SAN NICOLÁS (Enviado) Jugando de local pese a las más de tres horas de viaje que separan este distrito de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta brincó, sonrió y posó en Expoagro, el clásico evento del campo, sector con el que Juntos por el Cambio (JxC) busca reavivar la sintonía fina en el arranque de lá adelantada campaña electoral para 2023. No fue una visita a la pasada: el jefe de Gobierno porteño pasó casi toda la jornada de viernes en el lugar, flanqueado por otros dirigentes de su espacio, y aprovechó para sacarse fotos, recorrer el predio, disparar contra el golpeado Frente de Todos (FdT) y llenar de flores a la agroindustria. En conferencia de prensa, echó mano a un latiguillo macrista para redondear un mensaje de esperanza.
Con traje de presidenciable, Rodríguez Larreta fue al reducto donde descansan los aliados, a la tribuna propia que detesta la política económica del gobierno de Alberto Fernández, al evento organizado por Clarín y La Nación donde los periodistas mandan centros a la olla a la dirigencia amarilla y castigan la “tozudez” de la Casa Rosada.
Larreta ocupó el centro de la escena casi en soledad este viernes, pese a estar rodeado. El martes inaugural fue de las autoridades, especialmente del Frente de Todos. El miércoles lluvioso fue la apuesta del radicalismo y el jueves, del expresidente Mauricio Macri, de custodiado andar. El último día fue todo del jefe de Gobierno porteño.
Vendió centralismo e interior y estuvo acompañado de Diego Santilli, su espada en la provincia de Buenos Aires, y Rogelio Frigerio, su hombre en Entre Ríos. Cuando le tocó el turno de las fotos oficiales, le dijo “vení, Maxi” al diputado radical de Santa Fe Maximiliano Pullaro, que será candidato a gobernador en 2023. Solo le faltó alfil de Córdoba para completar una postal con dirigentes de punta en las cuatro provincias más importantes. También lo acompañaron el diputado Ricardo López Murphy, el jefe comunal local, Santiago Passaglia, y el intendente de Junín, el jorgemacrista Pablo Petrecca.
Larreta no se quería ir de San Nicolás; no tuvo agenda estricta de horarios y se ocupó, sobre todo, de saludar y posar. Como cuando una suerte de trencito de la alegría, repleto de visitantes, lo divisó. El vehículo se detuvo y Larreta se subió para sacarse una y otra foto.
Por las dudas, para que no quedaran dudas, siguió con música para los oídos del campo en la conferencia de prensa. “Estamos en contra de cualquier aumento de las retenciones, incluso deberían bajar. Tenemos que tener un sendero de ir reduciendo las retenciones hasta desaparecer, no subiéndolas, es exactamente al revés”, soltó el porteño.
Y combinó las alabanzas al agro con una puñalada al oficialismo maltrecho: “Toda la inversión agrícola es a mediano y largo plazo y para eso requiere estabilidad, que es claramente lo que este Gobierno no da con decisiones erráticas y mensajes contradictorios (…) Le pido al Presidente que defina un rumbo para la Argentina, eso necesitamos, un plan a largo plazo; que le dé previsibilidad a todos los productores aquí reunidos, que tienen una pujanza enorme pero no saben qué va a pasar en el país mañana a la mañana. Pero ni siquiera en el Gobierno hay una visión unida”.
Se permitió, también, reformular el “Sí, se puede” que popularizó Macri durante la campaña de 2015, tras las PASO, con la que logró una gran remontada, aunque no le alcanzó para estirar su estadía en la Casa Rosada. “La nuestra es la Argentina del ‘se puede’, de la energía positiva, de la esperanza”, señaló en modo zen. Terminó la conferencia de prensa bajo un coro de aplausos, se calzó una gorra y se fue a recorrer otra vez el patio de su casa.