El 4 de agosto, el Gobierno anunció el reinicio de los entrenamientos en todo el fútbol argentino. Esa semana, la Ciudad de Buenos Aires tenía pensado abrir el juego para el golf, el automovilismo y el tenis, pero decidió esperar. El presidente de la Asociación Argentina de Tenis (AAT), Agustín Calleri, salió a cruzar a la administración de Horacio Rodriguez Larreta, le apuntó también al ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan, y esta semana tuvo su capítulo contra Gines González García. Mientras pensar en un apertura en el conurbano suena utópico, se abre una chance de que comience a jugarse en las canchas porteñas.
El 25 de abril, el tenis se convirtió en el primer deporte en presentar un protocolo y dos semanas después Corrientes fue la primera provincia en abrir sus canchas. La norma habla de turnos de una hora, con cuarenta y cinco minutos de juegos y quince para desinfectar canchas y equipos, con pelotas específicas para cada jugador y evitando cambios de lado. Actualmente se juega al tenis en 20 provincias. Las restricciones solo se mantienen en Formosa, ciudad de Buenos Aires, Santiago del Estero y Jujuy, que había abierto pero luego lo anuló por el rebrote provincial.
También habilitaron el tenis algunos municipios de la provincia de Buenos Aires, pero no en el AMBA. El gobierno de Axel Kicillof es reticente a la apertura, al punto de que no comparte siquiera la vuelta del fútbol, aunque esa negociación fue potestad del Ejecutivo nacional. Santiago Cafiero, Matias Lammens y Gonzalez García le comunicaron al presidente de la AFA, Claudio Tapia, el regreso a las prácticas del 10 de agosto.
Esta semana, el ministro de Salud dijo que el único protocolo que tenían presentado en su cartera era el del rugby y Calleri salió a contestarle inmediatamente desde su cuenta de Twitter. “Sr Ministro @ginesggarcia: con todo respeto le cuento que no sólo fuimos pioneros en la presentación de un Protocolo para la vuelta del deporte, sino que lo hicimos el 25 de abril, es decir hace casi 4 meses, y que el mismo fue aprobado por el Ministerio de Salud que usted dirige”. En la jerga del deporte, el ministro metió un error no forzado.
Actualmente, solo entrenan los deportistas olímpicos y paralímpicos clasificados para Tokio 2021 y los que buscan su boleto, Los Pumas, el fútbol y el tenis. A Calleri, su experiencia le permite moverse por partida doble: deportiva y políticamente.
Llegó a la política de la mano del cordobesismo, la corriente peronista que comandó José Manuel De la Sota. En 2014, el exgobernador lo nombró titular de la Agencia Córdoba Deportes, la secretaría de deportes mediterránea. En ese modelo se inspiró Cambiemos en 2019 cuando degradó la Secretaría de Deportes a Agencia del Deporte Nacional, puesto que el ente cordobés permite el financiamiento privado. Con el triunfo del Frente de Todos, la secretaría recuperó su rango.
Dos años después de su nombramiento, Calleri reemplazó en la Cámara de Diputados nacional a Juan Schiaretti, que había ganado las elecciones para gobernador y reemplazó a De la Sota, que falleció en 2018 en un accidente de tránsito. “Tener a (José Manuel) De la Sota al lado fue como haber tenido a Guillermo Vilas de entrenador. Era un animal político que además amaba el deporte”, dijo este año con Cadena 3. El exgobernador era aficionado al tenis: compartieron platea en Wimbledon. En 2015, se rumoreaba que, si Sergio Massa ganaba las elecciones presidenciales, el Gordo -tal el apodo de Calleri- iba a ser ministro de Deportes.
Señor diputado. Calleri reemplazó a Juan Schiaretti en el Congreso.
El domingo hubo una protesta de profesores de tenis frente a la Quinta de Olivos reclamando el reinicio de la actividad. La AAT tiene registrados 600 egresados de su escuela, pero quienes dan clases en todo el país se cuentan por miles. Si bien no hay un número oficial, se estima que alrededor de 70.000 familias dependen del tenis entre las de profesores, empleados de clubes y comercios del rubro. Los ingresos fuertes de la asociación provienen de los carnets anuales que pagan los federados entre marzo y abril, momento en el que empezó la cuarentena y se frenó ese registro. El otro y más fuerte es lo que genera la Copa Davis. En marzo, Argentina debió ser local contra Colombia y, de ganar, hubiese jugado las finales en noviembre. Ahí se fueron muchísimos dólares que podría haber conseguido el equipo capitaneado por Gastón Gaudio, imputado en la causa por el memorandum con Qatar durante el gobierno de Mauricio Macri. En 2018, el Gato sonó como potencial reemplazante de Carlos MacAllister en la Secretaría de Deportes.
La Ciudad tenía pensado habilitar la práctica del tenis a partir del 3 de agosto, algo que confesó el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, pero, luego de la reunión del 31 de julio entre Fernández, Kicillof y Rodríguez Larreta, puso la decisión en suspenso. Mariano Zabaleta, vicepresidente de la AAT, había estado en esos días con la cúpula del Gobierno porteño. De esas charlas participó el secretario general de la administración capitalina, Fernando Straface, que fue uno de los armadores de la campaña de Jose Luis Clerc, el rival a quien Calleri derrotó en las elecciones de la AAT hace dos años.
Al día siguiente del anuncio de la continuidad del aislamiento, la AAT se quejó a través de un comunicado en el que afirmó que la Ciudad abría peluquerías, lavaderos y galerías comerciales que “imponen un distanciamiento social menor y condiciones generales mucho más riesgosas que la práctica del tenis al aire libre”. En otro párrafo, fue directo sobre Gollán. El ministro bonaerense había dicho en una entrevista que “todo jugador de tenis se seca la nariz y la frente con la mano, agarra la pelota, que va al otro jugador, y después la agarran los chicos que alcanzan las pelotas. Entonces, no me digan que no hay contacto físico, porque están manoseando las pelotas con las mismas mucosidades”. Calleri lo acusó de mostrar “un profundo desconocimiento de la naturaleza de nuestra actividad y, al mismo tiempo, de las particularidades de nuestro protocolo”. Gollán no sabe que solo hay alcanzapelotas en los dos torneos masculinos de la ATP que se hacen en el país.
Esta semana, el secretario de la AAT, Cesar Francis, presentó un proyecto llamado “tenis de cercanía” para que los que vivan a una distancia no mayor a cinco kilómetros de un club puedan jugar en la provincia de Buenos Aires, especialmente en el conurbano. Periodista y reconocido abogado laboralista, Francis es, además, vocal por la oposición en San Lorenzo y suele ser la voz disidente contra la gestión del tándem Tinelli-Lammens. Paradojas de la vida, en las elecciones de 2018, el actual ministro de Turismo votó por su club a favor de la lista de Calleri, que lo tenía a Francis en la boleta.
Tras el nuevo cónclave del tridente Ferández-Larreta-Kicillof, la expectativa de Calleri está puesta en que la Ciudad de Buenos Aires se convierta en el distrito número 21 en el que se pueda jugar. Lo seguro es que la rosca va a seguir.