El primer domingo de abril, un mes después del primer caso de coronavirus en Argentina, el diputado nacional y presidente del Banco Credicoop, Carlos Heller, recibió un llamado laboral. Dicen que fuera de lo previsto. Del otro lado hablaba el titular del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner. "Me planteó el tema hoy mismo y me pidió que trabaje y me puse a hacerme de información y bases de datos. Sólo el blanqueo fueron 120.800 millones de dolares y hay una riqueza total declarada que supera los 200 mil", dijo ese día en la primera entrevista radial que concedió para hablar del tema. En la misma jornada, el presidente Alberto Fernández había movido la primera ficha con Horacio Verbitsky, en un diálogo donde habló de gravar a quienes habían sido beneficiados por el blanqueo de capitales. Se lo dijo a uno de los mayores depositarios de la furia del exmandatario Mauricio Macri; un odio de años que se disparó luego de la filtración que obtuvo el periodista con los nombres de los millonarios que se acogieron a esa amnistía fiscal. Entre ellos, estaba parte del clan Macri.
Aunque el peronismo y especialmente el kirchnerismo cuentan con cuadros económicos y técnicos propios para avanzar con una medida de alto valor simbólico e impacto fiscal en medio de la pandemia, eligieron Heller, jefe del banco cooperativo más grande del país, integrante de la coalición del Frente de Todos pero como titular del Partido Solidario, la fuerza progresista nacida en la Ciudad de Buenos Aires pero que ya tiene presencia en 19 provincias.
En el corazón del FdT, aseguran que la decisión tiene todo el apoyo del Presidente. Habló del tema tres veces en una semana desde que tiró la primera piedra. Luego, vino un costo previsible con las advertencias opositoras de un revés ante la Justicia por doble imposición. Después, llegó el momento de ordenar a la tropa propia, unificar proyectos y tomar algunos conceptos del "Impuesto Patria", el que promovieron diputados de extracción sindical como el titular de la CTA, Hugo Yasky, y la dirigente del gremio judicial Vanesa Siley.
Con las internas disciplinadas, el Presidente se reunió este martes en Olivos con el ministro de Economía, Martín Guzmán, junto a Heller y Kirchner, los dos encargados de involucrar al Congreso en una señal económica efectiva ante la crisis luego de las peleas con la oposición para aportar un gesto de austeridad. La idea, impulsada por el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, ofrenda un recorte presupuestario a dietas y subsidios que aún no prosperó.
En Olivos, Fernández y Guzmán escucharon un informe de los dos diputados que escriben el texto. Les dijeron que no superará las 14.500 fortunas, pero, hasta ahora, el Ejecutivo se mantendrá lejos del campo de batalla y el Presidente no le pondrá el gancho. Cuando se hayan alineado las posiciones, llegará el momento de sumar apoyos opositores, entre un radicalismo que tiene matices y un macrismo que titubea para matizar la negativa sin pagar costos políticos por hacerlo.
El banquero-diputado también goza del respaldo de la titular del Senado, Cristina Fernández de Kirchner. En el despacho de la vicepresidenta confirmaron a Letra P que "siempre mantiene contactos con Heller sobre temas económicos, porque es una fuente de consulta habitual". Además, el vicepresidente de Boca tiene un peso institucional clave: preside la Comisión de Hacienda y Presupuesto.
"Conoce mucho el sistema impositivo, debate con datos", lo definió un integrante del bloque. "Es adecuado para darle coherencia a este debate; por eso lo elegimos para esta tarea y la viene llevando muy bien", elogió una alta fuente del Congreso para remarcar el rol que juega el diputado a sus 79 años. No lo hace sólo en la redacción de un borrador que no está terminado, es decir, que aún no definió su alcance. Coordina un equipo integrado por el titular de la comisión de Energía, Darío Martinez, y colegas de bancada como Fernanda Vallejos, cuya opinión es gravitante en el análisis económico del impacto.
El núcleo duro del futuro impuesto excepcional, con aplicación específica para la pandemia, son las "20.000 personas que fueron beneficiadas desde 2017 con una baja en bienes personales", confirman en el oficialismo. El equipo que cruza planillas de cálculo y datos fiscales todavía no cerró su universo, porque, además de las grandes fortunas, también podría incluir a los bancos.
En eso está Heller, contando las costillas de los dueños de las entidades financieras, desde la lectura que le permite compartir con ellos cámaras empresarias e intereses, pero desde una entidad que sobrevivió a la destrucción de los bancos cooperativos que provocó el menemismo luego de la hiperinflación de 1989.