#2M APERTURA DE SESIONES

Juntos, del pacto de no agresión a un conato de hostilidad y críticas al relato

Los bloques opositores acordaron mantener la moderación y centrarse en las críticas políticas a la gestión. La ruptura de la calma, educación e inseguridad.

Acostumbrada a un clima político con identidad propia y sujeta a acuerdos muchas veces ajenos a lo que sucede a nivel nacional, la oposición en Juntos utilizó este miércoles su propia estrategia en la provincia de Buenos Aires para hacer frente al discurso con el que Axel Kicillof dejó inaugurado el 150° periodo de sesiones ordinarias en la Legislatura. Acordó previamente no vaciar el recinto, como sucedió con el PRO en el Congreso de la Nación, y evitar la agresión directa. ¿La razón? Evitar que se tergiversaran las críticas que luego hicieron a la gestión kirchnerista. Tras el discurso del mandatario, la dirigencia opositora se enfocó en hacer tambalear los principales pasajes del discurso referidos a la educación y a la seguridad y criticó el “relato” y la falta de propuestas. 

 

Con 24 horas de ventaja, los legisladores y legisladoras de Juntos vieron y analizaron con atención las repercusiones de la estrategia que diseñó Cristian Ritondo para dejar vacías las 50 bancas que el PRO tiene en la Cámara de Diputados de la Nación: según pudo saber Letra P, muchos estuvieron de acuerdo con la maniobra nacional, pero lamentaron que la atención pública finalmente quedó centrada en el acting y no en los puntos débiles del discurso de Alberto Fernández. Atentos a eso, en Buenos Aires acordaron no imitar a sus pares del Congreso y resistir desde sus lugares las referencias esperadas a la herencia de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal que, aunque sin nombrarlos directamente, finalmente hizo el gobernador.

 

De todos modos, eso no fue suficiente para contener la rabia de algunos integrantes del partido amarillo. El senador Walter Lanaro, que responde a la estructura de Vidal, y el diputado Mauricio Vivani, que trabaja bajo la conducción del intendente Jorge Macri, fueron los dos únicos que rompieron la escucha pasiva después de casi dos horas de discurso. Lo hicieron de pie en el centro del hemiciclo con las manos alzadas y con los dedos en V, que no hacía referencia a la mística justicialista sino a los dos años de clases sin presencialidad en las escuelas.

 

“Dos años sin clases”, gritó el legislador que supo armar en el sur del conurbano bonaerense para la exgobernadora, después de que Kicillof destacara la inversión en educación pública y cuestionara al vidalismo por “rasgarse las vestiduras” con la educación, pero mientras “recortaba presupuesto” al área, y tras recordar la desafortunada frase de Vidal sobre que “los pobres no van a las universidades”.

 

La crítica amarilla que surgió en el recinto la repitieron con otro tono y algunos minutos después algunos de los principales dirigentes provinciales del PRO. “Para Kicillof, la educación no es prioridad”, remarcó Macri a través de su cuenta de Twitter. “Un año y medio de escuelas cerradas. Más de 270 mil chicos perdieron el contacto con la escuela. Anunciaron cursada los sábados para la recuperación de aprendizaje y tampoco lo hicieron. La educación es esencial y es un derecho”, agregó el intendente de Vicente López en uso de licencia y ministro de Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta

 

Su par de Lanús, Néstor Grindetti, también criticó al mandatario bonaerense. Dijo que “dio un discurso en donde sobraron adjetivos y culpas al pasado”. “Faltaron propuestas concretas para salir del difícil momento que vive la provincia y principalmente el conurbano. Especialmente en materia de seguridad y educación”, amplió también en la misma red social. Diputados y senadores también fueron en líneas similares, e incluso apuntaron contra las referencias del gobernador a las políticas de la administración anterior. 

 

“Buena parte de los logros que remarcó no se verifican en la realidad. Después de dos años sin clases, y con la inseguridad descontrolada en el conurbano, el discurso pareció más bien voluntarista que concreto", resumió un legislador de peso a la salida de la Asamblea. Otros representantes coincidieron con la postura, aunque aclararon que esperan en algún momento las referencias a la herencia. "Es parte del relato", sostuvo uno de los presentes, que destacó de todos modos el clima de moderación que transita la Legislatura, a diferencia del fuego cruzado constante que se vive en el Congreso. 

 

Después de dos horas y media de discurso, en el que Kicillof ahondó principalmente en las políticas económicas, productivas y de desarrollo, y poco en las propuestas de cara a sus próximos dos años de gestión, la oposición se concentrará en las próximas semanas en encontrar detalles sobre la plataforma de gobierno para este año. "Parece que el gobernador da por hecho que va a renovar, pero hasta ahora sólo escuchamos lugares comunes y generales sobre lo que verdaderamente hay que hacer en una provincia en crisis como la nuestra", sostuvo otro diputado al borde de las escalinatas de la Legislatura.  

 

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