La contrafoto que armó Horacio Rodríguez Larreta el jueves por la noche para responder al anuncio del quite de la coparticipación porteña que encabezó AlbertoFernández muestra el mapa de alianzas del oficialismo capitalino. Flanqueado por Martín Lousteau, GracielaOcaña y legisladores de la Coalición Cívica, el jefe de Gobierno buscó mostrar músculo político al incorporar a las tribus porteñas de Juntos por el Cambio (JxC). Las principales figuras de ese bloque tienen cita juna vez por mes en un almuerzo que, como hace Alberto Fernández los martes en Olivos, encabeza el alcalde en la sede gubernamental de Uspallata 3160.
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Aunque forman parte del gobierno en menor medida, Rodríguez Larreta aceita el vínculo y acerca a la Unión Cívica Radical (UCR), la Coalición Cívica y Confianza Pública a la ingeniería electoral y de gestión del PRO. Con los tres partidos pasó de enfrentarse en duros términos a formar una coalición gubernamental con base en la Legislatura porteña. Cuando asumió, Rodríguez Larreta acordó con Lousteau el desembarco de José Luis Giusti en el Ministerio de Desarrollo Económico y Productivo. En rigor, fue un acuerdo a tres puntas que también incluyó a DanielAngelici, que volvió a las costas del radicalismo porteño para disputar y defender su espacio dentro del esquema oficialista de la Ciudad.
Con el partido de Elisa Carrió, al igual que con Ocaña, la alianza pasa por la Legislatura y la Cámara baja nacional. En las elecciones de 2019, Rodríguez Larreta acordó con el socialismo (PS) y Roy Cortina ingresó a la lista de legisladores porteños que encabezó Diego García Vilas, de Confianza Pública. En el camino para asegurar la reelección, el jefe de Gobierno amplió el espectro político hacia aliados que anteriormente supo enfrentar y relegó a los históricos del PRO.
En los almuerzos que se sirven cada 30 días en la planta baja de la sede de gobierno de Parque Patricios, la coalición Larreta hace catarsis, recibe contención y discute política.
Además del jefe de Gobierno, por el lado del PRO se sientan en la mesa el vicejefe, DiegoSantilli; el secretario general y de Relaciones Internacionales, FernandoStraface; el ministro de Gobierno, BrunoScrenciSilva; el secretario de Ambiente y secretario seneral del PRO, EduardoMacchiavelli, y el vicepresidente primero de la Legislatura, Agustín Forchieri.
La cuota radical la llenan Lousteau y el diputado nacional EmilianoYacobitti. En representación de Carrió, van los diputados nacionales MaximilianoFerraro y PaulaOliveto junto al legislador porteño FacundoDelGaiso. Por Confianza Pública tiene lugar García Vilas y por el PS, Cortina.
Allí se discute desde la gestión diaria hasta el posicionamiento político que luego se cristaliza en la Legislatura. Incluso, varios de los comensales se anotan como voceros de la gestión porteña y de la figura de Rodríguez Larreta, que ya no oculta su aspiración presidencial. Pese a las negociaciones, Juntos por el Cambio se constituyó como interbloque y la UCR de Lousteau y Angelici decidió formar bloque aparte. Un gesto, al principio del segundo mandato de Rodríguez Larreta, que adelantó el escenario para la sucesión. El radicalismo y el PRO conviven bajo el paraguas de la coalición, oficialista en la Ciudad y opositora a nivel nacional. Es un interbloque que reúne 37 bancas, claves para el cuórum propio pero deficientes para la votación de proyectos de mayoría especial (40 votos) o la habilitación de tablas específicas.
Esa es la mesa porteña de Juntos por el Cambio que discutirá candidaturas para 2021 y 2023, con énfasis particular en la herencia del sillón de Rodríguez Larreta. El radical Lousteau se anotó hace meses en la pelea por la Jefatura de Gobierno y Ocaña también pugna por disputar la sucesión.
El PRO devuelve con las opciones del jefe de Gabinete, FelipeMiguel, y MaríaEugeniaVidal, que reconoció que podría volver a competir en la Ciudad. Como contó Letra P, Vidal es un tapón a las aspiraciones de PatriciaBullrich: Rodríguez Larreta las considera legítimas pero busca morigerarlas. Al mismo tiempo, la idea de un regreso de la exgobernadora a la Ciudad funciona como un dique para Lousteau. El senador se suma al doble juego de la jefa PRO: se anota en el lote de aspirantes a herederos de Rodríguez Larreta, pero también se alista como candidato presidencial.