El salto de jurisdicción no libra a la exgobernadora María Eugenia Vidal de su verdugo bonaerense, Axel Kicillof, quien este miércoles volvió a cuestionarla por sus dichos “discriminatorios” sobre el consumo de marihuana y, en tono de humorada, pidió una ley de etiquetado frontal para candidatos que muestre lo que realmente piensan y sienten.
Durante una entrevista, la precandidata por la Ciudad de Buenos Aires estableció su postura sobre el consumo de marihuana y dijo que “una cosa es fumarse un porro en Palermo, un sábado a la noche con amigos, relajado, o con tu pareja, o solo”, pero otra muy diferente era hacerlo “en la (villa) 21-24, en Zabaleta, en la 1-11-14, donde se estás rodeado de narcos”. Y opinó que el de la marihuana “no es un consumo ocasional y de recreo, plenamente elegido”, en las zonas más humildes de la Ciudad de Buenos Aires, que el PRO gobierna desde 2007.
Para Kicillof, se trata de un pensamiento “lleno de discriminación”. “Hay que dejarlos hablar, porque cuanto más hablan, más aparecen como fogonazos lo que realmente piensan (…) Exhibe un pensamiento tremendamente discriminador”, descargó el mandatario, quien en 2019, con más del 52% de los votos y aventajándola por 14 puntos, hizo trizas las aspiraciones de reelección de la por entonces orgullosamente bonaerense. Y más: “Ojalá hubiera una ley de etiquetado frontal para candidatos y pudiera verse bien qué es lo que realmente opinan, sienten y piensan, porque eso es lo que luego llevan a la práctica cuando son Gobierno”.
Su año de latencia y el Plan Canje diseñado por Horacio Rodríguez Larreta la pusieron a salvo de eventuales tercera y cuarta derrotas consecutivas en el principal distrito electoral del país, pero Vidal sigue sin poder sacudirse el polvo que le dejaron sus cuatro años de gestión, sobre los cuales el oficialismo monta gran parte de su estrategia electoral 2021.
Esta semana, Kicillof ya había martillado sobre la pesada herencia que le dejó su antecesora. Con el anuncio del acuerdo para canjear el 98% de la deuda en dólares bajo legislación extranjera que, casi en su totalidad, contrajo Vidal, el gobernador mató dos pájaros de un tiro: promocionó su gestión en materia económica y volvió a responsabilizar a la oposición del brutal e irresponsable endeudamiento y la fuga de capitales que caracterizó la aventura macrista en el poder.
Pase y recuerde
El gobernador no es el único que se ocupa de evitar que a Vidal le salga gratis su salida de la provincia hacia el confort porteño. Depende del tema del que se trate, la figura del gabinete que reacciona: Augusto Costa, Carlos Bianco, Agustín Simone o Nicolás Kreplak.
Con la polémica por el porro, salió a la cancha Leticia Ceriani, subsecretaria de la Gestión de la Información del Ministerio de Salud bonaerense. Los dichos de Vidal “estigmatizan a un sector de la sociedad” que también fue “marginado de las universidades públicas y el acompañamiento del Estado”, dijo en alusión a otro célebre fallido de la exmandataria sobre que los pobres no pueden acceder a las universidades.
“Sus dichos dan cuenta desde dónde habla Vidal hoy. Lo hace desde el barrio de Palermo, en CABA, pero hasta hace poco tiempo lo hacía en otros lugares, en la provincia de Buenos Aires”, señaló Ceriani en declaraciones radiales.
Para la subsecretaria, la diferenciación sobre el consumo que estableció la precandidata “está arraigada en la concepción de ese espacio político” y, por lo tanto, sus declaraciones “vienen a acompañar un modelo y una concepción de país”. “Hoy le habla a ese sector de la sociedad, lo cual no está mal, pero nosotros creemos que hay que hablarles a todos”, amplió.
“En términos de derechos, o en términos de cuidado, no hay ninguna diferencia entre aquel que vive en Palermo y el que vive en la 21-24, o en cualquier otro barrio de la provincia Buenos Aires o la Ciudad de Buenos Aires”, concluyó Ceriani.