#1M APERTURA DE SESIONES

El Gobierno busca dar vuelta su peor página

El Presidente afina el discurso junto a Beliz, Grimson y Cafiero. Debates internos: justicia, economía y Sputnik VIP. Protocolos y debate por la marcha.

Tenía previsto llegar al discurso del 1 de marzo con el aire triunfal que le daban los avances en la campaña de vacunación, los primeros síntomas de recuperación de la economía y el éxito de las convocatorias a las mesas de diálogo, pero Alberto Fernández llegará el lunes a la Asamblea Legislativa en un clima distinto al que el Gobierno esperaba para esta fecha, todavía golpeado por el cimbronazo interno que generó el escándalo del suministro irregular de vacunas y con el difícil desafío de remontar la crisis desatada.

 

Alertado por la magnitud del problema, el peronismo movió el músculo que mejor conoce y sabe manejar. El lunes, con el clima público espeso, los dirigentes de los movimientos sociales definieron la convocatoria a una movilización para el 1 de marzo frente al Congreso, para apoyar al Presidente. El panorama político se percibía como “grave”. En reunión, los líderes del Movimiento Evita, Fernando “Chino” Navarro y Emilio Pérsico y Daniel Menéndez, de Barrios de Pie, resolvieron que era tiempo de salir a la calle. Le enviaron un mensaje de consulta a Fernández que, desde México, no se opuso.

 

Con el paso de los días se fueron sumando, los movimientos sumaron otros aliados para la convocatoria: los líderes de la CGT y los intendentes del conurbano que, en reunión con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el miércoles en Casa Rosada, le plantearon la necesidad de ser parte de la movilización.

 

La marcha fue tomando forma, aunque la percepción sobre la gravedad de la crisis se fue apagando a medida que el Gobierno avanzó con algunas decisiones, como la renuncia de Ginés González García, la decisión de transparentar la lista de los vacunados y los anuncios de la flamante ministra de Salud, Carla Vizzotti.

 

La decisión de salir a la calle, sin embargo, generó debate interno en el Gobierno. Un sector de Balcarce 50 considera que no es prudente que sea el oficialismo el que invite a marchar en plena pandemia, a tono con lo que la Casa Rosada decidió, por ejemplo, el 17 de octubre. Menos aún, 48 horas después de la convocatoria de Juntos por el Cambio para este sábado, post escándalo del vacunatorio VIP.  “Lo único que vamos a generar es que los medios comparen las marchas”, analizó un portavoz oficial. “Vamos a tomar los recaudos necesarios por la pandemia, pero acá primó la gravedad política por sobre la cuestión sanitaria”, le dijo a Letra P un dirigente que trabaja activamente en la organización de la movilización oficialista.

 

Desde México, el Presidente había tomado nota de la gravedad de la situación. En público, mostró un enojo singular, en un tono que sorprendió a la Casa Rosada. “Fue el peor momento desde que asumió el Gobierno”, describió ante este portal un funcionario de confianza de Fernández. Con el correr de los días, sin embargo, el clima se apaciguó. “Fue tan grave que ameritó la salida de un ministro muy querido por el Presidente, pero no es una crisis. Esto quedará como un mal trago dentro de la campaña de vacunación, que va a ser muy buena”, arriesgó el mismo funcionario.

 

El lunes, una aglomeración de gente fuera del Congreso contrastaría con los exigentes protocolos sanitarios que la política tendrá dentro del recinto de la Cámara de Diputados, donde habrá solo 65 diputados, 25 senadores y el Gabinete nacional. Los cinco jueces de la Corte Suprema y los gobernadores estarán de manera virtual, en las cinco pantallas dispuestas en el recinto. La oposición designará a sus representantes y ya definió que no llevará carteles ni mensajes al recinto, pero que escuchará "con gesto adusto" al Presidente. Considera que su palabra ya perdió credibilidad y lo dirá en una conferencia posterior. 

 

Los legisladores que estarán presentes se hisoparon este viernes en el Congreso, mientras que los ministros hicieron lo propio en el salón de los Pueblos Originarios de la Casa Rosada. Así se enteró de su resultado positivo la ministra Vizzotti. El mismo hisopado derivó en el aislamiento de Cafiero, que había compartido una actividad con la titular del área de Salud.

 

El jefe de Gabinete estuvo el jueves reunido con el titular de Argentina Futura, Alejandro Grimson, para hablar sobre el contenido del discurso presidencial. Grimson y secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, suelen ser los dos funcionarios con mayor incidencia en las palabras que el Presidente prepara para este tipo de ocasiones. 

 

El texto está guardado bajo siete llaves y Fernández lo terminará de afinar durante el fin de semana, con su puño y letra. Este viernes, el primer mandatario recibió en la Quinta presidencial al ministro Martín Guzmán. Los primeros números de recuperación, la reestructuración de la deuda y los compromisos por cerrar tendrán gran protagonismo en el discurso. En tanto, el debate por el rol de la Justicia tendrá “seguramente” su propio capítulo. El tema está en la agenda del Presidente y de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, aunque parte del Gabinete cree que genera pérdida de capital político. 

 

Por último, el Presidente define por estas horas si hará mención o no al escándalo de las vacunas frente a la Asamblea Legislativa. En su entorno más próximo hay dos posiciones. “No se puede obviar el tema. Alberto es una persona muy frontal. Sería lógico que dijera algo”, apuntó un secretario de Estado. Con otra mirada, un funcionario con el mismo rango afirmó que “el tema ya fue, se tomó la decisión que había que tomar y ahora hay que mirar para adelante”. Fernández lo terminará de decidir en Olivos, después de evaluar el resultado de la marcha opositora del sábado.

 

El vocero presidencial Manuel Adorni.
Gustavo Rossi, presidente del Partido Laborista Argentino y titular de Uecara del Interior. 

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