Libre de responsabilidades de gestión, la presidenta del PRO nacional, Patricia Bullrich, intenta capitalizar al electorado más duro apelando al antikirchnerismo más radical y negándose al diálogo amable que proponen algunos de sus socios dentro de Juntos por el Cambio; las acusaciones contra el Gobierno nacional de pedido de coimas a Pfizer y el fogoneo para incentivar movilizaciones durante la segunda ola de coronavirus desgastaron sus objetivos políticos y encontraron detractores en su propio espacio. Así, la enfrentan -aunque de manera silenciosa- los sectores moderados de la oposición conducidos por María Eugenia Vidal y Elisa Carrió, además del Grupo Dorrego y la Unión Cívica Radical (UCR), que controlan algunos distritos de la provincia de Buenos Aires. “Viene derrapando hace un tiempo”, apuntan.
Cuatro fuentes de la oposición que trabajan en la Cámara de Diputados y en el Senado bonaerense y otras de municipios de gran peso electoral en la provincia de Buenos Aires describieron la molestia que les causa Bullrich por la forma en la que se mueve, llevando al extremo su posición anti gobierno. Creen que su discurso no suma en tiempos de crisis como la actual y que sobrepasó los límites al haber acusado a Alberto Fernández y a su exministro de Salud Ginés González García de pedir un retorno para garantizar la provisión de vacunas a la Argentina. Y recuerdan, también, su propuesta de entregar las Islas Malvinas en una negociación, algo que más tarde salió a desmentir, y las reiteradas convocatorias a movilizaciones en tiempos de aislamiento por crecimiento exponencial de contagios de covid-19 que eleva, consecuentemente, el número de muertes.
“Patricia fue muy importante para sostener a un determinado votante, el problema es que ahora viene derrapando hace un tiempo. Tener ese personaje tanto tiempo trae consecuencias para todos y nosotros somos muy críticos de eso”, aseguró a este medio un diputado del PRO, quien remarcó además que la propuesta de la Logia de la Cruz es centrar las agendas, colaborar con la gestión de Fernández y mantenerse al margen de las grietas. “Es lo que la gente está pidiendo”, indicó.
En el Grupo Dorrego, que aúna a intendentes amarillos en buena parte de la provincia de Buenos Aires, coinciden con parte de esta lectura. Remarcan que “no es momento de tener ese tipo de declaraciones” y que la estrategia debería ser “criticar y señalar todos los errores del gobierno y tener propuestas claras para solucionarlos”. “No estamos en una posición cómoda, pero entendemos que es parte de una discusión interna”, analizó la misma fuente que trabaja en el conurbano.
Fuera de la interna chica del PRO, dirigentes de la UCR y de la Coalición Cívica (CC) no son menos críticos. Si bien saben que es un problema que, en principio, deberán resolver los líderes de ese partido, observan que repercute en todo Juntos por el Cambio. “Patricia es una dirigente política 100%, con mucha capacidad y consciente de lo que hace. No está buscando una banca este año, eso ya lo tiene, está discutiendo poder con Horacio de cara al 2023”, indicó una persona que almuerza con regularidad con Carrió. Ese aparente programa de largo plazo de la exministra de Seguridad lo contrastan en el lilismo, incluso, con la idea del expresidente de la Cámara de Diputado de la Nación Emilio Monzó de convertirse en gobernador: “Monzó no mide nada para ser gobernador y si quiere ser diputado este año lo debería pagar el PRO porque trabaja para Horacio”.
“Lo que está haciendo es impresentable, pero en este país gobernado por inoperantes, Bullrich pasa desapercibida”, analizó un intendente morado. “Como presidenta del PRO no debería desafiar a Horacio, que es el único gobernador del PRO que tenemos, sino acompañarlo. Además, es uno de nuestros mejores políticos y mejores posicionados en la valoración de la gente”, se quejó otro legislador que reporta a la exgobernadora bonaerense. Es que, para este sector, la crisis es orgánica. Piensan que cuando Bullrich habla, su voz es tomada como la postura general del PRO. “Con Jorge Macri tenemos grandes diferencias, pero si hay algo que funciona en la provincia es el partido, con representación de todos los espacios y con acuerdos claros en temas importantes, algo que no pasa a nivel nacional”, amplió.
De todos modos, las distintas fuentes coincidieron en que el fuego interno de un lado y del otro no es suficiente como para quebrar el frente, y que lo que está en juego ahora es ver quién conduce finalmente la estrategia electoral a nivel nacional; si los halcones o las palomas, dos sectores que ya tienen varios anotados y anotadas para intentar suceder al peronismo en la Casa Rosada.