PASO 2021

Quiénes ganan y quiénes pierden en el nuevo mapa político del país

Larreta, Vidal y Bullrich festejaron. Noche de halcones ultra, dentro y fuera de JxC. El peronismo cosechó derrotas por doquier y triunfos en el norte.

Hasta la propia tropa creía que María Eugenia Vidal cada día estaba más desangelada y que Horacio Rodríguez Larreta había arriesgado más de lo prudente. Ganaron los dos, junto con Diego Santilli y también Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Miguel Pichetto. La totalidad de quienes integran el gabinete nacional y tienen peso en el territorio (intendentes de licencia, por ejemplo) perdieron en sus distritos. Los outsiders que encarnaron el voto bronca fueron la sorpresa y no hubo en el oficialismo quien salve la ropa, excepto en algunas pocas intendencias de la Provincia y gobernadores del norte, que sigue siendo peronista. De los provinciales, solo el Movimiento Popular Neuquino y Juntos Somos Río Negro mantuvieron sus votos y ganaron en su tierra.

 

En Juntos por el Cambio las elecciones de noviembre terminarán de ordenar los liderazgos y el poder interno, que por ahora sigue repartido con apenas una inclinación hacia la Ciudad. El premio mayor se lo queda Rodríguez Larreta, que se confirma como el nuevo estratega junto con su equipo de Uspallata al que no pocas veces criticaron distintos referentes de la coalición opositora. Vidal y Santilli ganaron con la mudanza. El análisis es contrafáctico, pero si la exgobernadora se hubiera postulado en Provincia y hubiera revertido su derrota de 2019, tal vez hoy picaría en punta para las presidenciales de 2023. A diferencia del jefe de Gobierno, prefirió un triunfo cantado, una campaña más cómoda y evitó todo riesgo. Aún así, volvió la Leona, mientras que Santilli se posicionó como un hábil y leal constructor de las aspiraciones presidenciales del alcalde.

 

El contundente triunfo de Vidal dejó sin argumento a Bullrich, que había asegurado que ella hubiera obtenido más votos en la Ciudad. Los casi 49 puntos que sacó la exgobernadora sumada a Ricardo López Murphy y Adolfo Rubinstein superaron las expectativas de su entorno. Vidal logró 140 mil votos más que Leandro Santoro del Frente de Todos y más que duplicó al economista republicano. Habrá que ver si en noviembre no se le escurre por derecha el caudal que ayer aportó el exministro de Defensa de Fernando de la Rúa

 

La derechización de la política argentina tuvo su mayor capítulo con Javier Milei, que finalmente cosechó la ira que sembró. Si repite en noviembre, serían dos los diputados de su espacio en el Congreso, la misma cantidad que actualmente tiene la izquierda. El economista representa más bronca que la que capitaliza Juntos por el Cambio, ideológicamente más cerca de lo que representaron en su momento Aldo Rico, Luis Patti o Francisco de Narváez que sin ser iguales expresaron el pedido de mano dura.

 

Como él, en Santa Fe ganó la interna de JxC Carolina Losada y en Córdoba, Luis Juez, ambos más halcones que el halcón mayor al que desafiaron. Macri perdió en los dos distritos. En la mediterránea apoyó a Gustavo Santos y Mario Negri y en Santa Fe a Federico Angelini, detrás de quien también cayeron Bullrich y Rodríguez Larreta. La periodista Losada ganó en contra de los máximos referentes del espacio. En Córdoba, con Juez y Rodrigo de Loredo triunfaron Bullrich y Martín Lousteau, que contra todos los pronósticos apostaron pleno a ganador.

 

Lousteau se considera un triunfador. Detrás suyo operó el porteño Emiliano Yacobitti, el nuevo Coti Nosiglia del radicalismo en recuperación. En la Ciudad, colocaron a Martín Tetaz como número dos de Vidal; en Córdoba, hicieron campaña con De Loredo; en Entre Ríos, ubicaron la segunda precandidata detrás de Rogelio Frigerio, y también en Chaco y Neuquén apoyaron candidaturas que hicieron buena elección. En Buenos Aires, finalmente apoyaron a Facundo Manes, aunque el neurocientífico tuvo más respaldo del jujeño Gerardo Morales, que le reclamó al senador por no recorrer con mayor asiduidad el distrito bonaerense. Lousteau viajó a más de la mitad de las provincias y terminó en cada acto central cerca de Rodríguez Larreta y a la par de las principales figuras de la oposición. Manes se quedó con la esperanza y la UCR recupera expectativa hacia el 2023. El primer round será la presidencia del Comité Nacional en diciembre.

 

El triunfo amarillo es coparticipado con Bullrich, que cedió en la capital y se concentró en el resto del país. Viajó a 17 provincias y tiene previsto volver a armar las valijas. Quedó debilitada en su distrito porque Larreta y Vidal impusieron con éxito una estrategia que ella resistió.

 

Macri también se prepara para viajar más de lo que viajó en la previa a las PASO. En la oposición resistían su presencia, pero el recuerdo de su gestión no restó votos o al menos no se notó. Jugó y perdió en dos de los principales distritos, Córdoba y Santa Fe; no participó en Mendoza, donde predomina la UCR y en Capital y Provincia resistió el enroque triunfador. La peor derrota fue la cordobesa, provincia donde el expresidente se involucró directamente e impuso a Santos para precandidato a diputado. Hasta dijo que se mudaría a ese distrito, que prácticamente lo llevó a la Casa Rosada en 2015. Ese error arrastró también a Mario Negri, que perdió en la categoría para el Senado y queda muy debilitado como jefe del interbloque en Diputados.

 

En el Frente de Todos ya se buscan culpables. Alberto Fernández parece ser el primero. Pero Axel Kicillof no pudo retener los votos bonaerenses y salvo en Lomas de Zamora, uno de los municipios que priorizaron Cristina Fernández y Máximo Kirchner, perdieron en lugares emblemáticos como Quilmes, donde Mayra Mendoza, la intendenta, chicaneó sin descanso a la oposición y a Rodríguez Larreta. También perdieron Tigre, el municipio de Sergio Massa. Santoro y Victoria Tolosa Paz no solo no enamoraron sino que además retrocedieron varios casilleros respecto de la peor derrota kirchnerista. Más allá de las responsabilidades, Kicillof, Kirchner y Massa quedan seriamente heridos camino a 2023, salvo que den vuelta la derrota en los próximos dos meses. 

 

CFK intentó sin éxito blindarse. Aunque aún está a tiempo, no ganó ni siquiera cediendo primeros lugares como en Corrientes, donde la kirchnerista Ana Almirón secundó a Carlos Espínola, o en Santa Fe, donde le soltó la mano a Agustín Rossi para aliarse contra natura con el gobernador Omar Perotti.

 

En todo el Litoral el peronismo cayó derrotado sin importar sus variantes. Ratificaron sus liderazgos unos pocos gobernadores: Juan Manzur que relega a su vice Osvaldo Jaldo; el formoseño Gildo Insfrán; el catamarqueño Raúl Jalil; el riojano Ricardo Quintela; el sanjuanino Sergio Uñac y el santiagueño Gerardo Zamora.

 

La única buena noticia para el oficialismo fue la realización de los comicios tras un año y medio de pandemia y la rapidez del recuento de votos que dejó bien posicionado al ministro del Interior, Eduardo de Pedro.

 

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