El presidente del Banco Credicoop, Carlos Salomón Heller, transita el último año de su tercer mandato como diputado nacional. El próximo 17 de octubre, dos meses antes de concluir esa tarea legislativa, cumplirá 81 años. Para entonces, se imagina en plena campaña: porque el actual titular de la Comisión de Presupuesto de la Cámara baja quiere pelear por un cuarto mandato en las elecciones legislativas de este año.
Viene de conducir un debate legislativo muy complejo en un año signado por la emergencia sanitaria. Lo cerró hace un mes, con la aprobación de dos normas clave para el primer año del presidente Alberto Fernández: el aporte solidario y extraordinario de las grandes fortunas, que lleva su firma y la del titular del bloque, Máximo Kirchner, y el Presupuesto 2021. Las dos definieron los límites y los alcances del nuevo esquema de alianzas legislativas que tejió el FdT para proyectar sus 119 voluntades y superar el cuórum de 129 votos.
"Se siente muy bien, hizo una buena gestión y, por lo tanto, aspira a renovar", confió a Letra P una fuente cercana al legislador, que arrancó el año atento al decreto 42/2021 que este jueves firmó Fernández para aplicar el aporte extraordinario. Implicará una recaudación de 300 mil millones de pesos en un año electoral determinante, con afectación específica para paliar las consecuencias de la pandemia. A pesar de la resistencia del establishment local y la de JxC, la iniciativa fue transformada en ley. Antes, tuvo que superar una serie de diferencias internas y alinear a compañeros y compañeras de bancada, como Hugo Yasky y Vanesa Siley, que impulsaban el "Impuesto Patria", con un alcance imponible mucho mayor.
Junto a la ley de Teletrabajo y la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), es uno de los principales hitos del primer año de Kirchner como jefe de la bancada oficialista y de Sergio Massa como presidente de la Cámara. El hijo de CFK puso a prueba su capacidad de negociación para lograr la sanción y el tigrense no lo entorpeció, pero tampoco lo alentó, en un Congreso que tuvo que sesionar por primera vez en forma presencial y remota por la pandemia.
Heller llegó a la Cámara baja en 2009 como cabeza de lista del Frente para la Victoria de la Ciudad de Buenos Aires. Fue dos años después de compartir fórmula con Daniel Filmus en la pelea por la jefatura de Gobierno porteña y la primera elección que ganó Mauricio Macri junto a Gabriela Michetti. En ambas contiendas, Heller contó con el respaldo de Néstor Kirchner. En 2007, como presidente, aceptó que el Partido Solidario que había creado el banquero fuera socio del PJ porteño y en 2009, ya fuera de la Casa Rosada, se encargó personalmente de ordenar las internas en una fuerza que ya estaba dominada por el sindicalista y actual empresario de medios Víctor Santamaría.
Con ese capítulo propio en la historiografía fundacional del kirchnerismo, Heller conquistó en 2013 un segundo mandato y en 2017 fue candidato porteño de Unidad Ciudadana, mientras la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezaba la lista de aspirantes al Senado por la provincia de Buenos Aires. No entró en ese año porque estaba en el cuarto lugar de la lista, pero juró en 2019 en reemplazo de Juan Cabandié, que dejó la banca para asumir como ministro de Medio Ambiente.
El Partido Solidario ya tiene 14 años. Nació en la capital para construir una alternativa progresista para un electorado que había sido la cuna del Frepaso. Tiene presencia en 19 provincias y es la fuerza que le permitirá a Heller mantenerse como un kirchnerista inorgánico, aunque se trata de un socio privilegiado de su conducción y una de las voces económicas más escuchadas por la actual titular del Senado. Para los próximos años, venden en su entorno, lo quiere tan cerca como ahora.