Hasta que el presidente Alberto Fernández no envíe al Congreso el texto del acuerdo que firmará con el FMI, en Juntos por el Cambio (JxC) no saldrán de la cautela discursiva que eligieron este viernes, luego de la reunión que realizó la Mesa Nacional de la coalición para analizar el anuncio del entendimiento que hizo el jefe de Estado dos horas antes. El espacio opositor consideró "positivo" la fumata blanca con el organismo, pero sus integrantes también están pendientes de la reacción que tendrá el Frente de Todos (FdT) cuando el texto llegue al Congreso y se defina el posicionamiento de todos sus sectores.
A diferencia de las internas que surcaron al conglomerado en las últimas semanas, esta vez, para los asistentes a la reunión hubo una serie de señales del Gobierno que no pasaron inadvertidas, pero calmaron un poco los ánimos de una conducción opositora divida entre aquellos que estaban seguros de un default inminente, frente a otros que esperaban una tortuosa sangría hasta la definición final. En ese derrotero, la ausencia del fantasma de la cesación de pagos dejó el camino libre para el gesto inicial de apoyo que la alianza no quiso aportar hace diez días, cuando fracasó la reunión del ministro de Economía, Martín Guzmán, con la primera línea de JxC.
En la Mesa Nacional de la coalición opositora notaron que en su discurso Fernández no los castigó. Esta vez no hizo foco en el préstamo que pidió su antecesor Mauricio Macri y ni siquiera mencionó a JxC. Tampoco les recordó que el año pasado lo dejaron sin Presupuesto en el Congreso, ni les recriminó la ausencia en la reunión con los demás gobernadores.
“Elevaré al Congreso de la Nación para su consideración el acuerdo. Necesitamos que apoyen este convenio y apelo así al compromiso nacional de todos y todas. Hay futuro porque estamos afianzando este presente, la historia juzgará quién hizo qué, quién creó un problema y quién lo resolvió. Los invito a mirar hacia adelante, sin olvidar el pasado”, dijo el Presidente.
Con esas palabras puso en marcha una precisión que Guzmán dio poco después en la conferencia que ofreció junto al jefe de Gabinete, Juan Manzur: el tratamiento en el Congreso será inminente porque debería estar aprobado antes del próximo vencimiento del crédito vigente que opera en marzo. Esos tiempos también pondrán a prueba la capacidad del oficialismo para mantener unidos a sus 118 escaños detrás de la aprobación del acuerdo, cuando ya hay diputados de movimientos sociales que anticiparon su negativa. Esos pronunciamientos implicarán mayores negociaciones con JxC, pero también con otros espacios como el lavagnismo, o el cordobesismo, que ya anticipó que dará cuórum pero se abstendrá a la hora de votar.
Con esa línea de tiempo tan acotada por delante, los socios de JxC optaron por la cautela y pactaron un texto escueto donde buscaron exhibir que no tuvieron desacuerdos internos para comunicarlo.
"Juntos por el Cambio considera positivo este primer entendimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que evita así un costoso default". Sin incluir el reclamo de un plan económico, los partidos de JxC acordaron en reclamar más información, como lo vienen haciendo desde fines del año pasado. "Aguardaremos la continuidad de las negociaciones que deriven en detalles de un acuerdo definitivo, que luego será evaluado en el Congreso, tal como establece la ley que todos hemos aprobado", concluyó el breve texto.
Según supo Letra P, los asistentes escucharon las evaluaciones de sus tres principales economistas. Hablaron el diputado nacional y vice de la Comisión de Presupuesto, Luciano Laspina, el exministro de Economía Sebastián Lacunza y Eduardo Levi Yeyati. Los tres debatieron distintos aspectos del acuerdo que iban a ser plasmados en el comunicado, algo que finalmente no sucedió.
Esta vez hubo acuerdo entre todos los pelajes internos en emitir una señal de respaldo, pero sin que eso implique resignar los reclamos de mayor información del acuerdo. Tal como contó este portal, el criterio que mantienen en JxC desde antes de las elecciones del 14 de noviembre es analizar la futura carta de intención que firme el Gobierno con el staff del FMI. Ese punto no cambió desde entonces, aunque en las últimas semanas predominaba la idea de un virtual default y un endurecimiento creciente de la relación con el organismo. La tensión aumentó en los últimos días, especialmente entre aquellos que estaban atento a las reservas del Banco Central.
En la reunión estuvieron los tres jefes partidarios: Patricia Bullrich (PRO), Gerardo Morales (UCR) y Maximiliano Ferraro (CC). También se conectó Macri y dos de los tres mandatarios provinciales. Estuvieron el mendocino Rodolfo Suárez y el porteño Horacio Rodríguez Larreta. Junto a ellos participaron los caciques parlamentarios: el jefe del interbloque de senadores, Alfredo Cornejo (UCR); el jefe de la bancada macrista, Humberto Schiavoni (PRO), y su par del radicalismo, Luis Naidenoff. Por la Cámara de Diputados estuvieron los jefes de las bancadas: Cristian Ritondo (PRO), Mario Negri (UCR) y Juan Manuel López (CC). También fueron de la partida el senador Martín Lousteau (UCR) y la diputada provincial Maricel Etchecoin, que preside la CC bonaerense.