Horacio Rodríguez Larreta sabe que se avecina un recrudecimiento de su pelea con los gremios docentes de la Ciudad de Buenos Aires. El jefe de Gobierno insiste con comenzar las clases el 17 de febrero y sostiene que apunta a cumplir con un 100% de presencialidad en las aulas porteñas, tal cual reconfirmó este martes en una reunión de diagnóstico con su ministra de Educación, Soledad Acuña, recién dada de alta tras contraer coronavirus.
En las últimas horas, y ante su gabinete, definió como "prioridad uno" el regreso a las aulas con formato presencial. En paralelo, la preocupación de madres y padres en torno al regreso a clases en 2021 escala en la agenda mediática y pica alto en los sondeos de opinión que llegan periódicamente a la Jefatura de Gobierno. El alcalde PRO acelera con su propuesta de presencialidad y reconfirma la fecha con esos números en la mano y con la experiencia de los últimos días, cuando un grupo de autoconvocados, mezclado con buena parte de la dirigencia opositora, fogoneó y plagó las redes sociales con el hashtag "abran las escuelas".
Una reclamo que conectó Parque Patricios con Villa La Angostura: la semana pasada Mauricio Macri publicó una carta en la que cuestiona en duros términos al gobierno de Alberto Fernández porque "las definiciones sobre la apertura de las escuelas aún siguen sin resolverse". En el mismo texto, destacó la gestión de Rodríguez Larreta y castigó al sindicalismo docente, uno de los sectores más combativos ante el gobierno de Cambiemos y de pésima relación con la gestión macrista.
Además, el larretismo se reserva un argumento numérico que discute puertas adentro con los sindicatos: "en el caso de secundaria, casi un 40% de la matrícula tiene 3 o más materias pendientes de acreditación, y por lo tanto su promoción está en proceso". Los datos surgen de un informe interno del gobierno porteño al que accedió Letra P. En ese diagnóstico, que cuenta en detalle la gestión educativa en pandemia y adjunta una encuesta a estudiantes, también se señala que el vínculo entre docentes y estudiantes se sostuvo en un 88% de los casos durante 2020.
Sin embargo, se subraya que "la falta de encuentro entre compañeros trajo aparejadas consecuencias en el bienestar emocional de los chicos/as y jóvenes". Esa determinación se sostiene en base a que el 70% de los chicos/a y jóvenes consultados manifestó síntomas de "ansiedad, depresión, sentimientos de soledad y baja satisfacción con la vida". "Señalaron como principales dificultades del aislamiento el no ver a sus amigos o familias, no poder asistir a la escuela ni realizar otras actividades que constituían sus rutinas", agrega el informe.
Por otra parte, los gremios docentes de la Ciudad exigen entrar en el calendario de vacunación para garantizar la presencialidad. Ante ese pedido, el larretismo tira la pelota a la Casa Rosada y sostiene que el protocolo de inmunización lo definió el gobierno nacional y que el orden de prelación lo lideran el personal sanitario y los adultos mayores. Bajo ese escenario, las clases comenzarían en todas las provincias de la Argentina sin el cuerpo docente vacunado.
Este miércoles comenzó la segunda etapa de vacunación en la Ciudad y se procederá a aplicar la segunda dosis de la Sputnik V en los cerca de 24 mil integrantes del personal sanitario que se vacunaron a fines de 2020. Tras esa aplicación, será el turno de los adultos mayores que podrán ser inmunizados luego de que arribe al país el tercer cargamento de vacunas que negoció la Casa Rosada con la Federación Rusa.