A lo largo de la era Cambiemos, el cuadro del desempleo en la provincia de Buenos Aires registró focos de conflicto en buena parte de su fisonomía como resultado del cóctel de tarifazos, inflación y apertura de importaciones que impactaron de lleno en el tejido industrial bonaerense. En la actualidad, con la extensión de la crisis por coronavirus, los puntos en rojo sobre el mapa laboral bonaerense vuelven a dar cuenta de escenarios críticos en diversas ramas productivas y que piden por la intervención del Gobierno.
Como viene contando Letra P, en Campana, el hecho que Tenaris-Siderca haya cortado acuerdos con contratistas se tradujo en desvinculaciones. Mientras que en algunas firmas –como Ferrua S.A.– se ratificaron cesantías vía carta documento que desconocen el decreto presidencial anti despidos, en otras la problemática se discutirá en una audiencia, este miércoles, en la cartera laboral en el marco de la conciliación obligatoria. La siderúrgica del Grupo Techint, en tanto, logró recortar aún más el salario de sus trabajadores (por debajo de lo que había acordado la CGT con industriales) y pactó con la UOM local suspensiones con percepción del 70% del sueldo, a cambio de reincorporar despedidos.
Comunicado de la UOM Campana, dando cuenta del acuerdo con Tenaris-Siderca.
BIOCRISIS. En Ramallo, Junín, Daireaux y Bahía Blanca, la preocupación es compartida por más de 500 trabajadores del sector de biocombustibles. Las plantas en las que se desempeñan detuvieron la actividad y las empresas avanzaron con suspensiones sin goce de sueldo, lo que disparó la reacción del Sindicato del Petróleo, Gas y Biocombustibles, que se presentó ante la cartera laboral bonaerense para que interceda a los fines de revertir ese escenario.
“La situación pasa por una mesa de negociación donde estén los gremios, las petroleras, la secretaría de Energía y las empresas, para encontrar una solución sustentable en el tiempo. Los trabajadores están cansados, esto es permanente. Venimos con paros de plantas y suspensiones”, dijo a Letra P el secretario General de la seccional bahiense del gremio petrolero, Gabriel Matarazzo. “Hace años que las pymes del sector vienen teniendo problema con el precio –analizó–, pero desde diciembre no se actualiza el precio y la materia prima, que es el aceite de soja, cotiza a precio dólar. El dólar aumentó, los precios en los biocombustibles no y las empresas no han querido seguir trabajando”.
Matarazzo comentó que, en una audiencia reciente, el Ministerio de Trabajo bonaerense intimó a las empresas a que retrotraigan las medidas y que paguen los salarios. Pero aún flota la incertidumbre sobre el acatamiento empresarial: “Sin producción, las empresas aguantarán la intimación del Ministerio uno o dos meses pero si no producen van a cerrar”, alertó el gremialista, y destacó que las firmas en cuestión vienen recibiendo los ATP de la Nación.
BioBahía S.A., una de las plantas bonaerenses de biocombustibles paralizada y en conflicto.
Por lo pronto, el sindicato se puso a disposición para discutir salarios a través del artículo 223bis del contrato de trabajo y se ilusiona con los cambios en la Secretaría de Energía de la Nación. “Pretendemos que en agosto los trabajadores cobren el 100%, porque hasta el 31 de julio se produjo, se llenaron los tanques como para que las empresas en agosto puedan proveer a las distintas refinerías. Después hay decisiones comerciales, pero esas decisiones no las puede pagar el trabajador”, puntualizó Matarazzo.
LECHE HERVIDA. La persistencia del conflicto lechero también repercute con fuerza en diversos puntos del interior bonaerense. Como viene reflejando este medio, mientras el gremio Atilra acentúa acciones de protesta en reclamo de mejoras salariales y laborales, industria y tamberos (con foco en las cuencas bonaerenses Oeste y Abasto) advierten sobre el impacto que estas medidas tiene en la producción diaria y alertan sobre la proliferación de imágenes de camiones derramando leche a la vera de los caminos.
En el gremio dejaron en claro que –a lo largo del conflicto– está la disposición de industrializar la materia prima siempre y cuando se destine a comedores u hogares carenciados, enfatizando que, de derramarse leche, es responsabilidad de los empresarios.
CONTAGIOS Y CAMBIOS. En la planta de La Salteña, emplazada en el parque industrial de Burzaco, la tensión viene de arrastre, luego de la aparición de decenas de casos de covid positivo a partir de los cuales los trabajadores advirtieron que la empresa controlada por el Grupo Molinos Río de la Plata (Pérez Companc) no cumplió con los cuidados sanitarios correspondientes.
En ese contexto, este lunes, trabajadores del turno tarde que se aprestaban a ingresar a la fábrica fueron detenidos en el acceso y notificados de cambios de turno, medida intempestiva que disparó un paro inmediato que se extiende a este martes: “Está totalmente parada la planta, estamos en huelga porque la empresa arbitraria y unilateralmente decidió cambiarnos los turnos de trabajo, un derecho que tenemos firmado por convenio; hace más de 20 años tenemos los mismos turnos (tres, de ocho horas) y de un día para otro quieren cambiar los horarios de trabajo”, se quejó ante Letra P el delegado Ezequiel Barbeito.
Trabajadores de la planta de La Salteña, en Burzaco. Este lunes no dejaron ingresar el turno tarde al anunciarse cambios de turnos. Se desató el conflicto.
La empresa ampara la medida en la intención de evitar una mayor circulación de operarios dentro de la planta tras haber registrado allí 54 casos positivos de covid. Pero a ese argumento Barbeito refuta: “Eso es falso porque, al hacer dos turnos de 12 horas, estaríamos juntando más gente, aproximadamente 150 trabajadores por turno para un vestuario de 25 personas. Lo mismo pasa con los comedores, con 15 mesas. Se contrapone con lo sanitario”.
El gremio de pasteleros venía denunciando a la empresa por no cumplir con los protocolos sanitarios e interpreta que el cambio de turno es algo que venían barajando previo a la paritaria “y aprovecharon ahora a meterlo”. “Cuando empezaron a presentar síntomas los trabajadores, los mandaron a trabajar y eso fue un grave error, se dispararon los contagios”, expresaron las fuentes. Este conflicto que involucra a 317 trabajadores se trata este martes en una audiencia en el Ministerio de Trabajo.
Acampe frente a Dánica Llavallol. Denuncian despidos y presión de la firma para que operarios abandonen el convenio de Aceiteros (Foto: Facebook Convergencia Socialista).
TENSIÓN EN DÁNICA. En un conflicto simultáneo con la fábrica de Villa Mercedes (San Luis), en la planta de Dánica de Llavallol los trabajadores arrastran días de protesta y acampe frente a las instalaciones de esta firma del Grupo Beltrán que, según acusan los operarios, está “presionando” con “despidos ilegales” para que cambien el Convenio Colectivo de Trabajo regido por el gremio de Aceiteros a los fines de reducir sueldos. “Pretenden flexibilizar las condiciones de empleo y salario”, aducen en el Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria Aceitera (Soeia) de Capital Federal y GBA.
“La empresa nunca paró; es más, tuvo récord en ventas durante los últimos cuatro meses de trabajo. Quieren cambiar el convenio colectivo de trabajo porque dicen que el gremio es muy caro”, advirtieron los trabajadores a la agencia ANRed, a la vez que denunciaron que la firma recibió ATP y RePro del Gobierno.