la gobernación, Kicillof tuvo un gesto al hacer mención a la discusión por el entendimiento con el Fondo. En una frase que mostró distancia con la postura que asumió, por caso, Máximo Kirchner, el gobernador aseguró que “la negociación con el FMI busca evitar una catástrofe”. Y apuntó directamente contra el expresidente Mauricio Macri en un pasaje en el que además subrayó que “el Frente de Todos no tiene nada que ver con el origen de esta deuda y nunca hubiese ido a tocar la puerta del organismo. Es algo que no vamos a olvidar ni perdonar”.
Sobre el tema de los recursos, si bien le exigió más fondos a la administración central “para revertir las deudas estructurales” en la provincia, aclaró que “Alberto conoce esta situación”.
“En septiembre de 2020, se destinaron recursos para la creación del Fondo para el Fortalecimiento Fiscal de la Provincia de Buenos Aires. Esta decisión fue un paso en la dirección correcta. Le agradecemos al Presidente, a los legisladores que pelearon por esos recursos, pero no es suficiente para solucionar los déficits corrientes ni estructurales de la provincia”, advirtió. Y agregó: “Alberto es un presidente que comprende esta situación, no tenemos exigencia y reclamo, solo agradecimiento por la recuperación y pedimos que se ponga en debate el reparto de los fondos coparticipables”.
Desde el arranque, quizás para contrastar con el discurso del martes del Presidente en el Congreso, el gobernador se ocupó de destacar el accionar de la oposición en la provincia, a la que agradeció por haber aportado los votos para la sanción de leyes como el Presupuesto y la Impositiva. En ese sentido, Kicillof eligió arremeter, hacia el final, contra el “ala dura” de Juntos por el Cambio, y apuntó contra Macri y María Eugenia Vidal, en un pasaje en el que, además de recordar aquello de los que “caen a la educación pública”, también hizo referencia al espionaje y la causa conocida como la “Gestapo sindical”.
Pero, además, Kicillof se ocupó de mencionar, en un gesto político que tampoco pasó de largo, a los intendentes, tanto “propios” como de la oposición. La referencia destacó en el mensaje del gobernador, habida cuenta de la relación de idas y vueltas que mantiene con un sector de los jefes comunales cercanos a Kirchner que desembarcaron en el gabinete tras la derrota en las PASO, encabezados por Martín Insaurralde.
Primero, resaltó el trabajo de “los 135 intendentes” a lo largo de la pandemia para garantizar la atención sanitaria.
“No vamos a discriminar entre intendentes oficialistas y opositores”, prometió sobre el final del mensaje, al destacar las medidas que llevará adelante en el territorio de la provincia, que incluyen un plan de pavimentación y reparación de escuelas en el Conurbano.