Los sindicatos de Luz y Fuerza que representan a los trabajadores de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), la distribuidora de Santa Fe, profundizaron el frente de conflicto desatado entre los gremios estatales y el gobierno de Omar Perotti, al resolver un paro de 24 horas como medida de reclamo salarial. Pero el trasfondo de la queja también se debe a la continuidad de la intervención en la firma eléctrica que desplazó al directorio de la EPE del cual forma parte el sindicato.
Ni bien asumió, Perotti colocó a Mariano Caussi como interventor con el argumento de contar con un diagnóstico preciso sobre la situación en que encontraba el gobierno a la empresa estatal después de 12 años de gestión socialista. Más allá de algunos reparos del poderoso sindicato, la intervención avanzó y hasta llegó a prorrogarse más de lo establecido. Pero la cuestión paritaria hizo saltar los fusibles y marcó un límite para la pausa que, desde diciembre, atraviesa el directorio.
A nueves meses de esa intervención, el sindicato siente la pérdida de peso en las decisiones de la empresa y del poder de hecho que le otorga integrar el directorio. No es menor que en la resolución enviada a Caussi figure el acompañamiento de la Federación Nacional de Trabajadores de Luz y Fuerza como forma de indicar que tanto el reclamo como la decisión de la medida de fuerza tienen el respaldo gremial desde Buenos Aires.
No cayó nada bien en los gremios estatales el decreto que establece una asistencia de emergencia de 3.000 pesos, más aún en los empleados de la EPE acostumbrados a sueldos altos. Por eso es que establecieron un paro de 24 horas sin asistencia, manteniendo las guardias mínimas y advirtiendo que, de no haber una solución, irán incrementando los paros hasta el cese de actividades por tiempo indeterminado a partir de agosto. Según trascendió, el ministerio de Trabajo dictaría rápidamente la conciliación obligatoria.
Con esta decisión profundiza el frente de conflicto paritario abierto por otros gremios estatales durante la semana. Es más, con su aparición, Luz y Fuerza lo pone en una encrucijada al gobierno de Perotti para sortear la situación: si cede ante el poderoso sindicato, quien tiene la tecla para mantener conectada a la provincia, el resto de los gremios pondrá el grito en el cielo. Sobre todo el docente, desde donde se vienen manifestando las mayores críticas al gobierno por la falta de paritarias, pero no pueden materializar un paro de clases como medida de fuerza.