La dimisión de Máximo Kirchner como presidente del bloque oficialista de Diputados provocó un shock en la mayoría de sus integrantes. Especialmente, en quienes asumieron el 10 de diciembre y el próximo jueves recién cumplirán dos meses en la Cámara. Germán Martínez reemplazó al hijo de CFK el 1 de febrero y, por ahora, está concentrado en contener a shockeados y recién llegados. En su entorno dicen que, cuando haya terminado esa tarea, empezará una lenta persuasión con todas las tribus internas hasta cumplir con la principal misión que le dio el presidente Alberto Fernández: lograr que el acuerdo con el FMI sea aprobado con un respaldo parlamentario robusto.
Para que se active el tramo crítico del tratamiento parlamentario falta que el Presidente elija el recinto. Hay quienes creen que enviará la carta de intención al Senado, donde el oficialismo tiene menos dificultades para llegar al cuórum. Aunque perdió la mayoría propia en diciembre, en el FdT estiman que empezar el debate en la Cámara alta y votarlo con celeridad es una señal que podría empujar el tratamiento en Diputados. También pondría a prueba a la oposición, que enfrentaría su primer momento de definiciones. En la Cámara baja, las espadas oficialistas no moverán el tablero hasta que Fernández tome esa decisión. Para que comiencen los debates falta un mes. Todavía no se conoce la letra chica ni el alcance del ajuste pactado, pero ya comenzaron los cálculos sobre cómo se dividirán las voluntades del FdT.
“En el fútbol, soy filosóficamente seguidor de Mostaza Merlo. Paso a paso. No renuncio a la posibilidad de obtener la mayor cantidad de votos positivos y no doy por perdido ningún voto”, le dijo Martinez este viernes al diario BAE, en una de las primeras entrevistas que concedió desde que fue designado. El tema es inevitable para el flamante titular del bloque, pero en su despacho prefieren no entrar tan rápido en los números finos. Consideran que contar los porotos en este momento “es inconveniente”, porque la prioridad es la contención política del bloque.
“Preferimos no hacer análisis cuantitativo de los votos, porque eso puede endurecer la posición de los compañeros más críticos y lo peor que podemos hacer es cristalizar ahora esas discrepancias. Con los compañeros no hay negociación, hay persuasión y debate”, insistieron en la conducción del bloque, que podría continuar con Cecilia Moreau como vicepresidenta. La legisladora del Frente Renovador también eligió hablar de contención, pero para defender a Kirchner y criticar la poca dedicación de Guzmán para atender las inquietudes de la tropa parlamentaria del oficialismo.
“Si uno hace un planteo y no se siente contenido, cuando es parte central del espacio político, la verdad es que lo entiendo (a Kirchner)”, dijo la diputada y luego le sacudió al jefe del Palacio de Hacienda, para dejar claro que no hay diferencias entre massistas y kirchneristas para cuestionarlo. “Guzmán tendría que haber venido al bloque a dar explicaciones, porque en el Congreso es donde mejor funciona el Frente de Todos”, disparó en una entrevista a Futurock FM.
Las expresiones también apuntan a contener a los sectores internos que se sienten representados por la renuncia de Kirchner. Ese universo abarca a las 18 bancas que pertenecen a la organización La Cámpora, a las tres que integran Frente Patria Grande, lideradas por Federico Fagioli, y a dos de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), referenciadas en Juan Carlos Alderete. En total, son 23 de los 118 escaños que ahora conduce Martínez. No ocultan sus críticas y hay quienes ya plantearon que votarán en contra. Otras figuras, como Leopoldo Moreau, esperan que puedan introducirse cambios al pacto. Esa aspiración, según indican en la Casa Rosada, no será satisfecha, pero el diseño del acuerdo esta en pleno desarrollo y algunos planteos podrían ser tomados en cuenta antes del cierre final.
Hasta ahí
Para atender esas divergencias surge la opción de la abstención como una forma de que esos sectores expresen su desacuerdo, pero dando cuórum y sin sacar los pies del plato. Otro espacio que bulle por la renegociación de la deuda es la tropa de origen sindical, que controla diez sillas y tiene a Hugo Yasky y a Sergio Palazzo como principales exponentes de la CTA y la CGT. También podrían escudarse en la abstención para navegar el río revuelto, aunque el cegetismo ya planteó su respaldo al entendimiento, en un gesto que anticipa otro puñado de votos del FdT a favor del acuerdo, aunque la CTA todavía no definió qué hará. El mismo debate atraviesa a la Corriente Federal de Trabajadores (CFT), que configura un sector interno de la CGT y responde a Palazzo.
Junto al impacto negativo que tendrá el ajuste, en el conglomerado oficialista también se preocupan por las consecuencias electorales. Martínez deberá atravesar esas incertidumbres para embolsar esos votos. En su equipo creen que es un error hacer proyecciones electorales del acuerdo. Lo mismo piensan en el Gobierno. Analizan que existe una sensación de alivio luego del anuncio del entendimiento. La interpretan como la respuesta a una demanda social "muy relevante" que es subestimada por la política.
“La semana pasada, una parte de la economía argentina estaba paralizada esperando saber si caíamos en default o no. El anuncio tiene un impacto positivo en el humor social, mucho más de lo que imaginamos”, confió un diputado oficialista. Al igual que Martínez, cree que las señales de crecimiento de la economía van más allá del rebote. Esos indicadores también se transformarán en un aliciente para reunir más voluntades o en atenuantes para las posiciones más duras. El objetivo del flamante jefe del bloque es suavizar las asperezas y transformarlas, al menos, en abstenciones.