Para la exministra de Educación de Santa Fe, Claudia Balagué, la máxima de que "quien gana conduce y quien pierde acompaña" debe cumplirse a rajatabla. Desde la corriente interna Bases enfrentó a su exjefe Miguel Lifschitz en la interna del Partido Socialista y perdió. Con la muerte del exgobernador y el surgimiento de la figura de su viuda, Clara García, como candidata a senadora por el Frente Amplio Progresista, la diputada provincial se muestra orgánica y en campaña.
Por estos días, Balagué se encuentra recorriendo la provincia junto a García, la exintendenta de Rosario y candidata a diputada Mónica Fein y las figuras locales del espacio. “Nos sumamos a sostener el progresismo que siempre hemos tenido como bandera y que hay que defender más que nunca dada la situación que atravesamos como país”, argumentó, consultada por Letra P.
La exfuncionaria provincial consideró que “la avanzada de la derecha es muy profunda en el mundo entero. Estamos viendo niveles de autoritarismo, fascismo y las peores prácticas, que ya no son solo el conservadurismo”. Ante este escenario, propone reflotar “una instancia nacional” como hizo en su momento el exgobernador Hermes Binner y considera que el trabajo en coordinación con otros espacios progresistas será clave.
“El diálogo va a ser fundamental para evitar este avance. Va a haber que dejar de lado ambiciones de algunos sectores e incluso de algunas personalidades y ponerse en un trabajo colectivo que pueda situar al progresismo en la escena nacional”, sentenció.
Por eso, Balagué le pone el freno de mano a la posibilidad de un gran “frente de frentes” en oposición al peronismo, idea que madura en el radicalismo santafesino desde hace tiempo. "Juntos por el Cambio es un espacio en el que de ninguna manera pueden estar el progresismo y el socialismo y mucho menos tras las últimas declaraciones de Mauricio Macri y Javier Milei", afirmó.
«Juntos por el Cambio es un espacio en el que de ninguna manera puede estar el progresismo y mucho menos el socialismo»
“Seguiremos trabajando por esos frentes que tienen ideas claras, que han trabajado siempre por la igualdad, el derecho a la educación, la salud, la justicia. Tenemos posibilidad de hacerlo y ya lo hemos hecho en Santa Fe”, subrayó. Para la exministra de Educación, “el progresismo es la única salida”.
La muerte de Lifschitz obligó a un reacomodamiento impensado dentro del socialismo y también dentro del Frente Progresista. La extitular de la cartera educativa recordó que “fue un golpe muy duro para todos, no sólo por su gran referencia política sino en lo emocional”. Sin embargo, sostuvo que el socialismo no es un partido personalista sino uno “donde los liderazgos muchas veces se visibilizan pero el trabajo es muy compartido y colectivo”.