ALERTA SEGUNDA OLA

Los ceos presionan para comprar vacunas e inmunizar sus ventas

Quieren adquirir dosis para vacunar sus plantillas y preservar la producción. Como en Brasil, donarían algunas al Estado. JxC avala ante la “ineptitud” oficial.

Con una dosis de preocupación y otra de oportunismo, la presión para habilitar el acceso del sector privado a las vacunas contra el Covid-19 volvió a la agenda del círculo rojo. Mientras los empresarios hacen sondeos -que rebotan ante la negativa del Gobierno-, la oposición presentó un proyecto de ley y agitó el tema en las redes sociales.

 

En ámbitos empresarios, la posibilidad de organizar campañas para vacunar a las propias plantillas de trabajadores escaló hace un tiempo y parecía dormida hasta que volvió, la semana pasada, la escasez de vacunas. Daniel Herrero, presidente de Toyota Argentina, lo comentaba en diálogo con Letra P y otros medios. "Se habló, aunque en Brasil está más avanzado. Haremos lo mejor que sea; lo que el Gobierno decida, iremos detrás", dijo. La idea de los empresarios, manifestó, es "lograr algo equitativo entre lo que hacemos y la comunidad". Por ejemplo, la posibilidad de comprar vacunas por afuera de las adquisiciones que haga el Estado para inmunizar a los trabajadores y donar el excedente al sector público.

 

Otro empresario del sector alimenticio también consignó esas charlas entre ceos para intentar acelerar la vacunación, pero dio una versión distinta: la de comprarle al Estado vacunas para acelerar la inmunización en los vacunatorios que tienen las grandes empresas. "Ya estamos vacunando contra la gripe y en su momento pensamos que sería una idea facilitadora, pero ahora no hay vacunas", sostuvo.

 

El ritmo de vacunación y el reclamo para que se agilice la inmunización de los trabajadores es una constante en las reuniones entre el Gobierno y los empresarios de las últimas semanas. Fue uno de los pedidos de los ceos al gabinete económico en el encuentro que marcó el puntapié inicial de la búsqueda de un acuerdo de precios y salarios, allá por mediados de febrero.

 

En su último informe de actividad, el Centro de Estudios de la UIA advirtió que la recuperación económica es heterogénea. "Que se avance a un mayor ritmo en la campaña de vacunación es imprescindible para la continuidad de la producción en las plantas, donde no preocupan los contagios al interior de las mismas, pero sí los contagios sociales que luego repercuten en la producción", consideraron los industriales.

 

En paralelo, sectores de Juntos por el Cambio agitaron la posibilidad promercado. El diputado por Mendoza Luis Petri presentó un proyecto de ley para permitir que las provincias, los municipios y el sector privado puedan comprar vacunas. En el caso de las empresas, deberían donar el 10% de las dosis que adquieran. "Ante la ineptitud del Gobierno, es fundamental que hagamos los máximos esfuerzos por avanzar en el plan de vacunación y, por ello, es imprescindible incluir tanto a las provincias como al sector privado para ampliar y acelerar la vacunación en todo el país", tuiteó.

 

Se sumó, este domingo, el excandidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto con una propuesta similar. "Ante la falta de vacunas es imprescindible que el Gobierno Nacional autorice al sector privado a comprar vacunas para sus empleados. De cada 10 vacunas que compren, 3 se las deberían entregar al sector público", propuso el auditor de la Nación.

 

La ley 25.573 declaró "de interés público la investigación, desarrollo, fabricación y adquisición de las vacunas" y centralizó las contrataciones en el Ministerio de Salud. Pocos países avanzaron en un esquema mixto, con compras tanto públicas como privadas. El caso más cercano es el de Brasil, que a comienzos de marzo habilitó las adquisiciones tanto de provincias como del sector privado pero puso en este último la obligación de donar el 50% de las dosis que compren. En Indonesia, por ejemplo, se facultó a las empresas a comprarle al Estado dosis para inmunizar a sus plantillas y agilizar la vacunación, pero sin ampliar la cantidad de suministros.

 

Más allá de las preocupaciones de los empresarios, que ven llegar una segunda ola que podría volver a afectar sus ventas y capacidades productivas, el principal problema parece estar en la escasa oferta de vacunas. El presidente Alberto Fernández lo puso en palabras en su cadena nacional del pasado jueves: el Estado compró 65 millones de dosis, pero estas demoran en llegar. Mientras Europa bloquea la salida de dosis de AstraZeneca del continente y los Estados Unidos privilegia que las dosis fabricadas en ese país vayan a su población, tanto Rusia como China ralentizaron la entrega de las dosis ya compradas.

 

Según los datos oficiales del Ministerio de Salud, había hasta este lunes 3,97 millones de dosis distribuidas en todo el país y 3,14 millones de aplicaciones. Poco más de 2,5 millones de personas había recibido una dosis de las vacunas Sputnik V, AstraZeneca o Sinopharm y otras 607.390 habían sido completamente inmunizadas. Un avión de Aerolíneas Argentinas traía esta tarde 500.000 dosis de la Sputnik V desde Moscú (300.000 componentes 1 y 200.000 componentes 2), que se sumaban a las 330.000 que arribaron el fin de semana. El Gobierno esperaba más suministros desde China.

 

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