SANTA FE (Corresponsalía) Las conducciones del socialismo y el radicalismo tuvieron el martes una cita de recomposición y definiciones. Un asado bilateral en el Comité Provincial de la UCR en esta ciudad, con el Mundial de fondo en la TV, fue el entorno de una conversación que desde ambos sectores calificaron como un avance. No hubo pases de factura, se firmó un alto al fuego amigo y - para cuando llegó el momento de los penales - ya habían estampado un acuerdo para reunir a la gran mayoría de la oposición santafesina y disputarle las llaves de la Casa Gris al peronismo el año próximo.
Quienes participaron del convite reconocieron que hubo gestos de la contraparte. El radicalismo, que había sentido el desaire del faltazo del PS en los últimos eventos que había organizado, vio con satisfacción que esta vez el partido de la rosa pidiera la reunión. El socialismo, en cambio, marcó que la presencia de todas las tribus radicales en el encuentro los validó. Y, dicen quienes estuvieron, que lo que finalmente desató el nudo que no permitía avanzar fue la voluntad de ambas partes de avanzar en acuerdos partidarios pero dejar las definiciones sobre precandidaturas para más adelante.
El llamado de atención ahí fue para la UCR, que ya tiene al diputado provincial Maximiliano Pullaro y al senador Dionisio Scarpín en carrera. Con esa cuestión saldada, la conversación avanzó respecto de otro punto que había sido conflictivo: quiénes componen el frente de frentes y concretamente si el PS aceptaba la convivencia con el PRO. En los próximos días habrá encuentros temáticos que empezarán a mostrar que están todos y todas adentro. En esa misma línea, hubo otro eje de discusión que consumió gran parte de la reunión: cómo posicionarse ante la discusión nacional con la certeza de que los comicios locales van a estar fuertemente atravesados por la elección presidencial. Acordaron la posibilidad de tener matices, pero no posiciones diametralmente opuestas y que la coalición tenga un perfil provincial fuerte.
Los tiempos para los acuerdos todavía no son apremiantes. Si bien aún no está oficializado el calendario electoral, ya se sabe que en Santa Fe se votará en los últimos turnos posibles, por lo tanto, para el cierre aún hay margen. Sin embargo, en el PS están muy atentos a los tiempos porque tienen que resolver su política de alianzas en un congreso provincial, que se realizará en marzo, pero a esa instancia tiene que llegar con casi todo el trabajo previo hecho.
El almuerzo fue concurrido y de la mesaza participaron el diputado y secretario general de PS Enrique Estévez, la concejala Laura Mondino, el exministro de Gobierno Rubén Galassi y los diputados provinciales Joaquín Blanco, Nicolás Aimar y su compañera de bancada Gisel Mahmud. Los anfitriones y las anfitrionas fueron el senador provincial Felipe Michlig, los diputados provinciales Julián Galdeano, Fabián Bastía, la diputada Ximena García, el concejal Leandro González y la exdiputada Alicia Tate y el histórico dirigente Changui Cáceres.
¿Qué falta ahora?, preguntó Letra P a uno de los comensales: “Pasar a lo concreto: definir los alcances del frente, quiénes lo van a integrar y de qué manera, cómo se navegan las diferencias que van a surgir y cómo se sintetizan esas posiciones en un programa único, poner reglas de juego claras ante unas eventuales PASO. Y luego, ir al territorio. Tendremos que puntear departamento por departamento y en cada una de las ciudades cómo y con qué actores y actrices le damos forma al armado final”, explicó.