PROYECCIÓN '23

La mesa de JxC en Córdoba suma un socio incómodo pero con votos propios

Ultraopositor a Schiaretti, el vecinalismo de García Elorrio rompe su burbuja. Arrima puntos de oro, pero detona los puentes macristas con el cordobesismo.

CÓRDOBA (Corresponsalía) Nuevas caras se sentarán a la tercera reunión de la Mesa Provincial de Juntos por el Cambio (JxC) que se realizará este lunes. Juan Amestoy y María Rosa Marcone, autoridades de Encuentro Vecinal, dirán presente producto de la invitación cursada por Gregorio Hernández Maqueda, presidente de la Coalición Cívica Córdoba, uno de los partidos integrantes de la alianza opositora.

 

La afinidad entre el partido que lidera Aurelio García Elorrio y el lilismo se remonta a tiempos previos a la existencia de Cambiemos. Invitaciones y acciones conjuntas han sucedido ya. También con otras figuras del espacio. En todos los casos, y ante quien fuere, el abogado se ha mostrado como el más férreo opositor a la gestión de Hacemos por Córdoba (HxC). Sin embargo, con argumentos que van desde lo ético hasta lo modélico, el sello vecinalista se ha mostrado reacio a unirse a la coalición que ya integran en la provincia la CC, la UCR, el PRO y el Frente Cívico. Por eso, esta vez causó sorpresa la aceptación del convite.

 

No obstante, se apresura a aclarar García Elorrio, la aceptación tiene claras delimitaciones, tanto geográficas como en la proyección de una futura gestión. “Nos interesa participar como servicio democrático para garantizar la alternancia, pero si están dispuestos a hacer algo provincial, sin pegarse a referentes nacionales. A mí no me desespera hacer un frente, pero si es el mismo partido el que siempre gobierna esta provincia, hay que ceder actitudes individuales y pensar en la alternancia”, dice el exlegislador provincial.

 

En diálogo con Letra P, el abogado y referente de la asociación civil Portal de Belén, entidad que presentó medidas para mantener suspendida por años la interrupción voluntaria del embarazo, mantiene las críticas que por años le propinó a Juntos por el Cambio. En particular, por los acuerdos forjados por la alianza.

 

“Somos un partido provincial que nada tiene que ver con partidos nacionales. No nos interesa meternos en estructuras que reflejan armados nacionales, pero a nivel provincial no hay otro conglomerado opositor para lograr la alternancia que Córdoba necesita. Para garantizarla, hace falta que no se divida la oposición, que vayamos juntos. Para ello hay que tratar de que la gente que está en JxC se avenga a un armado provincial”, explica el cofundador de la Red Federal de Familias.

 

Tal armado, afirma, no debe apuntar solo a instalar una cabecera. El acuerdo de gobernabilidad, sostiene, debe contemplar una participación de todos los socios. “Buscamos un programa claro y un acuerdo de cogestión entre las fuerzas. No le vamos a dar nuestros votos a nadie en particular. Si se gana, cogobernaremos. No se trata de que quien gobierna se lleva el poder bajo el brazo y se olvida de todos los que pusimos votos. Ya que se llega al poder con votos loteados, que son de varios partidos, también se puede lotear el poder. Tampoco buscamos una cooperativa electoral. No la necesitamos: ponemos legisladores lo mismo”, amplía.

 

El docente universitario sabe también que, sin la vigencia de una ley de primarias en los comicios provinciales, las internas como mecanismo de resolución de candidaturas pondría a su fuerza en desventaja ante los grandes aparatos. Por eso, prefiere evitarlas. Aún así, asegura que no se perdonaría que el peronismo vuelva a ganar en Córdoba por una diferencia equivalente a la media electoral de Encuentro Vecinal: unos cinco puntos porcentuales.

 

Un pacto

Por encima del entramado de fuerzas políticas existe otra razón por la que García Elorrio mantiene cautela. Desde hace años denuncia la existencia de connivencia entre el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, y el expresidente Mauricio Macri. Ese acuerdo, interpreta, facilita un ejercicio despótico y corrupto a la gestión cordobesista.

 

En el libro El Pacto, el exlegislador hunde el bisturí: “Fue un pacto entre los caciques de dos fuerzas políticas que sellaron compromisos (componendas) entre sí al solo efecto de que ambas facciones mantengan el poder. Poder que les permite seguir favoreciendo sus intereses comunes, además de asegurarse que, cuando tengan que resignarlo, no tendrán que rendir cuentas ni mucho menos enfrentar juicios justos, porque en los lugares clave del aparato judicial el pacto les permitió sentar a quienes les garantizarán impunidad”.

 

Aunque pone a 2015 como mojón del acuerdo, entiende que siete años después nada ha cambiado. “El gobierno provincial solo ha podido gobernar y sostener este nivel de corrupción porque se han blindado judicialmente, mediáticamente y políticamente. Porque pactaban con la oposición. Hay que desterrar eso”, afirma.

 

Consultado acerca de la dirigencia de JxC que actualmente aún juega con la posibilidad de sumar a Schiaretti, García Elorrio mantiene su discurso. "Nosotros queremos unirnos con los que quieran realmente disputarle el poder al peronismo, con los que no quieran formar parte de ese pacto, por el bien de la democracia, por los graves problemas de corrupción que se están haciendo endémicos en Córdoba", define y prefiere no subirse a la confianza de quienes plantean que en 2023 están dadas las condiciones objetivas para un cambio. "No es tan simple. Habrá que trabajarlo mucho, porque el pacto de fondo entre Macri y Schiaretti sigue vigente", insiste.

 

"Macri no se la va a hacer fácil a nadie que quiera disputarle el poder a Schiaretti. Va a haber que trabajar mucho sobre el corazón de los cordobeses. Córdoba no digiere cuatro años más de corrupción institucionalizada", concluye.

 

Gabriel Bornoroni durante los festejos por el triunfo de Javier Milei en Córdoba. 
El Tribunal Superior de Justicia junto a Juan Carlos Maqueda y Martín Llaryora.

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