El expresidente de la Cámara de Diputados de la Nación durante el macrismo, Emilio Monzó, recurrió esta semana a la mística de las pintadas y la colocación de afiches en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y en distritos bonaerenses del conurbano y del interior con la idea de meterse en la agenda política y pelear por un lugar en la interna de Juntos por el Cambio (JxC). En el arranque de esta semana, el líder del Partido del Diálogo mandó a empapelar el barrio porteño de Congreso y, antes, buena parte del sur del conurbano, región en la que -asegura su equipo- tiene peso electoral.
Los cerca de nueve millones de personas en condiciones de votar en el conurbano bonaerense y los más de dos millones y medios en la CABA convierten a estas dos regiones en piezas clave para disputar la territorialidad, hacer visibles las propuestas políticas de cara a las próximas elecciones e intentar tener influencia sobre la confección de listas dentro de cada frente.
En eso está Monzó, quien, en paralelo a otras expresiones políticas, también busca hacerse lugar entre los socios mayoritarios de la oposición como Propuesta Republicana (PRO) y la Unión Cívica Radical (UCR) a fuerza de moderación, e intentar buscar nuevos electorados en los márgenes de la grieta que impone el macrismo y el kirhnerismo.
Tal como dio cuenta Letra P, el expresidente de la Cámara de Diputados de la Nación busca afianzarse en la oposición con su propio sello partidario para apuntalar su candidatura a diputado nacional este año y proyectar, ya sentado en una banca del Congreso, su sueño de convertirse en gobernador de la provincia de Buenos Aires. Se trata de Partido del Diálogo, con el que acompañó a Cambiemos en elecciones pasadas pero que hoy no está dentro de la alianza. En la previa de esta pelea deberá sortear también la disputa con los demás interesados en suceder al gobernador Axel Kicillof, como los intendentes Jorge Macri (Vicente López) y Gustavo Posse (San Isidro), e incluso el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli.
Los afiches de color rosado con letras blancas con la leyenda “El camino es el diálogo” y la firma Emilio Monzó también se ven en Villa Gesell, Mar del Plata y Pinamar, en el interior, además de en muchos municipios del conurbano.