El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, ganó mucha exposición durante los últimos meses y su imagen creció en la opinión pública en pleno aumento de los casos de inseguridad en el territorio bonaerense. Según un estudio de la consultora Aresco al que accedió Letra P, el sheriff bonaerense acumula un nivel de aprobación del 68,6% en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) gracias a su presencia territorial, su impronta y el manejo mediático de su gestión.
Temperamental, visceral y hasta a veces prepotente, Berni aprovechó su condición de médico para desplegar su show mediático y defender las medidas estrictas que adoptó el gobierno de Axel Kicillof para frenar el avance del coronavirus, entre ellas el cordón sanitario en Villa Azul.
Varias consultoras lo midieron y los números sorprendieron a más de uno: Berni es uno de los dirigentes con mejor valoración entre los sectores bajos y medios de la sociedad. Es por eso que la consultora Aresco decidió intentar entender, a través de una encuesta, por qué el ministro más duro de la provincia goza de tanta banca.
Entre quienes lo valoran positivamente, según el trabajo de Aresco, el 32,4% destaca "su presencia y trabajo de campo cuando surgen los conflictos", mientras que el 27,7% aprecia "sus cualidades personales". En tanto, el 19,9% reconoce "su labor como ministro de Seguridad" y el 9,3% pondera "su formación profesional". Es decir, tiene mucha más preponderancia en la valoración su actitud y sus modos que el resultado de su gestión.
El trabajo revela mucho más que eso. Por ejemplo, que en el conurbano mide más que en la Ciudad de Buenos Aires (71,2% a 60,5%), que arrasa entre las personas que en 2019 votaron a Alberto Fernández (79,9% de imagen positiva) pero también sostiene una buena percepción entre quienes votaron a sectores de la oposición (58,6%) y que su aceptación es más alta en los escalones más bajos de la escalera social (73,6% en sectores bajos y medio bajos), que en los medios (68,3%) o los medios altos y altos (59,4%).
Berni construye su propio show mediático, que incluye apariciones en moto y helicóptero, para mostrarse como un “hombre fuerte” que es capaz de poner las cosas en su lugar y solucionar problemas del territorio bonaerense. Incluso, no duda en mostrarse ante las cámaras de televisión con un arma de guerra en la mano, como cuando encabezó un operativo en Zárate. Eso se fue incrementando con el avance de la cuarentena y su crecimiento acompañó el ruido. Mientras su imagen positiva era de 64,6% el 12 de junio, llegó al 68,6% el 7 de agosto, cuando está fechado el trabajo de Aresco.
Este "Rambo" del conurbano no es nuevo. Cuando era funcionario del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ya gustaba de mostrarse en operativos. Pero, durante la pandemia, levantó muchísimo su perfil y recorrió canales y colmó pantallas. Este punto es el que más molesta a quienes se anotan en el rechazo al superministro bonaerense. Hay un 25,3% de entrevistados que optaron para asignarla una imagen positiva a Berni. El ránking de razones para esa molestia lo encabeza, justamente, su permanente presencia mediática (el 22,6% de quienes tienen una imagen negativa de él). Un 9,1% las personas encuestadas que ven "mal" o "muy mal" a Berni lo identifica como un "violento" o "patotero". Otro 9% simplemente lo rechaza por su condición de peronista.
Berni ama los flashes y se mueve con autonomía porque cuenta con el respaldo del gobernador y de su jefa política, Cristina. “En nuestro espacio político quien conduce es Cristina”, repite el soldado como muestra de su fidelidad hacia la exmandataria. Los gritos, el rostro serio y el constante enojo son símbolos de una forma de actuar. Su personalidad se asemeja bastante al de Patricia Bullrich, quien supo contener las demandas de seguridad de los sectores más conservadores. De hecho, el 58,6% de quienes no votaron al Frente de Todos tiene una imagen positiva de Berni.