Luego de la derrota en octubre, los socios de Juntos por el Cambio (JxC) en Tucumán comenzaron a remontar los daños sufridos en un territorio históricamente administrado por el peronismo. Las ambiciones políticas tienen otra tensión en esa provincia, porque la Constitución local impide la reelección del gobernador y las elecciones legislativas del año que viene prefiguran parte de la disputa que se jugará un poco más tarde, en 2023.
El gobernador Juan Manzur asumió en diciembre su segundo mandato consecutivo y su continuidad podrá ser posible mediante una postulación de su vice, Osvaldo Jaldo, o un nuevo intento para sortear el artículo 90 de la Constitución, que permita la reelección indefinida. Así es el escenario que baraja el radicalismo tucumano, cuya conducción partidaria está intervenida por el Comité Nacional desde el año pasado. El socio más fuerte de la versión local de JxC buscará recuperarse del revés sufrido el año pasado en las urnas y de la intervención, aunque antes deberá disciplinar las disputas internas entre sus dos principales protagonistas.
La misión es parte del acuerdo que pactaron el diputado nacional José Cano y la senadora nacional Silvia Elías de Pérez, que el año pasado fue candidata a gobernadora con el respaldo del expresidente Mauricio Macri. Además de sellar un punto final a sus diferencias internas, con una selfie que se tomaron el Día del Amigo, tienen una necesidad común: sus mandatos concluyen el año próximo y, según confiaron en sus entornos a Letra P, tienen decidido encabezar las listas de la alianza opositora el año que viene, para unas elecciones donde la provincia renueva sus tres bancas en el Senado.
Actualmente, esos escaños están ocupados por Elías de Pérez, en representación de la minoría, mientras que por el PJ están Beatriz Mirkin y José Alperovich, que mantiene su licencia mientras es investigado por una denuncia de violación de su sobrina segunda. Fuentes del bloque confirmaron a este portal que la licencia vence en dos semanas y que hay acuerdo para mantenerla "el tiempo que sea necesario".
Con el exgobernador Alperovich fuera de juego hasta que se resuelva el caso judicial, en el radicalismo se preguntan cómo evolucionará el año próximo, cuando comience el calendario electoral. Si se transforma en un escándalo, las consecuencias podrían perjudicar la performance del peronismo local. Esa posibilidad no escapa a los pronósticos que baraja el radicalismo tucumano, cuyos dirigentes buscarán redoblar su presencia en Cambiemos, ante aliados esquivos como el exfuncionario de Cambiemos Domingo Amaya y su sucesor en la intendencia de la capital provincial, el peronista Germán Alfaro, que mantiene una buena interlocución con el monzoísmo.
Para Cano y Elías de Pérez, Alfaro está cada vez más cerca del peronismo gobernante y eso lo desdibuja dentro de la alianza de radicales y macristas. Es el argumento que utilizarán para mantener la hegemonía de la UCR en las listas tucumanas, aunque el partido hasta ahora no ha podido sintetizar nuevos liderazgos como para neutralizar el poderío peronista.
"Con Alfaro lejos del espacio, la oposición a Manzur está unida y esa mesa la coordinan Elías de Pérez y Cano. Ella quiere renovar, pero no pondrá cuestiones personales por encima de las decisiones del espacio, que reúne a todos los intendentes de la coalición", confiaron a Letra P desde el despacho de la senadora tucumana. La atención no sólo está puesta en el intendente de San Miguel de Tucumán, sino en su esposa, la diputada nacional Beatriz Ávila, que fue electa en 2017 dentro de las listas de Cambiemos, pero en 2019 dejó el bloque y pasó a formar parte del interbloque Unidad Federal para el Desarrollo, que conduce el mendocino José Luis Ramón. El vínculo de Cambiemos con Alfaro y Ávila es sostenido por el extitular de la Cámara baja Emilio Monzó y el exministro del Interior Rogelio Frigerio.
La apuesta opositora para este año no electoral estará concentrada en ahondar la polarización con Manzur. La confrontación buscará reeditar el antagonismo con el kirchnerismo y apunta a diluir el perfil de Alfaro para pegarlo al oficialismo provincial. La estrategia involucrará a los intendentes radicales Mariano Campero, de Yerba Buena; Roberto Sánchez, de Concepción, y Sebastián Salazar, de Bella Vista.